Capítulo 10: Dragón sin cadenas

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- ¡oye suéltanos!... - Hyuuga se sacudía mientras el soldado trataba de amordazarlo.

- ¡Hyuuga planean a hacer algo con Kagami! – los habían alejado del dragón, arrastrándolos contra su voluntad a vaya saber qué lugar. Eran listos, acabarían con la amenaza mayor primero y luego irían por ellos.

- ¡¿crees que no lo sé?!... maldición, tenemos que salir de aquí – pero era más fácil decirlo que hacerlo.

Los primeros en ser separados fueron Hyuuga, Mitobe e Izuki... el capitán se ahorro un quejido mientras trataba de poner resistencia, trataban de debilitarlos aún más alejando a los más fuertes.

- llévenlos al cuarto rojo... serán los primeros en tener el honor – les dice Wakamatsu desde la entrada de las escaleras – y a ese lo atan y lo dejan intacto, yo me encargare de él personalmente – apunta al capitán del grupo, lo que hace a Hyuuga tragar seco.

- ¡sí señor! - respondieron los soldados.

Fueron forzados a empujones a seguir bajando a la parte más profunda del castillo, los guiaron por pasillos oscuros y húmedos, siendo el recorrido tan desagradable y silencioso que los hacía impacientar.

- Izuki... ¿Qué dices? – susurra una vez que nota a los guardias distraídos.

- el esposado esta...-

- y que no sea una estupidez –

- no tienes sentido del humor... - da un suspiro – está bien – sus ojos comienzan a analizar la situación, a pesar de la poca luz que las antorchas le dejaban, mirando a varias direcciones rápidamente, su mente calculaba las posibilidades a gran velocidad - son ocho guardias y nosotros tres, cada uno tiene una lanza, lo que no les ayuda con un pasillo tan estrecho como este... dos detrás de Mitobe y uno a su izquierda, tú también tienes tres, puedo encargarme de los dos a mi izquierda, solo necesito una espada –

- ¿crees que puedes conseguirla? -

- silencio – les advierte uno de los sujetos, harto de los susurros.

Izuki sonríe y asiente con la cabeza.

- ok, ya sabes lo que tienes que hacer Mitobe – el sonido de las cadenas confirmó que Mitobe los escuchaba. Así que el capitán tomó aire, tomando confianza, podrían parecer extraños a primera vista, pero esos dos eran los más fuertes que tenía Seiren en ese momento... incluso más que el capitán Hyuuga.

- ¡que se callen les dije! – les amenazó.

Como Hyuuga lo miró sin importarle sus gritos, el guardia sujeto la lanza y con ella lo empujo, apretándole el cuello – será mejor para ustedes que obedezcan, maldito cazador –

- lo siento, no soy de esos que obedecen – de una patada le tumba hasta el otro lado, haciendo que la cabeza del guardia golpeara contra la pared de piedra - ¡ahora! –

Mitobe fue el primero en reaccionar, usando sus propias cadenas comenzó a estrangular al guardia del frente hasta que este soltó su arma, los otros dos guardias se van contra el cazador. Uno cae inconsciente y Mitobe lo patea, no necesita un estorbo en esos momentos, otro trata de apuñalarlo y se confía cuando siente que el cuchillo atraviesa la carne, pero no hay gritos, solo se encuentra con la mirada oscura del cazador, tan helada que lo hace temblar... el último lo intenta atacar por atrás pero Mitobe lo detiene sujetando un barrote con su brazo libre y estampándolo contra el cráneo ajeno.

- ¿Qué clase de sujeto eres tú? – pero Mitobe no emite una sola palabra.

Izuki apenas recibe la señal da un codazo al hombre que tenía atrás, rompiéndole la nariz, aprovechando la distracción de los guardias con sigilo les roba la espada. El hecho de que fuera experto con la espada corta no significaba que no supiera como manejar una de tamaño regular...

:Sangre Híbrida:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora