Capítulo 24 (ADELANTO)

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Mientras me levanto, voy aclarando mi vista, otro día durmiendo en un cochambroso hotel de media estrella.

Me despierto al lado de un Pimp que probablemente se acabe de acostar, parece agotado; y no le juzgo. No pude acabar de verle del sueño que tenía.

—¿Qué haces?—ruge tomándome por la cintura con gestos de molestia.

—Sigue descansando.

—Tengo migraña... O no sé pero me duele todo...

—Duerme—le digo.

—No, tengo que preparar—se levanta con distintas muecas de molestia— el próximo concierto y lo de la boda y... Y todo.

—Pimp, dijimos de casarnos hace dos semanas. Ya habrá tiempo, ahora piensa en la gira.

—Mañana Murcia, ¿no?

—Sí—digo mientras le obligo a acostarse.

—No quiero que por mi culpa seas tú la encargada de todo y...

—Shhh—le mando callar mientras le obligo a cerrar los ojos.

Nunca imaginé que ser de una banda fuese tan duro.

Decidí irme de gira con él, Kinder y la banda. Lo cierto es que es agobiante, agotador y pateador.

Después de varios días creo que ya no puedo más y llamé a Maca para que me llevase de vuelta a casa, claro que Pimp me necesitaba y no sé si aguantaré hasta el concierto de hoy.

Mientras pienso, una voz del pasillo me devuelve a la realidad.

—¿______?—llama a la puerta alguien.

Salgo del baño, Pimp iba a levantarse pero le giro y obligo a que se acueste un rato.

Abro la puerta y veo a Maca sonriente al otro lado.

—¿Qué haces aquí a las siete de la mañana?—cierro la puerta a susurros.

—No seas tan exagerada, que ya son y cuarto...

—¿No decías que no querías venir por Kinder y Tony?

—Sí—dice lentamente—pero veo que se llevan bien y... Bueno, eso. Quiero ver a Kinder.

—Le dije a Pimp que me iría después de su concierto en Murcia, al menos déjame decírselo.

—Díselo, pero corre porque no quiero ver a Tony. Dile que nos vamos ya.

—Te odio—le digo mientras vuelvo a entrar.

Camino vacilante hasta la orilla de la cama para moverlo sutilmente.

—¿Dani?

—Dime, ¿quieres follar?

—Me encantaría pero me tengo que ir.

—Pensé que te quedarías hasta mañana o hasta después del concierto.

—Lo siento, pero creo que es lo mejor. Estoy agotada, no sé cómo tú puedes estar bien...

Me acaricia la mejilla para suspirar con los ojos medio cerrados.

—No te preocupes. Te comprendo... Si quieres irte...

Beso sus labios para sonreírle.

—Gracias—digo levantándome para sacar la maleta de bajo la cama e irme a cambiar al cuarto de baño.



NARRA KINDER:

Río con Tony para relajar tensiones mientras mi hermano mira al horizonte.

—¿Estás bien...?

—Sí—últimamente está muy agobiado y con varios ataques de nerviosismo, sé que lo pasa mal y que no sabe cómo llevar la situación, pero estoy seguro de que ______ le ha relajado todo lo posible. El problema es que ahora ella no está y se siente incómodo, no la culpo, yo también me habría ido.

—La boda y eso—susurra.

—Los nervios previos a la boda—asiente Dannel—. Cuántas veces lo habré visto...

Comienza a tomar aire con más fuerza, es muy tarde y el concierto ha sido un éxito, la cosa es que aún no han salido todos los de la banda, solo mi hermano, Tony y Dannel.

—¿Estás bien seguro?—pregunta Toni.

—Kinder—dice agobiado mientras cae redondo y con la cara roja. Justo a tiempo llega Luichi para socorrerlo.

Gracias a él, Pimp se puede recuperar lentamente.

—No puedo más—suspira.

—Hermano, tienes que dejarlo. Es que... No puedes más.

—Sí—dice—, creo que tienes razón...

NARRAS:

Navego entre mis redes sociales cuando algo hace que Maca se sorprenda escuchado por el altavoz de su móvil.

—Tía, ¿has escuchado lo que dice Kinder?

—Mmm, no. ¿Qué dice?

—¿Pasó algo con Pimp?

—¿Hablas de ese noviecito tuyo?—entra mi madre con una bandeja en sus manos. Mi hermano pequeño resopla a mi lado—. Móviles guardados.

—Yo quiero la salchicha más grande—dice mi hermano.

—Cállate, que eres adoptado. No te lo mereces.

—¡___!

Pues sí, aprovechando que pasábamos por Madrid, decidimos quedarnos unos días. Hablar con amigos, estar con mi madre y hermano... Todo ello me apetecía, pero ahora que estoy aquí no veo el momento de irme.

Nada ha cambiado, salvo, una demanda de trabajo en la revista OSCURIDAD, O SEA, LA REVISTA MÁS PRESITIGIOSA.

El problema es que la sucursal está en Madrid y vivo en Barcelona y todavía no sé cómo decírselo a Pimp, con un poco de suerte no volverá hasta que tenga la escusa perfecta...

—Te suena el móvil—me dice Maca.

—¿Sí?

—¿Dónde estás?

—¿Yo? En casa—digo mientras miro mi reloj—. ¿Qué tal el concierto de ayer?

—No sabes mentir, en casa estoy yo.

—Mmm, Pimp tienes gira.

—Lo he dejado.

"Lo ha dejado" pienso.

—¿Qué?—me levanto de la mesa para irme al baño.

—No podía seguir más... Ahora necesito tiempo para pensar.

—¿Para pensar?

—Sí, quiero decir, para pensar en mí mismo. Porque no me está sentando bien esto de los conciertos y no me encuentro muy bien.

—Ah.

—Así organizamos la boda y eso—dice con tono de ilusión.

Me cuenta todo lo que cuenta Kinder por sus redes sociales. Me da un pequeño infarto cada vez que pienso en lo mal que está y en qué tal vez nos casemos.

Me angustia la idea. De hecho ni siquiera se lo he dicho a mi madre... Es obvio que querrá conocer a Pimp y tal vez se piense que es alguien como David. ¿Qué hago?

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Pico Tres (Pimp Flaco y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora