Al Nido

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La curiosidad los carcomía, pero también debían jugar sus cartas con cuidado. El bastardo de Félix consiguió ponerlos en ultimatum. Ambos sabían que era una excusa del arrogante sujeto, pero tampoco podrían de lado el asunto del padre de Adrien, no sabían si creerle o no. Estaban jodidos.

—De verdad odio a tu primo, Adrien.—susurró la ojizarca con molestia.

—Somos dos.

—No puedo creer que se las haya jugado a eso y que le saliera tan bien ¡Míranos! Parecemos idiotas.

—Ve el lado positivo al menos lo hiciste sufrir un buen rato. Pero ten en cuenta que él ni Lila te recibirán con los brazos abiertos.

Marinette abrió los ojos sorprendida, era la primera vez en dos años de amistad que escuchaba el nombre de la "innombrable" sin embargo decidió no recalcar nada.

—Era lo mínimo que merecían, eso sí, tendrás que vigilarme muy bien si no quieres que cometa un homicidio en tu casa.

—¿Ve-vendrás conmigo?

—¿Acaso creíste que te abandonaría? Ya te dije, somos un equipo. O los dos o ninguno.

El rubio inmediatamente se acercó y abrazo fuertemente a su amiga, quién lo recibió con la misma calidez y energía. Ahora se sentía más seguro que nunca, sabía que  con su impetuosa catarina nada podía a salir mal.

—Eres la mejor ¿Lo sabías?—

Ella soltó una pequeña risita.

—Intento no presumir.—respondió con ego fingido.
—Y tan modesta...
—Bueno ya dime que vamos a hacer.
—En primera tenemos que estar preparados para todo y no dejar que Félix y Lila se metan donde no les importa, sólo visitaremos a mi padre y ya. Ojalá no sea algo muy tardado, o que al menos sí sea algo y no una trampa.
—Tengamos un poco de fe de que a tu primito le haya nacido un corazón estos últimos años

Una fuerte carcajada brotó de los labios del muchacho.

—Esperemos que así sea, no quisiera pasar demasiado tiempo en esa casa.
—Y no debemos, recuerda que tenemos un negocio que atender. Por cierto si nos preguntan que somos o a que nos dedicamos ¿Qué debemos decir?

Adrien pensó detenidamente, era verdad que no podían decir a lo que se dedicaban, y mucho menos a Félix quién no tendría ningún problema en exponer su identidad y arruinar su negocio, además también Marinette estaba involucrada y primero muerto antes que dejarla en la calle. Ya que el registro de Miraculous era privado podrían pagarle al sujeto que les hizo el trámite y abrir una "empresa de lo que sea" y que esta sea financiada por el mismo Miraculous, lo malo es que era un gasto que tendría que hacerse por mucho tiempo ya que Félix estaría sobre él, pero podía tolerarse. Sobre lo que eran, eso ya era un tema diferente, fácilmente podrían decir que son amigos y compañeros de trabajo, pero el hecho de que vaya con él en un asunto tan personal y delicado no hacía muy viable que "sólo una amiga" lo acompañara. Sólo tenía una opción y sabía que a ella no le gustaría.

—Mari ¿Tú confías en mí verdad?
—¿Porque preguntas eso Rubio de bote?  ¡Claro que sí! ¡Con mi vida!

—Bien, entonces...¿Quieres ser mi novia?

El corazón de Marinette se detuvo de golpe, los colores se le subieron al rostro con violencia ¿Su novia? ¿Su novia? ¿Ella? No sabía donde meterse en esos momentos ¿Y el negocio? ¿Debía rechazarlo? Su interior se encontraba hecho un desastre, literal. Observó al rubio y con un tono  endemoniado gritó: 

—¡¿Qué pasa contigo Adrien?!  Yo...yo...yo...—una fea temblorina invadió el cuerpo de la fémina, que él mal interpretó como indignación y enojo, por algún motivo al zagal le dolió esta reacción. 

Ladybug y Chat Noir encuentran a tu pareja perfecta [Adrinette] [MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora