Harry quiso salvar a su madre del cáncer endeudándose a más no poder , ella lo abandonó por los problemas de las deudas y este quedó desolado.
Toda la falta de afecto y ansiedad que sufría el rizado lo obligan a secuestrar a su amor platónico Loui...
"Los amo, gracias." Rodeó con sus brazos al rizado tomándolo en un abrazo. "Deja de esforzarte, sé que estás cansado luego de tu trabajo, tus ojeras no han desaparecido. Yo me encargo hoy de la casa."
"Me gusta poder darte cosas. Me encanta como me recibiste hoy asi que te traeré algo más bonito mañana."
Sonrió de lado, no lo había hecho a propósito, cuando limpiaba el segundo nivel encontró un disco de vinilo navideño en las habitaciones y también uno de esos reproductores viejos y lo bajó a la sala porque creyó que se vería mejor allí.
Luego de acomodarlo la canción jingle bella retumbó de forma agradable en la casa y como no la oía con concentración fue a dejar el trapo al lado de la ventana y al dar vuelta Harry ya estaba cerrando la puerta principal muy sonriente.
Se metió a la boca cuatro de las gomitas de gusano mordiendolas y disfrutando sus centros líquidos y ácidos mientras miraba, como cada tarde, al rizado cambiar su ropa a una pijama impecable para acostarse por una siesta. Normalmente lo observaba hasta que se durmiera y luego se iba a buscar algo que hacer pero esta vez estaba agotado o quizá solo se sentía tibio cuando en el exterior hacía demasiado frío. Da igual. Gateó hasta llegar a la cama y Harry le hizo un poco de espacio, se acurrucaron juntos.
"Tomarás una siesta conmigo?"
"Sí. Esa música me da sueño."
El rizado le asintió y en segundos ambos desconocieron el momento en el que se durmieron, no duró tanto porque a hora y media la melodía se había detenido y en el tejado se comenzaron a oír bruscos golpeteos que alarmaron al ojiazul.
Harry lo calmó . "Son solo los frutos podridos y congelados cayendo al tejado. "
"Ah."
"Deseas que volvamos a dormir?"
"Deberíamos realizar nuestra rutina."
Harry:
Eso lo alertó, recordó una vez leer en la sección de una revista llamada Datos amor, que la rutina mataba toda relación. "No."
"Ah?"
"Rutinas no. Hagamos algo nuevo."
Louis sonriente le besó. "Primero nuestra rutina, debemos almorzar. "
"Oh." se sonrojó. Olvidó que no habían comido.
"Aun es temprano así que luego podemos ir al lago otra vez y... para calentarnos al volver podríamos darnos un baño. "
Sonrió. "Juntos? Me gusta."
"Claro que te gusta, poco a poco te encanta tener esta clase de intimidad."
"Lou..." Recibió un cálido beso en la mejilla.
"Quiero una sopa, una cualquiera. Me enseñas a prepararla?"
"Sí, me encantaría."
Cuando entró a casa de la mano de Louis olvidó los recuerdos de su visita al lago.
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