Su hija llegó caminando de la mano de Joon, incluso abrazandole. ¿Qué se traían entre manos?
Namjoon no podría ser pareja de su hija, ese chico era.... ¿cómo decirlo? Lo que se ve no se pregunta
Y no se sentía celoso por su hija, sentia celos porque alguien más abrazaba a su bello Namjoon.
Porque ahora él estaba detrás de la barra desayunadora fingiendo trabajar en su laptop, pero bajo la madera sostenía su pene entre su mano derecha, moviendo hacia arriba y abajo. Discretamente mirando las largas piernas del mejor amigo de su hija. Reprimiendo sus gemidos a sólo morder su lengua, el semen brotando a borbotones. Su glande rojo y sus manos húmedas.
Solo quiero tomar un sorbo de tus labios
Porque no se detuvo a un orgasmo, fueron dos, y el chico estaba trabajando en la mesa ratona de la sala de estar con el culo hacia arriba, sin pensar que era la presa del pálido padre de su amiga. Una pantera, Min Yoongi era una pantera. Un cordero, Kim era un cordero.
Estoy sediento
Mojé mis labios sintiendo una mirada sobre mi, volteo a verle y sigue trabajando en su laptop. Siempre que vengo aquí mi espalda precibe que alguien me observa, pero seguro solo es mi imaginación.
Encontramos miradas. El señor me ha visto, espero no sea porque he hecho algo mal y no le haya parecido.
Mi respiración se vuelve más áspera
Me siento sediento por comer tantos caramelos, necesito agua.
-Hani- Llamó a su amiga por su apodo cariñoso a un susurro apenas audible -¿Puedo ir a tu cocina por un vaso de agua?
Kim tenía miedo de Min YoonGi, era un hombre que lo hacía sentir minúsculo, pues su mirada siempre era fuerte y pocas veces había escuchado su voz, a demas de tener apatiencia de poca paciencia.
Me levanté por un vaso de agua después de mi amiga asintió con la cabeza. Sin quitar la mirada del señor, a través del arco de la cocina, donde está la barra desayunadora.
-Señor ¿Puedo tomar un vaso de agua?- Pregunté mirandole a los ojos.
-Sí, es tu casa Joonie.
El latido de mi corazón se vuelve más rápido.
Bajé un momento mi mirada ¡Maldito descarado! Su pene entre sus manos ¡Asqueroso! Mirando mi entrepierna ¡Desvergonzado! Me miró a los ojos mientras sacudía el semen de su polla.
Mi cara se calentó, mi sangre subió a mi cabeza. El miedo y asco corrió mi médula. Sentí un peso sobre mi tórax resultado del coraje.
Y me sentí sucio mientras el sonreía.
-¿No vas a tomar el agua? Si quieres yo te sirvo el vaso- Dijo con su voz gruesa, mirándome algo desafiante, hasta frío.
Guardó su polla en su pantalón y como si nada pasara se dirigió a la tarja de la cocina, tomó un vaso y lo llenó de agua.
-¿Así o más?
-A- Así está bien, se- ñor... Gracias.
Tomé el vaso de su mano cubierta de semen. Me miró expectante y bebí el agua bajo su mirada. Le regresé el vaso, cubierto por fuera con sus fluidos, estaba resbaloso, casi cae de mis manos. Bajé mi mirada al ver las palmas de mis manos cubiertas del líquido blanco.
-Hani noona, me voy a casa. Adiós.
La puerta se cerró rápidamente.
-Joonie... tu mochila.
No escuchó. Corrió tan rápido como sus piernas pudieron.
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