Capítulo 4.

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-¿Cómo te sientes?

-Mejor, creo que mañana podré volver al trabajo.

-Me alegra escuchar eso Angel.

-Gracias Hottie... ¿tú cómo estás? ¿Cuando vuelven de Busán?

-Creo que regresaremos para el día de la fiesta, lo que no estoy muy seguro es que lo hagamos temprano...

-Entiendo, bueno, cuídense mucho y salúdame a los otros- Habían pasado dos días desde el hospital... Conocí a los otros chicos porque Jimin les había llamado aquel día para avisarles que no podría llegar al ensayo, y la razón por la que no lo haría. Había atendido un par de veces a Taehyung y a Jungkook... Ellos decidieron ir al hospital para ver como me encontraba y los demás eventualmente les siguieron, no tenía tan presente que ellos se podrían preocupar por mí.

-Claro, lo haré... Entonces... ¿Te veo allá?

-Jimin...

-Vamos, no puedes negarte, lo prometiste.

-Estaba sedada Jimin...

-Aún así. Debo irme, cuídate y te veré allá.

-Bien, tú también cuídate mucho.

-Lo haré Angel, te quiero.

-Yo también te quiero.

Eso era ya natural para nosotros, teníamos una extraña relación. Colgué la llamada y me puse a analizar nuestra amistad, aunque sabía algo muy bien, al menos para mí, aquella ya no era una simple amistad.

Estaba perdida, y lo estaba hasta el fondo.

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No dejaba de preguntarme si aquel vestido sería demasiado

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No dejaba de preguntarme si aquel vestido sería demasiado...
Había alisado mi cabello, y lo acomodé en un peinado recogido, también compré un adorno para él plateado. Mi vestido era azul, decorado con un lindo encaje, no era para nada extravagante, realmente me sentía muy cómoda con él.
Mis accesorios hacían juego y eran plateados como los detalles en mis zapatos y en mi bolso.
Finalmente el maquillaje, éste era muy suave, uno de mis pasatiempos favoritos era aprender a maquillar con tutoriales, me hacía feliz.

La fiesta comenzaba a las ocho, eran las ocho treinta. Monté mi auto y comencé a conducir, Jimin se ofreció a pasar por mí cuando hablé con él hace un tiempo, más yo me había negado, él debía estar cansado y yo no quería ser una carga para él.

-¿Señorita es usted? - dijo el guardia de seguridad de la empresa, era un señor de cincuenta años, llamado Shin Dong Lee, él se llevaba muy bien conmigo.
-Hola señor Shin- él me miró y me sonrió -El señorito Jimin va a morirse cuando la vea.
Me sonrojé, el señor Shin era el responsable de abrirle mi oficina a Jimin cuando él iba por las noches a dejarme el café a escondidas de los otros.
-¿Qué espera? Él ya está adentro, vaya rápido- le sonreí y luego de entregarle mis llaves, subí al ascensor. La empresa tenía su evento en el último piso de aquel lujoso hotel, era una pena que el señor Shin tuviera que trabajar, pero luego le traería algo de comer.

I Just Love You. PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora