conquista. KILLUGON

cita.

A pesar de que ciertamente parecía que había sido repentino, ¿ustedes creen que el gran Killua actuaría sin pensar? Claro que no señores, incluso antes de hablarle a Gon él ya había fantaseado veinte veces con su primera cita y la forma en que se lo pediría. Aunque sí que la forma de pedirlo no fue nada parecido a su imaginación, Gon había dicho que sí y eso era lo importante. También es cierto que realmente Killua nunca había mencionado directamente la palabra "cita"... pero esos eran detalles menores. Como sea, había invitado a Gon a un arcade, pues era uno de sus lugares favoritos donde más tiempo solía pasar después de escuchar de Gon que nunca había ido a uno, decidió que era el lugar perfecto donde podrían divertirse.

Como siempre, se había levantado demasiado temprano para un sábado, incluso si su "cita" era hasta la tarde. Trataba de concentrar su mente en otras cosas y no pensar demasiado, porque siempre que hacía eso algo salía mal, aún así fue difícil no hacerlo y de vez en cuando se iba en sus pensamientos, pero enseguida reaccionaba. Cuando ya faltaba una hora para su cita, casi se ponía a saltar por todos lados, la única razón por la que no lo hizo fue porque su mente lo atacó, ¿y si en una de esas brincaba en la cama, daba un mal brinco y se caía y se rompía algo? ¡No podía permitirlo! O peor aún, podía morir de un golpe en la cabeza, no podía perder su gran oportunidad con Gon por una tontería así.

-—Dios, Kurapika tiene razón, soy demasiado dramático —. Admitió en un susurro a sí mismo mientras sacudía su cabeza en busca de sacudir sus pensamientos también.

Decidió salir de su casa cuando faltaban cuarenta minutos, pues su casa estaba un poco retirada del lugar pero aún así él quería ir caminando, y quería llegar temprano. Salió con cautela y en silencio de su habitación, no quería que nadie le viera saliendo de ésta. Es decir, obviamente había avisado previamente a sus padres que saldría, pero sus hermanos no tenían porqué saberlo. Más específicamente, su hermano mayor, quien debía decir que era un dolor en el culo la mayor parte del tiempo, era muy sobre-protector para su gusto, tal vez demasiado. Es decir, obviamente quería a su hermano y entendía que se preocupara por él, pero no podía evitar sentirse demasiado agobiado y hoy era un día demasiado buena para ser arruinado por algún interrogatorio.

Sin embargo, las cosas iban demasiado bien para ser cierto, ¿no? A punto de celebrar que salió sin ser descubierto, cuando abrió la puerta Illumi estaba parado detrás de ésta, parecía que estaba a punto de entrar, al ver a Killua sólo le bastó con notar su expresión para saber lo que el menor estaba intentando hacer, por lo que arqueó una ceja.

—¿A dónde vas? —. Preguntó, cruzando sus brazos sobre su pecho, Killua puso su mejor cara de angelito que no rompe un plato.

—Al arcade, como siempre —. Contestó con simpleza y luciendo lo más casual que podía.

—Los sábados no vas a esta hora —. Rebatió el mayor, Killua rodó los ojos ¿acaso ahora se sabía también sus horarios?

—Pues me dieron ganas de ir antes. ¿Qué, si no voy al baño a la misma hora de siempre tampoco me vas a dejar? —. No pudo evitar contestar a la defensiva, Illumi sólo suspiró por la actitud de su hermanito.

—Luces sospechoso —. Se limitó a decir, el menor bufó, era justo el tipo de cosa que quería evitar —¿Vas con alguien? —.

—¿Qué? No, siempre voy solo ¿con quién iría ahora? —. Contestó, tal vez demasiado rápido y a la defensiva. Illumi entrecerró sus ojos mientras le miraba detenidamente durante largos segundos que se sintieron eternos y Killua pensó sus nervios le habían traicionado y que había sido descubierto.

—Bien —. Fue lo único que dijo el mayor antes de terminar de entrar a la casa, el albino soltó el aire que no sabía que había estado reteniendo los últimos segundos y luego salió de su casa con una gran sonrisa, caminando con prisa.