Capítulo XII SESIONES DURAS Y ORGÁSMICAS PARA UNA MASOQUISTA.

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Algun tiempo despues , en casa, Daniel me dijo que tenía cita con el médico. Yo quedé pensativa "mmm y si no quiero tener un hijo con vos", reflexioné. Pero de todos modos decidí ir al médico. Además, debía hacerlo, pues mi regla no ha sido siempre puntual. Debía hacer el esfuerzo, después de todo éramos un matrimonio y con un hijo tal vez la cosa podría mejorar. Y de nuevo ese pensamiento y mi ego ahí metido: "¡no sé si conviene tener un hijo ahora, mmm!". Pero yo lo había elegido para que sea mi compañero... ¿y cómo hacía parase parar todo lo nuevo que sentía con el florista? "¿Cómo, cómo y cómo?", resonaba en mi cabeza. "¡Dios, qué difícil es esto!", pensaba.Me paré en el living de mi casa y miré a mi alrededor; miré para atrás —sé que no debo mirar jamás atrás—, miré a mi costado, y miré para adelante... "¡¡¡Dios, noooo!!!", pensé y la desesperación entró a mi ser. Facundo siempre había existido, incluso antes de que apareciera, ya me había cautivado y en mi presente hacía mucho tiempo que no lo sentía a Daniel. Sabía que se había portado bien siempre conmigo a su manera, pero por primera vez en mi vida sentía que pertenecía a alguien, mi corazón se encendía cada vez que lo pensaba, tenía la necesidad de saber que estaba seguro de que yo era su felicidad. Cerré mis ojos y empezaban a brotar las lágrimas, mientras apretaba mis labios y movía la cabeza hacia un costado y al otro.Mi ego acongojado me dice: "¡Estas enamorada! Jamás has amado a alguien como a él y en tan corto tiempo! Aceptalo, es quien estabas esperando toda la vida, ¿qué harás? Sabés que todo en este universo es posible, todo en lo absoluto, excepto volver el tiempo atrás."Me sequé las lágrimas y levanté la cabeza. Respiré y nada, "aún puedo con esto...aun puedo", me dije. La lógica, la razón y mi fuerza no podían aceptar que uno puede amar sin antes tener una relación formal y seria.¿Qué es lo lógico? ¿Todas las parejas se ponen de novios porque están enamorados? ¿O para ver si conociéndose más se enamoran?Tenía una tormenta de pensamientos y sensaciones en la cabeza."Creo que la distancia ayudará a ponerme en mi lugar", reflexioné.Realmente quería saber por qué no teníamos hijos todavía. Así fue que terminamos yendo con su amigo médico, ya que mi ginecólogo solo me había dicho que tenía unos quistes en los ovarios, en ambos. El resultado de los estudios dio que Daniel tenía varicocele, una inflamación de las venas del escroto en uno o ambos lados que produce infertilidad. La operación para solucionar el problema consistía en cortar la vena anormal para conseguir que la sangre circulara por las venas sanas. El resultado, en la mayoría de los casos, es que soluciona el problema de infertilidad tan solo unos meses tras la intervención. La cirugía es de mínimo riesgo, para el segundo día ya se vuelve la vida normal. Pero fue en vano.Por aquellos días yo trataba de comportarme lo mejor posible,aunque de nada servía, ya se había hecho costumbre recordar aquel frustrado episodio con Ricky ese último año de soltería. Daniel siempre controlándome de forma extraña a donde iba. Era como si me estuviera espiando aun estando en casa. Claro que, por momentos,también creí que solo era yo la que sentía esa presión por mi falta de buenos actos fieles. A esas alturas, llegando a un par de años juntos...años de casados. Aquel que era mi marido no podía darme paz un solo momento cuando estábamos juntos o quizás era mi conciencia sucia e imperfecta. Eso del desayuno a la cama cada aniversario ya no existía.Mientras que notaba miles de bajas en la relación, pasaron semanas en que ni siquiera pasaba por aquella florería que tanto me gustaba. Aunque, para ser sincera, desde aquella última vez, todo había sido una tortura. No podía contarle a nadie sobre él...y nadie me aseguraba que solo estaría conmigo. Me resistía a rendirme a todas esas sensaciones, quizás por miedo a que me gustara mucho más la próxima vez que lo viera. Quizás por esa simplicidad me alejé tantos días. Aunque debo admitir que dolía también vivir de esa forma, me había acostumbrado a que cada vez que daba un paso, me sintiera perseguida por un reproche.Daniel podía pasar horas en las noches mirando tv y yo trataba de incitarlo, pero no dejaba que lo hiciera. Y así pasaban noches y más noches. El sexo nos visitaba una vez cada dos semanas, prácticamente lo más "dulce y rapido" posible, porque ¿dónde se ha visto que besarse en la boca y automáticamente meter la pija en la vagina, moverse una par de veces, ya es fantástico? ¡No, creeme que no lo es! Es cierto que se sabía mover bien, —sí, correcto—, y besar también, —sí lógico—, ¡pero nada más! Por cierto, lo que hacía estaba dentro de lo normal, solo que yo a esas alturas ya no quería nada normal. Y cuando le preguntaba por sus ausencias, me respondía: "tengo trabajo que hacer en Punta del Este. Y de última, ¿sos de la Interpol, el FBI?¡Qué te importa! ¡Tengo que trabajar y necesito ausentarme!".Unas semanas después, llegando a casa sola, pensé en qué sería de Facundo. No había ido más a la florería y tampoco había intentado saber si ya estaba en la ciudad. De repente, me crucé con el mismo chico de la bici—¿Señora Vidal?—Sí —contesté.—Para usted, Señora —y me entregó un sobre en mano.Lo agarré y miré para todos lados a ver si alguien me observaba, pero no había nadie al rededor, nadie que me pueda preguntar por aquello.Entré rápidamente, subí las escaleras, me encerré en el baño, abrí el sobre y me puse a leer:

La Obsesión del Señor FreityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora