Sentimientos que brotan

442 26 1
                                    

Bárbara permitió que Antonio pasara toda la noche ahí, se tomó algún tiempo para observar al hombre que tenía en su cama, no era como los demas, era muy rara la sensación, se puso molesta al sentirla. Al caer la mañana en el miedo, echó a Antonio pero le especificó que por la tarde volviera sin excusa alguna. Cuando Antonio dejaba ya la estancia, alguien lo vio y se dirigió directamente a contarle a Santos. Al llegar al rancho, Toñio repartió el dinero que Bárbara le había entregado

-Pero Antonio, no terminaremos este rancho en 3 meses-
-Doña Bárbara dijo que así tiene que ser-
-Pero Antonio, no le has dicho nada?-
-Y, ¿Qué puedo decirle yo?-
-Esta misma tarde vas y le explicas, no compañeros?-

Todos apoyaron la idea, ahora Antonio no solo tenía que volver al miedo por pedido de Bárbara sino que tambien debia volver a decirle eso y presentía que no sería para nada buena su reacción. Volvió a su casa donde lo recibieron sus sobrinas. Mientras almorzaba llego santos.

-
Tiempo antes en el miedo:
-
-¡BÁRBARA, BÁRBARA!-

Bárbara escucha los gritos desde el despacho esbozando un sonrisa, Santos se había enterado. Salió y lo encontró tenso, parado esperando una respuesta

-¿Qué quieres?, ¿Vienes a disculparte?-
-¿A disculparme?, ¿Que dices Bárbara? Me contó un peon que estuviste con Toñio, ¿Cómo se te ocurre?-
-Escuchame, tu no eres nadie y a mi cama entra quien yo quiero-

Santos se acercó y la tomó de la cintura, la apreto contra su pecho sin darle posibilidad de escape

-Escuchame bien Bárbara, no juegues conmigo y mucho menos con Antonio, si lo vuelves a hacer todo terminará entre nosotros y te quitare todo-
-¿Ah si?, ya lo veremos-

La soltó, sus corazones latieron fuerte y juntos pero de repente Bárbara no sentía la euforia de saber que ese hombre era suyo y tampoco el cometido cumplido. No entendía

-
Santos entró brutalmente y agarro a Antonio por la camisa, lo acorraló contra la pared más cercana 

-¿Te acostaste con Bárbara?-

Antonio miró para todos lados, todos estaban sorprendidos y asustados. Para ellos se había acostado con Barbara Guaimaran, Doña Bárbara, la devoradora de hombres, quien había transformado la barquereña en el miedo; y él solo sentía que había estado con Bárbara, simplemente Bárbara.

-Si, si estuve con ella-
-¿Acaso te has vuelto loco? Fuiste el primero en advertirme sobre ella y ahora te acuestas con ella?-
-Lo se Santos pero...-
-¿PERO QUÉ?-

Santos perdía la paciencia, lo tenía acorralado y tenía el intenso deseo de pegarle. Se había acostado con su mujer, eso lo volvia loco.

-Nada, sueltame-

Antonio se solto y se miraron fijamente a los ojos por unos segundos, salió del rancho y se montó en su caballo hacía el miedo.
Cuando llegó allí entró sin anunciarse y fue directo al despacho, abrió la puerta para encontrar a Bárbara sentada, pasó por detras del escritorio, la tomó con fuerza y la besó.

Vengate, amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora