Un capítulo dedicado a Osezno (será largo...)

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A Osezno se le llenó el corazón de felicidad y orgullo. ¡Era aprendiz! Miró a los profundos ojos azules de su líder como si esperase que Estrella Aguda llamara a su amiga, Mariposilla, cosa que no hizo. El gato marrón junto con su mentor se alejaron de su posición dando lugar a la hermosa gata de pelaje gris. Osezno apreció con orgullo la ceremonia de su mejor amiga. Él sabía que Mariposilla era algo más especial que una amiga para él, pero no sabía si quería aceptarlo o no. Antes de que la aprendiza se acercara a él, notó algo extraño en ella...

Mariposa se tambaleaba, y parecía que se sintiera mareada o... tal vez... ¡NO! ¡Osezno no podía aceptarlo! Simplemente sonrió divertido para no aparentar su preocupación, pero al final la torpeza de la aprendiza le hizo un poco de gracia.

-¡Vamos, a la guarida Mariposa!

Ambos aprendices avanzaron a la guarida de los aprendices y empezaron a hacer sus lechos de musgo. Mariposa y Osezno se durmieron juntos y al aprendiz le gustó el calor y el dulce aroma que desprendía el cuerpo de su amiga. Poco después, Osezno se quedó dormido cautivado por un dulce sueño que se apoderó de su pequeño cuerpo.

El aprendiz notó unas zarpas manoseándole la espalda y al abrir los ojos se encontró a su mejor amiga con una ardilla entre sus dientes. El aroma que desprendía la presa hizo que inconscientemente sonriera a Mariposa con agradecimiento. Al acabar de comer, los dos aprendices se dirigieron a la salida del campamento donde se preparaban aquellos elegidos para ir a la Asamblea. A Osezno le dio envidia que su hermana fuera a la Asamblea.

Osezno estaba decidido a volver a su guarida para descansar cuando vio a Mirada Cristalina dirigiéndose a Mariposa. Osezno vio relucir los ojos de la aprendiza y se preguntó de que estarían hablando mentor y aprendiza. Después de esa imagen, el joven gato silvestre abandonó la idea de ir a la guarida y se dirigió a la parte trasera de la maternidad para salir a cazar y evadir los sentimientos de envidia de su cabeza.

Después de un rato de caza, Osezno se dirigió de vuelta al campamento pues la luna empezaba a descender. Por el camino se encontró a Rocoso y Zarpa de Víbora. Mientras los tres caminaban por el campamento, Zarpa de Víbora le contó poco a poco lo que había sucedido en la Asamblea de aquella noche. Cansado, Osezno se encaminó a su lecho para poder dormir como a mínimo un poco antes de empezar el agotador día de entrenamiento. 

Una garra pinchó la panza del aprendiz. Unos potentes ojos verdes lo miraban con determinación y dureza.

-Vendrás conmigo en una patrulla por nuestro territorio. Prepárate para salir -. Corazón de Carbón hizo una pausa y miró a un lecho que había al lado del aprendiz -. Mmm, avisa también a tu amiga. Ella y Mirada Cristalina también vendrán. Tal vez encontremos a algún guerrero del Clan de la Sombra y pueda darle un mensaje de parte de Estrella Aguda.

Sin más, el lugarteniente salió de la guarida y se dirigió al guerrero rubio, que estaba en la maternidad.

Después de desperezarse, Osezno se levantó y vio a Rayo entrando con expresión de agotamiento en su cara. Ambos fueron directos a despertar a su amiga. Osezno pinchó el vientre de Mariposa, que se despertó casi gritando. El aprendiz se preguntó que estaba soñando y si sería una señal del Clan Estelar (cosa que hizo que se asustase). Al ver que su amiga empezaba a activarse Osezno dejó a un lado le preocupación y Rayo fue a su lecho para poder dormir de una vez por todas.

-Buenos días... - saludó ella mientas bizqueaba por la luz del alba -. ¿Qué hace Rayo durmiendo otra vez? Pues sí que le gusta dormir...

-Jeje, tal vez tienes razón -. contestó él divertido -. Pero resulta que acaba de volver de una patrulla por las fronteras. Deja que descanse. Y hablando de patrullas... Corazón de Carbón quiere que vallamos con él y Mirada Cristalina a hacer una patrulla por la frontera del Clan de la Sombra, dice que tal vez nos encontremos a algún guerrero y pueda darle un mensaje de parte de Estrella Aguda.

-Bien. Pues entonces, ¡en marcha!

Al llegar al campamento Osezno estaba exhausto. Mientras veía como los forasteros se internaban en la guarida de su líder, Osezno no pudo evitar fijarse en la belleza de una de las aprendizas del clan rival. El aprendiz se dio cuenta de la gran tontería que le acababa de pasar por la mente, ¿en qué estaba pensando? ¡No podía gustarle una gata de otro clan!

Al echar un vistazo por el campamento vio que Zarpa de Víbora estaba con Mariposa, y ambas tenían expresión de preocupación pintada en sus rostros. Al ver que su hermana se alejaba, intentó acercarse para hablar con su mejor amiga.

-Mariposa, quería decirte que...

Su voz quedó ahogada por la expresión de seriedad de su amiga.

-Ma... ¿Mariposa?

La aprendiza se volteó y miró a su amigo con sus ojos esmeralda dilatados de la alarma.

-Yo... yo...

Osezno no sabía que responder. ¿De qué habían hablado ella y su hermana? ¿Sería de que el corazón de Mariposa pertenecía a alguien? Entonces... ¿estarían hablando de él? ¿De que no tenía oportunidad? Una ráfaga de dolor y decepción pasó por el corazón del joven gato.

-Uh, entiendo -. al alejarse, Osezno creyó percibir tristeza en los ojos de la aprendiza, y se preguntó si habría dado en el clavo. Dejando de lado eso, con cansancio y pesar de dirigió a su guarida y se tumbó para descansar.

Antes de poder cerrar los ojos, un grito de Corazón Nevado hizo que se levantará de repente. Entre que los demás acudían a la reina, Osezno vio a una familiar figura gris mirando hacia arriba, en el borde del barranco. Poco después, alzando otra vez la vista percibió como su amiga se alejaba con fulgor y determinación en sus ojos esmeralda.

Sin pensarlo ni un poco, el joven salió de la protección de su guarida y intentó seguir por otro lugar el rastro oloroso de la cahorrita mientras reflexionaba. Tal vez no debería haber sido tan rudo con su amiga, después de todo, si habían hablado de él era para no herirle en algún sentido.

Lentamente la lluvia fue empapando el pelaje marrón del aprendiz y borrando el leve rastro oloroso de la pequeña cachorra de su clan.

Al ver una figura grisácea alejarse de la frontera con el Clan del Río supuso que Mariposa había hecho todo lo posible por salvar a la pequeña. A Osezno no le quedaban fuerzas para volver al campamento, y menos para comunicarle a Corazón Nevado que había perdido a su querida Albina. Como estaba cerca de las rocas soleadas decidió descansar ahí y después cazar un poco y volver al campamento. En su interior se sentía como si fuese un traidor; en esos momentos debería estar con su clan haciendo todo lo posible por mantener la calma y recuperar a Albina, pero ahí estaba él, tumbado sobre una lisa y fría piedra, aislado de todo. Una suave y tibia brisa revolvió el pelaje del aprendiz, se preguntó si, por una vez, el Clan Estelar le había mandado una señal para tranquilizarlo.

Mientras el sol descendía de su cenit, Osezno cerró los ojos abriendo la puerta de su mente a los sueños. Soñó que Albita estaba envuelta de extrañas figuras grandes y de anchos omóplatos, pero se dio cuenta de que la protegían. Después de eso, relajó la tensión de sus hombros y pudo seguir durmiendo tranquilamente.

*Nota de la autora:

Yesss, por fin la historia de Osezno. Me hubiera gustado acabarla antes, pero entre exámenes y tal... pues ha sido hoy. Espero que así entendáis mejor las mentes subnormales de mis personajes. :)

GRACIAS

GRÀCIES

THANK YOU

ETC.

Los Gatos Guerreros, La Profecía Nocturna, Entre la MalezaWhere stories live. Discover now