Capítulo 31

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NARRAS:

No le puedo ni mirar a la cara sin que se me note una evidente sensación de malestar.

Desde ayer a la noche no he vuelto a hablar con él y se comienza a extrañar tanto él como la pareja.

—¿Te pasa algo?

—No es nada—me giro más.

—¿Estás segura?—. Sus ojos me obligan a mirarle y creo morir de vergüenza cuando me sonríe tranquilamente para tratar se calmarme.

—Pasa que soy una mierda de persona—me desespero y tapo mi rostro con mis manos—. Joder...

—¿Por qué dices eso?— Se incluye Fran.

—Mor, vámonos y dejemos que ellos lo solucionen— le toma por el brazo Juan.

Habría preferido que Juan (uno de mis mayores apoyos) estuviera presente en la charla pero para cuando quiero replicar ya estoy sentada en un banco con las piernas por encima de Samuel y sus ojos hipnotizado los míos.

—¿Es por mí? ¿He hecho algo?

~no ser él~

—Claro que no—suspiro—. Es más complicado es que...

Recibo un mensaje y decido encender la pantalla. Es Kinder y no sé qué quiere. Apago la pantalla.

—Cuenta—me mira fijamente.

—Bueno es...—recibo otro mensaje y me extraño. Deslizo la pantalla. Es Kinder de nuevo, la apago.

Suspiro para mirarle.

—Perdona ¿eh?—. Mi teléfono vuelve a sonar y me exaspero maldiciendole por lo bajo.

—Ponlo en silencio—me aconseja Samuel.

—Sí, sí...—desactivo los mensajes para ponerme a mirarle de nuevo, en completa tensión—. ¿Por dónde iba?

—Ni siquiera has empezado—se encoge de hombros con una sonrisa en sus labios.

—Ah, sí, eso... No es nada, de verdad.

—Decías que era más complicado de lo que parecía—me recuerda con picardía.

—Así que sí había dicho algo...—voy a seguir hablando cuando una llamada N inrerrumpe—. ¡Joder!— Descuelgo la llamada—. ¿¡Sí?!

—¿¡Vas a poder venir o no?!

—¿A DÓNDE?— Ni siquiera reconozco la voz pero estoy muy alterada.

—¡A MI BODA!

Me quedo en silencio procesando la información.

—¿A tu boda? Pues... No lo sé, eso estaba por ver—me excuso fácilmente.

—Pues dilo porque tengo un asiento para ti. Vente si quieres. Es el día catorce.

Cuelga la llamada y me quedo en silencio procesandolo todo, de pronto recuerdo a Samuel justo delante mía y suspiro para reír.

—Pues mira, te vas a acabar enterando... Kinder quiere que vaya a su boda... Es dentro de unos días. El día catorce...

—¿Kinder? ¿El hermano de tu ex?

—Exacto—afirmo.

—¿Eso no es... Raro?

—Por eso no quería decírtelo. Sabía que no querrías y...

—No, no—me interrumpe— si tú quieres vamos.

Pico Tres (Pimp Flaco y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora