Secuestrado, mi amor. (L.s)

22.baby

Dejó el papel intacto sobre su mesa de noche.
Cubrió su boca rogando a su conciencia no gritar.

Quería morir en ese instante.

Morir.

Podía hacerlo.

Podía ?

Tragó duro los nudos en su garganta, asintió a nadie e hizo lo que siempre hacía, preparó su ropa dejándola doblada y planchada sobre la cama.

Primero debía tomar un chocolate caliente y ... comerse las galleta que todavía sobraban.

No sabía a lo que se enfrentaría ahora, pero estaría listo y rendido para todo. Ya no sería cobarde.

Nunca más.

Louis:

El corazón no le había parado de joder la paciencia, cada taxi que pasaba le helaba la sangre. Nunca dejó de ser así hasta que se congeló por el correcto.

Por fin vio ese cuerpo delgado, forrado en un clásico pantalón negro agujereado, botas viejas y sucias, todo cubierto por un saco que no abrigaba nada. Aquellos rizos no los veía ya que estaban ocultos en aquella gorra de lana. Todo un caos andante.

El menor no parecía orientado, silbó hasta conseguir su atención pero no la dirección de sus pasos. Él se veía totalmente destrozado, literal, estaba estático.

 Caminó rápido hasta pararse frente a él. "Harry"

"Louis."

Le miró, allí de pie. Ni siquiera se recostó en su hombro para llorar. Se sentía igual de asustado y confundido.

Apartó las palmas del rizado para revisarle el rostro llevándose con tal acción terribles imágenes que no le dejarían dormir. Harry tenía el labio con una herida sangrante, una terrible mancha morada y verde en ambos pómulos y una pequeña cortada bajo el ojo derecho que al igual que el izquierdo derramaban lágrimas por montón.

"Amor, qué te hicieron?"
Lloró por impotencia, por el rizado y porque estaba asustado. Solo por eso.
"Perdóname."

Al mirarle fijo, aquellas esmeraldas empezaron a perseguirle cada movimiento, cada reacción. 'Está asustado'

Harry le tendió la mochila que había dejado en la casa. Hubiese deseado que el rizado no la tuviera, así tendrían una buena excusa para volver. La puso sobre su hombro restandole importancia.
Tomó la mano del menor y caminaron con prisa al vehículo.
"La ropa que llevas no es apropiada para este frío Harry. Puedes enfermarte."

Harry dócil solo caminaba, no parecía tener palabras, se encerraron el asiento trasero del vehículo. 

Un beso hizo que Louis por sorpresa golpeara su espalda contra la puerta al apartarse, sollozos y gemidos que no quería oír lo empaparon, cuando se miraron fijo por fin, lo abrazó como si este fuese aquel peluche que perdió en la infancia y recuperó luego de tantos años. Harry era mucho más apreciado que ese peluche a pesar de no tener un por qué muy claro.

Se acomodó lentamente para poder mantener quieto y a salvo al rizado sobre su pecho.

"Lou."

"Shh, Harry tengo que explicarte y tu tienes que decirme mucho también, hablemos y pensemos qué hacer, está bien?"

Oyó un ruido nada ajeno, el estomago le rugía desde media hora. Supuso que el rizado tampoco había cenado.

"Te apetece comer algo? " Rebuscando en la maleta sacó la tarjeta. "Bien. Invito yo, es muy tarde, supongo que no hay nadie en los restaurantes de veinticuatro horas."