-Adelante, bruja. Vemos en tu aura muchas inquietudes.
La voz parecía provenir de cada rincón de la estancia. Tomé aire y di un paso hacia la puerta. Inmediatamente me sentí atraída por una fuerza invisible hacia la cálida habitación.
-Lulabell- tronó la poderosa voz-. Tu aura está manchada, no estás en paz. ¿Qué te preocupa, pequeña bruja?
-Divinidad, hay tanto que quiero saber... Sobre mi abuela, sobre su linaje, sobre la madre de Belén.
-Pregunta rápido lo que necesites saber, tu tiempo es limitado. Tu estancia es peligrosa.
-¿Quién asesinó a Belén?
-Busca las pistas, pequeña bruja. La respuesta está más cerca de lo que imaginas. Sois siete brujas, Lulabell. Siete las que quedáis vivas. Recuérdalo.
-¿Qué va a ocurrir con Ro y con Armando?
-Sus actos, aunque de buena fe, les han costado una penitencia de 20 días humanos sirviendo a los ángeles en sus caprichos.
-Entiendo. Si vuelve a verlos, dígales que lamento no haber estado con ellos.
-Pequeña bruja, tu tiempo se agota. ¿Hay algo más que desees saber?
-Una pregunta más. ¿Quién lidera Omens?
-Lo lamento, Lulabell. Debes irte. Cuanto más tiempo tardes en volver más difícil será que despiertes del coma en el que has caído. Ve, pequeña bruja. Velaremos por ti.
Las puertas se abrieron, dejando ver a la alta guía de los perdidos.
-Pero...
-Vamos, Lulabell, ya les has oído- Belén apareció tras las puertas.
Asentí, les di las gracias y caminé tras el ser de luz.
-No estoy segura de que se me permita preguntar a los visitantes, pero ¿qué te ocurre, Lull? Estás pálida y temblorosa.
-Belén, siento tanto lo que te ha sucedido... Si esa noche hubiese hecho caso a mi intuición y hubiese ido a veros, quizá seguirías viva...
-No, Lulabell, lo que pasó no pudo haber sido evitado.
-¿A qué te refieres?
La guía de los perdidos se encogió de hombros.
-Estaba escrito. Todo pasó como debió pasar.
-Gracias, Belén, pero no creo que sea así.
El ser de luz se detuvo.
-No debemos hablar más. Debes despertar.
-Belén, yo...
-Silencio, Lull. Te llevaré de vuelta.
Pasó su mano incorpórea sobre mis ojos y me desperté en el jardín. Entré en la cocina y vi a Xavier tomando café sobre mi encimera.
-Y bien, señorito, ¿qué se cree usted que está haciendo sentado en mi encimera?
-Oh, todopoderosa bruja, tomo café, la ambrosía de los mortales- replicó de forma sarcástica.
-¿Has recordado hacer tu ofrenda a los todopoderosos, oh, mortal?- Dije siguiendo su juego.
-Hay una cafetera llena, mi buena señora.
Me acerqué y me serví una taza, riendo.
-¿Habéis avanzado con la investigación?
-No han encontrado huellas por ningún lado, fueron meticulosos. Y tú, ¿qué? Cuando te fui a ver estabas tumbada en el suelo, brillando.
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Omens
ParanormalLulabell es una joven bruja con mucha responsabilidad sobre sus hombros. Grandes cargas que la llevarán a tomar difíciles elecciones.