Capítulo 22; Adiós, Tsuna.

184 12 83
                                    

—Hiro —Naruto se tensó ante la visión, y se giró a verlo—. No esperaba verte... jamás.

—Naruto, siempre tan halagador —el pelinegro sonrió, algo nervioso pero aun así lo disimuló muy bien. Había sido mera coincidencia que se encontraran en aquel mall mientras hacía las compras para su vieja amiga—. ¿Cómo ha ido tu vida, cariño?

—No me llames así —masculló el blondo, mientras se hacía a un lado. Habían pasado dos días desde que se había enterado que aquel despreciable ser había vuelto a Japón, dos días desde que Sasuke se había ido de viaje -por no decir en una misión casi suicida-, junto a Temari y Gin, y no se sentía para nada contento. Ni siquiera los había llamado para confirmar que había llegado. Naruto estaba preocupado.

El susodicho sonrió de lado.

—Muy bien, tranquilo —alzó los hombros algo divertido y le sonrió—. ¿Y tu esposo?

Naruto levantó la mirada de la caja de cereales que estaba leyendo -la parte nutricional porque se preocupaba por lo que consumían sus hijos y porque si Hikari pescaba alguna alergia se sentiría como la peor escoria-, para posar sus orbes azules sobre el pelinegro de ojos negros con una sonrisa tan falsa que le recordaba al bastardo de Sai.

—Está bien —respondió, volviendo su vista a la caja—. ¿Es por el anillo? 

—¿El qué? —le observó confundido, Naruto extendió la mano libre hacia el otro. 

—Si sabes que tengo esposo por el anillo —respondió. Hiro apreció en silencio la argolla claramente personalizada con el símbolo Uchiha y Namikaze unidos en una rara circunferencia dentro de una imitación de diamante redondo del mismo color de los ojos del rubio, el resto de la circunferencia era dorada.

—Ah, sí. En realidad fue porque me llegó una postal de su boda hace algún tiempo —no recordaba ni siquiera eso, pero por alguna razón, tuvo curiosidad. Se lo inventó, obviamente.

—¿A ti también-ttebayo? —Naruto masculló por lo bajo. Ese teme, haciendo que al Nakamura le cayera una gotita de sudor. ¿Es que en serio lo había hecho? ¿Qué clase de espo-? Esperen...

—¿Sasuke?

—Sí —lo miró y sonrió, reluciente como el sol que siempre ha sido. Hiro estaba anonadado.

—Bien... Supuse por el anillo que debía ser un Uchiha, supuse también que no tendría nada de raro que fuera así, pero... Creí que ustedes habían... Whoa, es que es mucho tiempo. 

—Oh, ah... No, no realmente —Naruto se rascó la mejilla—. Nunca terminamos, osea si estuvimos separados un tiempo, pero ah... Mah. Es más sencillo de lo que sonaría-ttebayo.

Hiro sonrió y Naruto apreció este gesto en silencio. Era una sonrisa real.

—¿Te gustaría, ah, comer algo? Conmigo —aclaró. Naruto rió y asintió.

Sasuke meneó la cabeza mientras entraba en el lugar. Todo estaba hecho un desastre, la noche anterior no había podido percatarse bien del todo, simplemente había buscado al chico y salido con él enseguida, sin importarle nada más que no fuera llevarlo al hospital, donde ahora atendían al chico y a los demás criados que se encontraban ahí. Dio un vistazo a la pared donde había sido la explosión, en ella, una foto de su familia junto a los padres del chico. No muy felices, en realidad esa era una foto muy mala, incluso él y Gaara se veían realmente mal. Incómodos, recordaba bien lo que causaba aquella imagen y se preguntó por qué estaba ahí esa fotografía. Ahora, parte de la familia se había borrado en un manchón negro. Cerró los ojos. 

—¿Estás bien? —Temari le puso una mano en el hombro, provocándole un respingo y esbozó una sonrisa burlona—. Ey, tranquilo. Sólo soy yo.

El esposo de un abogado |Sasunaru|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora