Prólogo

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El humano, siempre se ha dado a conocer por dos característica muy esenciales de ellos. Las personas al nacer, tienen una pureza, inocencia de lo que es el mundo, ¿qué quiero referirme a esto? Es simple, aquellos sentimientos impuros o ya sean benévolos, no han dado frutos de ello. A medida que crecen tienen la opción de elegir si llenarse de bondad, solidaridad y muchas cualidades más, o también podrían optar por lo contrario a lo que acabo de mencionar. Un ser detestable, alguien con los sentimientos encerrados en si mismo, sin dejar que se escapen y poder salir a la luz. También, las circunstancias hacen que una persona débil de mente haga que su corazón se vuelva de hielo, pero lo que no saben —o tal vez si— es que el hielo tarde o temprano termina por ser derretido.

El mundo, se ha llenado de personas de corazones de hielo, incapaces de entregarse a la "buena vida", incapaces de llenarse de amor y darlo a conocer, incapaces de permitirse sentir algún tipo de remordimiento, incapaces de hacer algo bueno sin esperar algo a cambio. Pero así como existen las personas frívolas, están las personas cálidas, aquellas que se dejan llevar por el arte de la vida, capaces de sentir y dar a demostrar ese sentimiento tan hermoso a través de la escritura o ya sea expresándolo por el arte del baile, en realidad, hay muchas maneras de transmitir tales cosas. Las personas cálidas, son aquellas que se permiten amar y ser amados, personas llenas de coraje. Aunque si abría más humanos así en la tierra, todo sería diferente; las muertes provocadas habrían cesado, el odio y el rencor fuesen solo por momentos de rabia que hubieran culminado en minutos del acto, la discordia hubiera sido solo un mito. Las personas estuvieran en sus hogares festejando, no un cumpleaños o un matrimonio, simplemente del hecho de existir y sentirse bien consigo mismo; sería lo suficiente como para tal celebración, las personas andarían confiados por las calles, sin necesidad de llevarse una navaja cerca del tobillo por si algún criminal querría hacerle algo que estuviese fuera de la ley. Lamentablemente no es así, no es como querríamos que fuese la gente. Cada cabeza es un mundo, único, diferente, en pocas palabras inigualable.

Hace años, las pocas personas en la tierra que eran cálidas empezaron a disminuir y las frívolas aumentaban con cada segundo que transcurría como corrientes de aire arrasando con cada hoja de un árbol, o mas bien se llevaban de raíz aquél árbol verdoso lleno de frutos jugosos. Así estaba pasando con las personas. Los lugares donde vivían los humanos, dejaron de llamarlo hogar para dirigirse a ellos como un refugio, las calles estaban llenas de delincuentes capaces de hacer cualquier cosa para vengarse de una muerte provocada, capaces de asesinar solo por un trozo de pan, algunos solo le quitaban la vida a otros por satisfacer sus deseos, el afán que sentían por ver a una persona en mal estado era como su mejor aliado. Las instituciones eran escasas puesto que los padres ya no estaban dispuestos a mandar a sus hijos para aprender y correr el riesgo de que en el camino fuesen raptados, o aún peor, asesinados.

Hace años, un pequeño frágil e inocente bebé, llegó al mundo. Lo que no sabían es que éste fue el causante de todas las cosas que acabo de mencionar, sí, una simple cría había sido el principio del caos para el planeta tierra, causando desgracia tras desgracia. Pero ¿Cómo es eso posible? También es simple de explicar. Aquella personita que no tuvo la culpa de haber nacido, fue llevada a un laboratorio lleno de personas que su nivel de intelectualidad sobrepasaban a la de una persona común y corriente con el 10 porciento de su uso del cerebro, lo que toda persona normal debe de tener. Aquellas personas usaban un 12 o escasa vez un 13 porciento del cerebro, por aquélla razón, eran llevados a una escuela especialmente para estudiar lo que se llama Todo. Esas personas, necesitaban algún voluntario para realizar un tipo de prueba del que se llevaría a cabo prácticamente un experimento suicida. Los padres de la cría, aceptaron el reto de que su hijo fuese llevado con las personas de mayor intelecto que ahora, la gente los llamaba Exeres.

Los Exeres, se vieron obligados en aceptar al pequeño, puesto que nadie quería correr el riesgo a tal experimento; aún con el beneficio de llenarse los bolsillos de dinero y tener una vida de ricos —aunque la idea sonaba tentadora— las personas se negaban, puesto que prácticamente eran llevados a su propia muerte, así que, ¿de qué valía ser voluntario de algo que no estarías seguro de que saldrías con vida?. Las probabilidades de morir era de un porcentaje totalmente elevado. Los padres del pequeño dieron a luz, solamente con el propósito de probar una cura, una cura que ellos llamaban Vida Eterna, y te preguntarás porqué llevaría a la muerte una cura llamada así. Pues los Exeres, no estaban seguros de lo que acaban de realizar era lo que ellos querían que fuera. Hace cientos de años que ellos estaban buscando burlarse de la muerte, por fin lo habían logrado, o eso creían. El niño creció al pasar los años, sin algún afecto de aprecio hacia él, pues, él había nacido solo para "comprobar" que aquello que habían elaborado los Exeres, había funcionado y los años de sudor no habían pasado en vano. Al cumplir los diecisiete años, ya había dejado de ser un niño, para pasar a ser un adolescente. Aunque cumpliera los dieciocho años, este seguía bajo la tutela de los Exeres. El joven, fue llevado a un cuarto de cuatro paredes, que su interior; solo estaba una camilla blanca en el centro que estaba siendo acompañado por una mesa que estaba sosteniendo frascos de diferentes tamaños que contenían líquidos de diferentes colores casi transparentes.

Cristal (entre dioses) Pgp2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora