JiMin, un esclavo sumiso y tímido. JungKook un hombre muy posesivo con lo suyo.
Un mundo donde los seres humanos libres deben poseer un esclavo.
JungKook desearía no vivir en ese mundo.
Desearía no esclavizar a JiMin.
Un inocente.
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Los inexpertos y torpes labios de JiMin se movieron despacio sobre los de JungKook, su cuerpo estremeciéndose por el contacto.
Nunca había dado un beso, así que suponía que el cosquilleo que bajaba por toda su columna vertebral, provocándole encoger los dedos de pies, era totalmente normal.
Su agarre en la camisa del mayor se apretaba cada vez más y sentía como la mano de su JungKook, se apretaba cada vez más sobre su cadera.
Su respiración salía fuerte por su nariz y sentía la de JungKook, pegando sobre su labio superior.
Un retorcijón se instaló en su bajo abdomen al sentir como JungKook, tomaba su labio inferior entre los suyos haciendo una succión y provocando que saliera un jadeo húmedo de la garganta de JiMin.
Al escucharlo, JungKook gruñó y sin poder resistirse, mordió suavemente el labio del menor.
El cuerpo de JiMin se estremeció con fuerza y cerró fuerte sus ojos. Nunca había sentido tanto en su vida y se sentía abrumado.
Suavemente, al notar el estado de JiMin, JungKook soltó el labio del ojiazul y dejó un último y pequeño beso sobre sus labios calientes.
—Hey. — susurró JungKook al ver a JiMin aun con los ojos cerrados y respirando agitado. Al escucharlo, el menor abrió los ojos y lo miró atento. — ¿Estás bien?
—S-Sí, Señor. — respondió el ojiazul en un susurro y JungKook frunció su ceño al escucharlo.
—No me digas más señor, por favor. — susurró JungKook y con su mano acarició la cadera del menor. — No soy tu dueño, quiero que me digas JungKook.
—Lo siento. — respondió JiMin y mordió su labio. —Es la costumbre, pero lo sé.
—No hagas eso. — murmuró JungKook con los ojos sellados en los labios mordidos del menor. —Me provocas y no quiero abrumarte más.
Al escuchar las palabras, una tímida sonrisa se asomó por los labios de JiMin.
—De verdad estoy bien, es solo que nunca había hecho algo así y...
— ¿Y...? — preguntó JungKook al ver que JiMin se detuvo.
—...y se sintió muy, muy bien.
—Me alegra, bebé. — susurró JungKook y sonrió al ver el sonrojo de JiMin por el sobrenombre. —Me alegra que te guste porque yo tampoco había hecho algo así.
— ¿De verdad? ¿Fui tu primer beso? — preguntó JiMin con los ojos muy abiertos y JungKook asintió. —Eso se siente bonito... saber que fui el primero.
—Bonito eres tú. — susurró JungKook y rió al ver a JiMin acurrucarse en él y esconder su cara en su pecho. — Dios, te quiero tanto, pequeño, y esperé tanto para tenerte así.
