¿Final?

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Miró su escritorio lleno de aquellas imágenes, no pudo evitar sonreír al ver en una de las fotos a Elian trabajando, verlo trabajando de esa manera, lo hacía ver más atractivo, era adorable, pero también sexi. 

Pensó que tenía que hacer algo con el problema que había causado al no haberle comunicado nada a su madre, ahora él tendría que hacer cualquier cosa para que su madre accediese a su deseo, no descartaba el tener que olvidar su dignidad un momento y arrodillarse ante ella para rogarle, jamás se casaría con otra persona que no conociese

-Y mucho menos con una niñita mimada- murmuró recordando que su madre dijo que era una mujer de buena familia, ignorando completamente el hecho de que él también fue un niño mimado, después de todo, le daban todo en el momento en que lo pedía sin esfuerzo alguno cuando era un niño, y en sus no lejanos años de adolescencia, era un completo casanova, salía con cualquier chica o chico omega del instituto (y fuera de el algunas veces también) que se le pasaba por el frente, tan solo tenía que ser algo atractivo para que saliera con ellos, llego a acostarse con casi medio colegio, después de todo, todo estaba a su alcance y lo conseguía sin mucho esfuerzo, si exceptuar a las personas, pues estas caían ante el dinero como hienas, pues Christopher lo tenía todo, dinero y un físico perfecto, lo tenía todo, pero había una única cosa que no podía tener, y eso era una verdadera personalidad, por eso mismo tampoco es como que tenía muchos amigos, pues sí, pasaba rodeado de personas, pero él sabía que solo era por intereses propios, pero eso era mejor a ser un marginado, sus padres le daban todo y eso era todo lo que realmente importaba, al menos eso era lo que pensaba antes de conocer a esa única persona que lo rechazó, era tan inocente como para conocer la avaricia de las personas, pero aún después de vivir en el mundo real, eso siguió sin cambiar, Elian maduró, pero esa avaricia nunca llegó a desarrollarse en él, además había algo en Elian que tan solo no le dejaba desviar su atención de él desde que lo conoció, con el tiempo esa curiosidad y especial atención que tenía por él, cambió en tan solo unos pocos meses a amor, estaba completamente seguro de sus sentimientos, no pensaba casarse con nadie más aparte de Elian, suspiró pesadamente y se levantó del escritorio, se guardó algunas imágenes en el bolsillo, tenía bastante trabajo pendiente, pues estuvo simplemente sin asistir a su trabajo por casi una semana, a pesar de ser el dueño de la compañía, en su ausencia, su madre la cual ya estaba retirada desde que Christopher cumplió su mayoría de edad, tuvo que hacerse cargo de la empresa, sin reprocharle nada pues pensaba que Christopher al ser tan joven llego a agobiarse por el trabajo, le debía mucho a su madre y además de preocuparse por que tenga una buena vida, casarse con una buena mujer y tener una familia, por lo que no podía simplemente enojarse con ella, solo se preocupaba por el, no cualquier madre era así, solo que, es humana, se equivoca y solo hace lo que cree que es lo mejor para él

-Disculpe, alguien lo busca y dice que es urgente- entró un hombre vestido de traje, mayor que él, finalizando sus veintes, con voz tosca regresándolo a la realidad

-Cualquiera puede decir que es urgente- respondió recuperando la compostura- ¿Quién es?- ordenó con expresión seria

-N...No, no lo sé- tartamudeó- Dice que usted lo conoce- respondió cohibido, lo miró extrañado pero comprendió la situación al instante, inconscientemente lo había empezado a amenazar con sus feromonas, pero las dispersó inmediatamente, el hombre era un omega, nunca había visto a un omega que fuera tan solo un poco más bajo que él y con rasgos tan masculinos, no sabía que omegas trabajaban con él, pero tampoco era prohibido por lo que no le prestó mucha atención

-Lo siento- se disculpó incómodo -Puedes retirarte, dile a esa persona que suba- ordenó

Terminaba de alistarme para mi trabajo, me distraía a cada nada de tiempo, mi cabeza estaba en las nubes, el regalo que me había dado Christopher, tal vez no era algo valioso económicamente, pero para mí, era aún más valioso que el dinero...era una carta, bastante larga he de añadir, pero que tenía sus pensamientos y sentimientos sobre mí, no fue escrita en un día, fueron de varios, era como si leyera un diario, como si él me abriera su intimidad al regalarme esto, no lo he terminado pero muero por hacerlo, la carta venía acompañada por un suave perfume, me gustaba el olor y lo usaría de ahora en adelante

Suspiré agotado antes de salir de el apartamento, había olvidado lo cansado que estaba, mi cuerpo estaba adolorido, gracias a que ayer, además de que trabajé en un horario más largo de lo habitual, me puse a ordenar y hacer fuerza hasta agotar a mis músculos, me sentía perdidamente feliz, pero agotado

-¿Sucedido algo bueno hoy?- me miró pícaro Mattias al llegar al bar, escondí una pequeña risa y dejé mi bolso en una mesa, quité mi abrigo y lo miré

-Algo así- respondí con voz calmada y una sonrisa dibujada en mi rostro

-Intenta que esa cosa tan buena que te pasó no termine- animo levantando su mano empuñandola

-Gracias- reí bajo

Saludé a los demás trabajadores de el lugar  y me dispuse a trabajar, hoy cerraríamos algo temprano por el evento de ayer, tan solo saldríamos dos horas antes, pero era mejor que nada

-Buenas- salude al ver que entraba el jefe

-Hola- devolvió el saludo con una sonrisa- Hoy no hay nada especial, pero en estos días habrá un aumento de el menú- Avisó con voz alta a todos los empleados, asentí ignorando el hecho de que no me había prestado la más mínima atención, todos lo empleados incluyéndome, nos volteamos y continuamos nuestro trabajo

Suspiré fuerte de alivio al terminar de arreglar todo, me dirigí hacia la puerta abierta con el cartel de el bar en manos, pero al salir sentí una mano pararme bruscamente provocando que el cartel metálico se me resbalara de mis manos, mi corazón se agitó por el fuerte estruendo provocado por el cartel al chocar contra el suelo y la situación en la que me encontraba solo me ponía más asustado, volteé rápidamente encontrándome con una mujer mayor mirándome con inferioridad 

-Así que tu eres el que anda con mi hijo- miró mi rostro analizando cada parte de él -Yo...¿Te eh visto en algún lado?- me miró pensativa sin rastro alguno de arrepentimiento por el susto que me había causado, soltó mi brazo e inmediatamente agarró mi rostro subiéndolo a su altura, aunque era mujer tenía una altura mayor que la mía, era humillante, pero no tan sorprendente pues la mujer irradiaba sus feromonas de Alpha, pero no hacían efecto alguno en mí, probablemente porque ella ya tiene una pareja



                                                                      Final abierto 

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