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Mariposa abrió los ojos lentamente, cegados por la luz de la luna y las estrellas. A su lado, Osezno estaba durmiendo tranquilo. La gata gris notó la ausencia de Zarpa de Víbora y Rocoso. La joven aprendiza vio un destello de luz que venía de un pelaje plateado en la entrada de la guarida, Reflejo de Plata. Mariposa se preguntó que haría ahí la presumida curandera. Poco a poco, se despertó un poco más y se levantó dispuesta a hablar con la bonita curandera.

-Hem, ¿qué haces aquí? - preguntó con la voz ahogada de cansancio.

-Oh, perdóname si te he despertado, Mariposa -. dijo con dulzura centrando sus ojos avellana en la gata gris -. Hoja Dorada me ha pedido que mirase si Rocoso estaba aquí, pero veo que no... Te dejaré en paz, descansa. Mañana va a ser duro -. añadió la curandera mientras se alejaba.

Mariposa se volvió a tumbar al lado de su amigo. El calor del cuerpo de Osezno la tranquilizó hasta que notó que su estómago rugía hambriento. No podía negarse a comer, así que se levantó con desgana y se acercó al montón de carne fresca. La gata eligió una ardilla rolliza y volvió con la presa en la boca para compartirla con Osezno. Despertó al recién nombrado aprendiz dándole golpecitos con las zarpas suavemente. El macho marrón se despertó lentamente, pero Mariposa notó como el olor a carne fresca lo activó un poco.

Cuando ambos terminaron de comer se dirigieron a ver como partían a la Asamblea los elegidos por la líder. Mariposa no se sorprendió al ver a Zarpa de Víbora entre ellos, tal vez acababa de ser nombrada, pero esperó para ser nombrada aprendiza y su actitud siempre había sido excelente, probablemente ya lo tenían planeado y por eso esa misma mañana ella había estado tan activa. Tronco de Roble estaba hablando con la aprendiza parda, y Mariposa pensó que probablemente hablarían de como debía comportarse Zarpa de Víbora en aquella reunión. Rocoso no estaba muy lejos hablando simpáticamente con Garra de Cuervo. Viendo las relaciones que tenían los aprendices con sus mentores le hizo preguntarse donde estaba Mirada Cristalina. No había visto al guerrero desde la ceremonia de nombramiento y empezaba a preocuparle que Mirada Cristalina no la quisiera como su aprendiza. Ese pensamiento hizo que Mariposa sintiese un escalofrío de miedo que iba desde la cola hasta la punta de sus orejas, pero un maullido familiar hizo que se tranquilizara: ¡Mirada Cristalina!

-Mariposa, siento no haber podido hablar contigo antes. Esta mañana he estado ocupado. Si quieres, puedes dormir un poco y mañana cuando vuelvan los guerreros de la asamblea empezamos tu entrenamiento.

-Vale, ¡no puedo esperar! - mientras se alejaba, Mariposa notó la gélida mirada azul de Mirada Cristalina.

Cuando regresó a la guarida, encontró a Rayo compartiendo lenguas con Rescoldino. Mariposa se preguntó cuando volvería Osezno y sin más, cayó rendida en un profundo sueño.

Los Gatos Guerreros, La Profecía Nocturna, Entre la MalezaWhere stories live. Discover now