Era ahora o nunca. Su profesor de historia no se había presentado, por lo que tenían hora libre. Ésta era su oportunidad de acercarse, ahora que Gon se encontraba solo podría acercarse mejor a hablarle, pues sus amigos estaban en otros salones y aunque el chico en verdad era muy amigable, ahora mismo se encontraba solo, sentado mientras veía su cuaderno y su cabeza parecía querer sacar humo en cualquier momento. Killua inhaló, dándose ánimos a sí mismo y soltando el aire segundos después, llevaba diez minutos pensando si realmente debería ir a hablarle o no, hasta que finalmente se cacheteó mentalmente y se levantó de su asiento. Se sentó en el asiento desocupado frente al de Gon, con el respaldo entre sus piernas y recargando sus brazos en el respaldo. Las miradas de los demás sobre él no ayudaban a sus nervios, estaba comenzando a maldecir el tener siempre la atención de todos.
Mierda, ¿qué iba a decirle? Lo olvidé maldijo en su cabeza y se quedó en silencio unos segundos en los que Gon ni siquiera se percató de su presencia, el albino finalmente carraspeó antes de hablar.
—Hey, hola —. Habló por fin, y ésto pareció finalmente llamar la atención del pelinegro, pues despegó la mirada de su cuaderno. Killua no supo si era su imaginación o no, pero por un momento le pareció que el salón bajó el volumen de su voz, a diferencia del tumulto de voces que mantenían antes era mejor hablarle frente a sus amigos que frente a esta bola de malditos metiches se lamentó Killua.
—Oh, ¡hola! —. Respondió Gon con todo su entusiasmo y una gran sonrisa, el contrario pudo sentir su corazón acelerarse sólo un poco.
Gon le miraba ahora con curiosidad, mientras Killua mantenía la mirada en silencio, con su rostro calmado pero nervioso por dentro. ¿Qué más se supone que debía decirle ahora? ¿Preguntarle cómo estaba? No, eso siempre acababa en un aburrido "Bien" y silencio incómodo. Decidió hechar un vistazo al cuaderno que Gon antes miraba con tanta determinación y confusión, pudo notar que se trataba de la tarea de matemáticas. El pelinegro, por su parte, se preguntaba qué hacía aquel chico frente a él mirándole sin decir nada más, pero tampoco tuvo intenciones de preguntar.
—Yo, huh... —. El ojiazul finalmente pudo formular algo —Noté que tenías dificultades con eso —. Apuntó a su cuaderno, Killua se sintió orgulloso de sí mismo por poder inventar por fin una excusa decente. El contrario sonrió avergonzadamente, mientras rascaba su nuca.
—¿Se nota mucho? Es la tarea de matemáticas, quise aprovechar la hora libre para intentar entenderle, pero parece que no funcionó mucho —. Explicó, Killua sintió ternura por los gestos del otro, agradecido por su gran excusa.
—Bueno, esto es fácil. Déjame ayudarte —. Por suerte para él y para Gon, Killua era más que una cara bonita y las matemáticas se le daban muy bien. El ojimiel asintió efusivamente ante su propuesta y Killua comenzó a explicarle los ejercicios vistos en la clase pasada de matemáticas.
El grupo, por su parte, se encontraba confundido, ¿acaso Killua no odiaba a Gon? El salón pareció volver a llenarse de ruido, debido a los cuchicheos —los cuales Killua decidió ignorar y Gon parecía indiferente, sin darse cuenta—.
—¡Oh, Dios! Killua es tan bueno que incluso decide ayudar a su rival —. Murmuró —casi gritó— una chica del otro lado del salón, su grupito de amigas coincidió con ella mientras fangirleaban lo perfecto que era Killua.
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conquista. KILLUGON
FanficKillua era afortunado. Él no tenía que complicarse la vida tratando de gustarle a la persona que le gusta, al contrario, todas las chicas -y varios chicos- luchaban por ser la persona que conquistara a Killua, porque él era apuesto y lindo en todo e...