conquista. KILLUGON

desastre.

El menor dió un pequeño salto en su lugar al verse sorprendido con la repentina presencia de Killua, a quien le había dado gracia la reacción de contrario, pero resisitió la risa para verse serio frente a él.

—Killua, ¿qué sucede? —. Preguntó nervioso el castañito y a la vez confundido. Aunque antes el pensamiento había pasado fugazmente por su cabeza, ahora realmente creía que le desagradaba al albino, pero ¿qué había hecho él para desagradarle a tal punto? Viendo el semblante serio de Killua, por un momento temió por su seguridad física.

—Yushi, ¿verdad? —. Pronunció, como si realmente no supiera su nombre, pues él era el gran Killua y no tenía tiempo para aprenderse todos los nombres. Aunque realmente sí sabía su nombre. Zushi quiso corregirlo, pero apenas abrió la boca fue interrumpido —Bien, no quería hacer esto, pero tenemos que dejar un par de cosas claras —. Sentenció, a la vez que iba caminando lentamente hacía Zushi y éste a su vez retrocedía, al menos hasta que se le acabó el camino y su espalda chocó contra la pared.

—¿Qué-qué cosas? —. Preguntó, tratando de hacer tiempo mientras pensaba cómo escapar del Zoldyck. Además, también quería saber qué era lo que había hecho.

—¿Te gusta Gon? —. Preguntó más serio de lo que tal vez debería.

—¿Eh? —. Fue lo único que el menor pudo decir, sin entender por qué le cuestionaba eso.

—Responde —. Exigió Killua.

—¿Por qué preguntas eso? ¡Claro que no! —. Enseguida contestó el contrario. Ahora quien estaba confundido era Killua, que incluso su expresión cambió. Es decir, no sabía qué era exactamente lo que iba a hacer cuando le dijera que sí, probablemente comenzaría a soltar una sarta de amenazas e insultos a diestra y siniestra. De cualquier modo, ese no era el problema ahora. ¡¿Cómo que no le gustaba Gon?! Espera, pero eso era bueno, ¿no?

—Huh... ¿Killua? —. Zushi pasó su mano frente el desconcertado rostro de Killua, haciéndolo salir de sus pensamientos.

—Ehhh... No, por nada. Sólo decía —. Atinó a responder, mientras trataba de apresurarse a salir del baño antes de que Zushi llegara a alguna conclusión. Lastimosamente, como desde el principio, sus planes no salieron como pensaba y fue detenido por el castaño.

—Espera... a ti... ¿te gusta Gon? —. Tal parece que el menor no era tan lento como Killua creía que sería —Y tú... ¿pensaste que me gusta Gon? ¿Por eso estás aquí? —. El albino quedó totalmente descolocado. En un descuido había sido totalmente descubierto.

—¿Quéeeee? Pfft... no —. Lo único que le quedaba era fingir demencia, sin embargo, la mirada de incredulidad del menor le hizo confesar, pues ya no había forma de negar los hechos —Bueno, tal vez un poco... mucho ¡qué te importa! ¡Esto es tu culpa! —. Enseguida acusó —¿De verdad no te gusta Gon? —. Volvió a preguntar, como si no estuviera seguro. O más bien, como si no pudiera creer que nadie se diera cuenta lo perfecto que es el moreno. Aunque de algún modo eso era mejor para él.

—Yo no tengo la culpa de nada ¿cómo pudiste pensar que me gusta? ¡Sólo somos amigos, no me gusta! —. Contestó Zushi enseguida, menos nervioso pues ya no se sentía intimidado por el albino. No pudo evitar reír un poco ante lo absurdo que se había vuelto la situación.

—¡No te rías, es tu culpa! ¿Cómo no voy a pensar si cada vez que te veía con Gon tú te ponías nervioso? —. Insistió el albino en que no tenía la culpa.

—No, eso es tu culpa, ¡no dejabas de verme feo! —. Respondió a la defensiva Zushi, un poco avergonzado ante ese hecho, debía decir. Killua abrió la boca para reclamar de nuevo, pero la cerró al no saber qué decir. Bien, puede que tuviera un poco de razón y sus miradas no fueran tan discretas... pero sólo un poco. Aún así, un pensamiento más vino a su mente