—Mon chérie —Sasuke Uchiha, 15 años, paseaba a un lado de Temari Sabaku No. La robusta chica solo lo volteó a ver por un minuto, mientras arrugaba la nariz, recordándole a Sasuke a cierto varón (doncel) que lo traía sumamente confundido—. Pronto volveré a Japón —afirmó.
La rubia volvió su vista al frente y asintió, mientras tamborileaba sus dedos sobre los costados de sus anchas caderas. Para ser tan joven, tenía un cuerpo espectacular, pero una actitud bastante... explosiva. A decir verdad, también le recordaba a Deidara.
—Puedo cuidarme sola, Sasuke.
—Cuida también a...
—Sí —lo interrumpió antes de que pudiera completar la oración entera, meneando la cabeza—, no te preocupes. Estaremos bien, viaja tranquilo y salúdame a tus padres.
—Lo haré —le dijo con una sonrisa incómoda. Las cosas entre ellos siempre fueron así. Incómodas—. Deséale a Gaara un buen año, no podré verlo y quis-
—Me despediré de él por ti, tranquilo —se paró frente a la puerta de aquella pequeña casa perteneciente al Uchiha en su viaje—, ¿ya comenzaste a empacar, Sasuke-kun?
—No, comenzaré pronto —le dedicó una pequeña sonrisa y la miró—. ¿Estás segura de que no quieres ayuda? Puedo quedarme un par de meses más, las vacaciones todavía no terminan y-
—No. Gaara se enojará si se entera —bromeó.
Sasuke suspiró.
—Además, seguramente tienes cosas que hacer en Japón —afirmó ella, mientras esperaba que él abriera la puerta, sus ojos aguamarina pasaron por todo el lugar—. ¿Qué me dices de tu amigo? El rubio.
—Debe estar extrañándome —sonrió—. ¿Sabes? Debo encontrar los pergaminos de los Uchiha. Quizá puedas ayudarme con eso, sé que los dejé por aquí en algún lugar.
—Claro —Temari entró en el lugar como ella.
—Sasuke —Naruto suspiró y llevó su cabeza hacia atrás mientras negaba—. ¿Qué haré ahora?
Su mente, la mente del esposo de un abogado, era todo un lío en aquel instante. Estaba mareado y su cabeza no paraba de doler, no tenía hambre pero también quería comer, y la ansiedad de no saber como manejarlo todo a esa edad lo carcomía fuertemente. La noche anterior mientras dormía sobre el pecho de su esposo una pregunta asaltó su cabeza y se instaló en ella cual puntilla, lacerando su cordura poco a poco.
Presentía que algo malo iba a pasar entre toda esa supuesta calma que venían teniendo en casa. Al menos Kaguya no daba indicios de querer atacarlos por el momento, seguramente se debía a que había perdido dos de sus peones más fuertes, su detestable hermana Shion y su hijo Hamura, en un margen de quince días. No importaba por qué fuera pero si que su distancia no significaba nada bueno.
Ya una vez se había alejado y regresado con todo, no quería pensar como sería esta vez.
—Hn —apretó su mandíbula, ahogando las rebeldes lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos sin ninguna razón aparente. Era uno de esos días en los que despertabas más sensible que de costumbre, y se sentía realmente confundido al respecto. Seguro eran las hormonas.
Meneó la cabeza y volvió a suspirar mientras abrazaba la almohada que Sasuke usaba, impregnada del olor de su esposo, apretándole entre sus manos y piernas, como si fuera el azabache en lugar de aquella fría almohada. ¿Sería que aquel juego algún día terminaría?
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El esposo de un abogado |Sasunaru|
FanfictionNaruto se casó algo joven con el abogado Sasuke Uchiha, aunque considerando que se conocen desde que él tenía cinco años no habría nada de raro, ahora con 44 años su vida parece estar en la "mejor etapa". Tiene siete hermosos hijos y un esposo fantá...