Capítulo 14: El Lindero de las Ilusiones

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- ¿hasta cuándo pretendes estar montada sobre mí? – rugió un Kagami molesto y sudoroso.

Riko no le hizo caso y sin importar todo el cansancio que llevaba encima el dragón, de un salto bajo de su espalda cuando vio que habían llegado a tierra firme. El impulso del salto de la chica hizo que Kagami terminara con la cara estampada en la arena de la orilla.

Kagami estaba volando por sobre un lago muy grande, de una extensión tan larga que rodearlo tomaría unos dos o tres días de viaje, pero a vuelo solo es unas cuantas horas... y Riko le había parecido excelente idea usar eso como el comienzo de su entrenamiento, llevar la resistencia del pelirrojo hasta sus límites para poder fortalecer sus músculos y que aprendiera a controlarse bajo presión.

- wow... has volado más de quinientos kilómetros sin descanso, eso es bastante... por hoy – ve el horizonte que le ofrecía el lago con una sonrisa, Riko tenía una parte sádica que no le importaba explotar.

Por otro lado el dragón se quedó allí en el piso, sin camisa y con el pecho subiendo y bajando del esfuerzo que hacían sus pulmones.

- ca... cállate... estas... loca – La sonrisa de Riko no se quitó, demostrando su molestia mientras pisoteaba la enorme cabezota del pelirrojo y le hacía tragar arena.

- creo que ya va siendo hora de darle un descanso a Kagami – Koganei debió intervenir en pro del pobre pelirrojo antes de que la chica terminara con él.

- es como un molusco fuera del agua – decía Izuki, refiriéndose al cuerpo inerte de Kagami.

- oye no te aproveches de que Hyuuga no está para hacer esos horribles chistes – Tsuchida le regaño – por cierto... ¿Cuánto crees que tardaran esos dos? –

- no lo sé... pero apuesto cinco monedas de cobre a que terminan reconciliados – Koganei parecía emocionado ante aquella posibilidad.

- entro... cinco monedas a que lo hacen – e Izuki no quería quedarse atrás.

Terminando con una Riko molesta y sus nudillos tatuados en cráneo.

- deben llegar al atardecer o a más tardar mañana, Kiyoshi conoce a varias criaturas que tal vez no rastrearan a Kuroko, pero si a los Vampiros que se lo llevaron – mira al grupo que estaba ya cansado del viaje, pues llevaban ya un buen tiempo sin tomar un buen descanso – bien, Izuki, si tienes tanto tiempo para hacer chistes de mal gusto puedes ir con Furihata a recolectar cosas para la cena... - Shun obedeció algo lloroso mientras Furihata preguntaba por qué tenía que ser castigado con su senpai si no había dicho nada - los demás a montar el campamento, no falta casi nada para que anochezca... ahora Kagami... te toca hacer una nueva ronda... esta vez con Mitobe sobre tu espalda, pero debes sacar tu cola –

- ¡ya para!... ¡mujer diabólica! -

-.- -.-

Llevaban un largo rato en silencia, el de googles caminaba delante aun que era Kiyoshi quien se suponía que conocía el lugar, Hyuuga se volteaba de vez en cuando a mirarle para luego regresar su vista al frente, eso siguió así hasta que el hombre lobo se cansó.

- ¿pretendes ignorarme todo el camino... o vas a soltar lo que quieres decirme? – Kiyoshi lo detuvo bloqueando su caminar, el castaño era más grande y a pesar de que siempre andaba de buen humor y era alguien amable, que el capitán le ignoraran y le tratara como si no existiera le comenzaba a molestar...

- bueno si eres así de insistente me pones el trabajo más difícil – intento rodearlo pero el otro se movía a cualquier lado que Hyuuga quisiera ir, haciéndolo hartar - ¡maldición!... ¡¿Qué es lo que quieres de mí?! -

:Sangre Híbrida:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora