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Jimin se sentía tan cómodo en ese lugar, no había otro lugar en el que quisiera estar. Tan calentito y acogedor.

Pero él tenía que regresar antes de que la magia en su cuerpo terminara, no quería cambiar a su forma humana en la casa de YoonGi. Que él supiera la verdad no estaba en sus planes.

Por eso, y como pudo salió de entre las mantas y de los brazos de YoonGi, tenía que regresar a casa pronto.

Bajó con cuidado de la cama para después dirigirse hasta la sala, donde trepó hasta la ventana. Intentó empujar la ventana con sus patitas, pero fue una tarea imposible.

"¡Esta cerrado!"

Tal vez YoonGi se había levantado en medio de la madrugada para cerrar la ventana con seguro. De inmediato bajó la ventana y corrió hacia la puerta, la cual también estaba cerrada.

Jimin estaba atrapado en el departamento de su vecino, en su pequeña forma animal. Faltaban minutos para que el amanecer arribara y la magia desapareciera.

Estaba en un grave aprieto, no había forma de salir. Incluso insistió con la ventana de nuevo.

Con todo el movimiento que estaba haciendo, tumbó un par de cosas haciendo ruido, se arrepintió de inmediato, lo que menos quería era despertar a su hyung, pero si no despertaba, no podría salir ¿Qué podría hacer?

─ ¿Mochi? ─ era demasiado tarde, YoonGi estaba de pie en la sala, buscándolo─. ¿Dónde estás amigo? ─

Jimin brinco desde la ventana hasta el piso y después corrió hasta la puerta. YoonGi aun adormilado lo siguió.

─ ¿Qué pasa? ¿Tienes hambre? ─

YoonGi lo cargó entre sus brazos, el pequeño gatito se revolvió en ellos mirando por la ventana, el amanecer estaba saliendo.

Él realmente estaba acabado.

Por eso dejo de luchar y solo se resignó a lo que pudiera pasar.

De un momento a otro, un humo de color blanco y de olor dulzón rodeo el cuerpo del gatito.

YoonGi se asustó mucho al ver lo que estaba pasando, el humo lo fue cegando y el cuerpo del gatito en sus brazos fue pesando cada vez más.

De un momento a otro el humo de disipó y YoonGi pudo abrir sus ojos.

Lo que él estaba sosteniendo ya no era más un gatito blanco, no, ahora se trataba de su vecino, el de mejillas regordetas.

─ ¡¿Qué rayos?! ─ exclamó YoonGi.

Jimin abrió un ojo y sonrió culpable y avergonzado, estaba acabado. 

¡Miau! 《》🐱《》[YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora