conquista. KILLUGON

emboscadas.

El lunes por la mañana casi le da un infarto cuando apenas entró a la escuela y Kurapika apareció de la nada frente a él.

—¡Maldición, casi me matas de un susto! —. Le hizo saber Killua. 

—¿Eso es todo lo que vas a decir después de una semana ignorándome? —. Reprochó el rubio, cruzando sus brazos y manteniendo su ceño fruncido. Ahí fue cuando Killua captó la situación, pero ya era tarde para huir, aún así lo intentó.

—¿Quéeeee? ¿Yo, ignorar? Claro que no —. Y antes de que el mayor dijera algo se dio la vuelta y trató de correr, pero su mochila fue tomada antes y no pudo dar más de dos pasos. 

—Vas a contarme qué sucede contigo —. Sentenció mientras lo arrastraba a un lugar más vacío antes de que los alumnos comenzaran a llegar y cuchichear. Al menor no le quedó de otra más que rendirse, qué más daba ya —¿Y bien? —. Pronunció cuando estuvieron en un salón vacío, Killua se alzó de hombros.

—¿"Y bien" qué? —. Kurapika lo miró con una mirada severa ante esa respuesta, el albino bufó —¿Qué quieres que te diga? Sólo pasó —. Ahora el rubio rodó los ojos, odiaba cuando el menor se ponía en ese plan. 

—¿Ya no te gusta Gon? ¿Es eso, era sólo un capricho? —. Desvió la vista ante la pregunta de Kurapika, sin poder contestar nada, el rubio notó cómo Killua apretaba sus puños con frustración —¿Es por Illumi, verdad? Lo sabía, sabía que en cuanto se enterara metería sus ideas en tu cabeza —. Soltó ahora molesto. 

—¡Pero tiene razón! No puedo ni podré estar con Gon, no sé para qué lo intenté —. Contestó con rudeza, reprochándose más a sí mismo que al contrario frente a él —Soy un egoísta —. Esta vez, su voz sonó más desanimada y no pudo evitar agachar su mirada, Kurapika lo tomó de los hombros.

—Claro que no eres un egoísta Killua, haz vivido mucho tiempo bajo la sombra de tu familia y está bien si quieres hacer lo que tú quieres, lo que te haga feliz. Tal vez Illumi sólo trata de protegerte y a tu familia, pero sus ideas están mal. Tienes que luchar por lo que quieres para ti —. Habló suave, tratando de que el menor entrara en razón pues, más allá de Gon, no era la primera vez que pasaba algo así y no le gustaba ver lo inseguro que se había vuelto el albino a causa de su familia. Le dio un corto abrazo y el timbre que indicaba el inicio de clases sonó, por lo que tendrían que salir de ahí —Y no me vuelvas a ignorar —. Comentó con gracia antes de salir del salón, dejando a Killua pensando. Después de todo, quien decidía era él.

Después de unos segundos el albino sacudió sus cabellos y dio un gran suspiro, ahora sin saber qué hacer o qué era lo correcto. Finalmente decidió salir de ahí para dirigirse a su salón, pero antes de poder llegar sintió un jalón en su brazo y cuando reaccionó ya estaba metido en otro salón vacío. Parpadeó un par de veces confundido, ¿hoy era el día de emboscar a Killua Zoldyck? Cuando miró a la persona que estaba frente a él no pudo evitar la sorpresa en su rostro, y esta vez no iba a poder evitarlo de nuevo. 

—O-Oh, Gon... —. Apenas pudo pronunciar —Ya sonó el timbre, ¿por qué...? —. Quiso actuar normal, pero se estaba muriendo de nervios, apenas estaba asimilando lo que Kurapika le había dicho y ya tenía que enfrentar a Gon.

 

 

primero me muero un mes y luego publico todo el mismo dia, dispensen [??

no puedo evitarlo, estoi emocionada pq ya nomas me falta escribir un cap 😔😔