Se dedicaron a averiguarlo con bastante entusiasmo.
Pasaron sus días trabajando, siendo tan profesionales como solo las dos podían serlo. Sus bromas no disminuyeron ni un pelo, y Lapis no recibió ningún trato especial. En todo caso, Peridot la hacía trabajar aún más duro. Lapis sospechaba que sólo quería acostarse con ella. No habían dormido separadas desde aquel beso.
Una vez en casa, se acabaron las jugadas. Aunque las cosas no se pusieron tan intensas como aquella noche en el sofá, Lapis descubrió que besar estaba muy bien. Más que bien. Sentía que acababa de re-descubrir el arte perdido del besuqueo. Era como estar en la secundaria. Peridot estaba más que feliz de ayudarla con su investigación.
Desafortunadamente, Peridot había descubierto algo. Lapis era totalmente débil ante las cosas tiernas.
"Eres preciosa", dijo una noche mientras estaban en la cama hablando. Jugó con las yemas de los dedos de Lapis y se embriagó al verla con poca luz.
Lapis miró hacia otro lado. "Cállate."
"Sabes, cuando te pones nerviosa de esa manera, haces una mueca lo mas de adorable."
"Paraaaaa", suplicó, cubriéndose la cara con una mano. Oyó la risita de Peridot.
"Espera, tienes razón", dijo Peridot. "Esto es completamente injusto. Aquí estoy prodigándote cumplidos, y no recibo nada a cambio." Se puso de espaldas y se cruzó de brazos. "¡Tú crees que no soy atractiva!", se quejó ella.
"Sabes que eso no es verdad", dijo Lapis, poniendo los ojos en blanco.
Peridot fingió respirar con tristeza.
"Vale. Tú eres...", miró hacia arriba y hacia abajo. La luz de la ciudad desde la ventana resaltaba la curva de su figura, la ligera definición de sus brazos, su pequeña nariz de botón. Lapis luchó por encontrar sus palabras. No era buena en esto. "Tetas".
"¡Wow!"
"Hago lo que puedo".
Peridot sonrió maliciosamente. Oh no. ¿"Estas cosas"? Dijo ella, empujándolas hacia arriba. Lapis se dio cuenta de que no llevaba sujetador debajo de su delgada camiseta. "Tienes razón, son impresionantes, ¿no crees?" Ella apretó una suavemente. Ligeramente alrededor de sus dedos. Lapis jadeante.
Peridot se volvió hacia ella, mirando el pecho de Lapis. "Ojalá pudiera decir lo mismo de ti, pero no todos podemos estar bien dotados."
Lapis la golpeó en la cara con una almohada.
Pensó en mantenerlo ahí y asfixiar al pequeño gremlin. Nadie la culparía. Sería un servicio público.
Levantó la almohada. Desafortunadamente para el público, eligió ser egoísta. No podía besar a Peridot con una almohada obstaculizando el camino.
... ... ...
"Ese es un gran avance", comentó Granate. Lapis le estaba contando sobre su nueva vida.
"Heh, sí", contestó Lapis. Se frotó la nuca y miró hacia otro lado.
Granate sonrió sutilmente a sí misma. Lapis tenía la sensación de que su terapeuta acababa de ganar una apuesta. Pero eso sería una grave violación de la confidencialidad del paciente. Incluso criminal. Lapis se preguntó si Granate cruzaría esa línea.
"¿Qué opinas de estos cambios en tu relación con Peridot?"
Lapis hizo una cara amable y le levantó los pulgares.

ESTÁS LEYENDO
Pyrohydriscence
ФанфикLapis lo pierde todo: su coche, su apartamento, el control sobre su propia vida... lo que nunca pensó tener, era una compañera de piso.