-Hey, Park Jimin... ¿Se puede saber por qué putas no respondes mis llamadas desde hace tres días?
La debilitada risa me hizo preocupar, me bajé del auto y comencé a caminar dentro de aquel edificio con una bufanda alrededor de la boca, una gorra y unos lentes oscuros.
-¿Viste cómo se siente? Así fue cuando no me respond... - comenzó a toser.
Toqué la puerta -Ábreme la puerta.
-Espera... ¿Estás...? - otro tosido interrumpió su oración.
-ÁBREME.
-Ay pero que carácter.
-Jimin ábreme la BENDITA PUERTA.
Colgué y unos minutos después un Jimin completamente rojo, abrigado con una sueta y una bufanda abrió la puerta.
-¿Por qué...? - entré a su apartamento, era mi primera vez allí, pero, pasé sin más dejando el maletín enorme que cargaba sobre el sillón. Jimin me siguió, me quité los zapatos y el suéter, la bufanda, los lentes y la gorra los puse sobre mi bolso.
Toqué su frente, estaba hirviendo.
-¿Dónde está tu habitación?
Señaló el pasillo y lo tomé de la mano, el rió un poco -¿No crees que es un poco pronto para esto? Ni siquiera nos hemos besado...
No tuve tiempo de sonrojarme, estaba muy preocupada por él.
Le quité su bufanda y suéter, luego de ello le recosté en la cama. Le arropé cariñosamente -¿Has comido algo?
Él negó con la cabeza, hice una mueca -Bien, iré a prepararte algo, ahora descansa, iré por unos pañitos con agua para bajar la temperatura.
Jimin sonrió -¿Eres mi enfermera personal?
Sonreí -Y lo que quieras que sea Jimin.
Él hizo una mueca -No me des esa libertad...
Reí y le miré acariciando su cabello -Hablo muy en serio- besé su frente y salí de la habitación.
Estaba haciendo una sopa de pollo, esperaba que le gustara, siempre me hacía sentir bien.
-¿Cómo te sientes? - dije al tiempo que llevaba el azafate y veía a Jimin con los ojos cerrados y recostado en su cama.
-Mejor... - puse la comida en la mesa de noche y le ayudé a sentarse, luego se lo acerqué.
-Espero te guste Ji... - él sonrió y tomó la cuchara.
-Eres una excelente cocinera, creo que no hay nada que hagas mal...
Me sonrojé bastante, tomé su medicamento y luego de dárselo, fui a lavar los platos.
•~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Me encantaba verle dormir... Era la primera vez que lo hacía, pero había descubierto que me encantaba verlo dormir. Sus ojos cerrados, la paz en su rostro, la delgada línea de baba que bajaba por la comisura de sus labios, sus labios gruesos aunque un poco pálidos, su respiración acompasada...
Podía ver cada uno de sus lunares también, era hermoso.
Me había sentado en una silla, al lado de su cama para monitorear su temperatura cada hora.
Eran casi las dos de la mañana cuando me quedé dormida. Comenzaba a sentir un dolor muy grande en la nuca y abrí los ojos, eran las seis de la mañana, Jimin seguía dormido, acerqué el termómetro a su cien >>37,3•C<< estaba normal por fin, su temperatura estuvo oscilando en 40-41 grados durante toda la noche.
Me levanté lentamente y me estiré, ¿Será que podría hacer un poco de café? Qué más da, lo haré y si Jimin se molesta le pediré disculpas.
El olor al café me devolvía la vida, justo estaba por servirme un poco cuando la calidez de un cuerpo se posicionó sobre mi espalda. Unos fuertes brazos me rodearon y yo sonreí -Buenos días.
-Buenos día Angel.
-¿Cómo te sientes?
-Mucho mejor, me has revivido.
Sonreí y puse mis manos sobre las suyas, al tiempo que sentía su aliento en mi oreja -Me alegra mucho, te veías bastante mal ayer Ji...
Él me ayudó a girarme y acarició con cuidado mi mejilla, hizo una mueca -Tienes unas ojeras terribles, vi la cobija sobre la silla que está al lado de mi cama... No puedo ni quiero creer que dormiste allí anoche.
Me encogí de hombros y sonreí, más él se quedó serio mirándome -Yaaah, deja de hacer eso, no es bueno para ti...- iba a negar con la cabeza, pero el dolor en mi cuello lo impidió haciendo que emitiera un quejido de dolor.
-¿Te contracturaste?- asentí y me tomó de la mano, nos dirigimos a su habitación.
-Recuéstate, tengo una pomada que es genial para esto, voy a aplicártela y de paso te daré un masaje, ¿qué te parece?
Asentí, y me acomodé sobre su cama -¿Tu nuevo trabajo te ha estado estresando más de la cuenta cierto?
Asentí nuevamente, y me senté -Hottie, prefiero quedarme sentada, el cuello me duele mucho... Si me recuesto me da miedo hacer un mal movimiento.
-Tranquila, como te sientas más cómoda está bien.
Sonreí, le daba la espalda viendo hacia la pared, él se sentaría en la silla que no había regresado a su lugar.
Sus manos se colocaron sobre mis hombros -Ummm... - le escuché tartamudear -¿Crees que puedas quitarte la blusa?
Sentí mis mejillas arder -Necesito tu espalda descubierta Angel...
Asentí lentamente, tomé los bordes de mi camiseta y comencé a levantarla.
Él no habló en ningún momento, yo puse la blusa sobre mi pecho, y Jimin comenzó a aplicar su pomada sobre mis hombros y cuello.
Su tacto me hizo temblar, estaba comenzando a quemarme poco a poco.
Sus dedos masajeaban la parte posterior de mi cuello, y se sentía de las mil maravillas.
Sus pequeñas manos comenzaron a masajear la parte superior de mi espalda y mis hombros. Se sentía extremadamente bien, el cómo presionaba puntos clave para aminorar el dolor y la tensión de aquel lugar.Respiré profundamente dejándome llevar por su tacto, escuchaba su profunda respiración también. ¿Estaría dándose cuenta de lo mucho que me afectaba sentir sus manos sobre mi piel?
Bajó su toque hacia la mitad de mi espalda, lentamente, como si estuviera esperando a que me negara a recibir su tacto. Lo que él no sabía era que precisamente yo no quería que se detuviera.
-Jimin... - le sentí acercarse un poco a mí cuando me rodeo con sus brazos y manos por mi abdomen.
-Tranquila, no voy a seguir más allá de esto, sé bien que necesitamos más tiempo...- susurró a mi oído, más podía sentir totalmente la seducción con la que me hablaba, y la tensión en el aire podía cortarse con un cuchillo.
Suspiré profundamente sintiendo sus dedos acariciar mi abdomen blando, pero, por alguna extraña razón no me daba miedo que él me viera y sintiera... No sabía bien la razón, pero estaba cómoda con el hecho de que él me sintiera.
Tomó la camiseta y me ayudó a colocarla de nuevo, luego besó mi hombro por encima del atuendo y me ayudó a recostarme en su cama, esta vez junto a él.
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I Just Love You. PJM
FanfictionÉl era la persona más dulce del mundo. Más dulce e inalcanzable del mundo. -Historia intermedia. -Capítulos cortos.