Capítulo 8

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Taehyung

Pensativo. Pensativo desde la noche de ayer. Acarició con mi pulgar el anillo que con tanto cariño me dio el demonio.
No debí preguntar aquello, no era mi asunto, el ambiente entre nosotros cambió drásticamente. Lo entiendo, pero es extraño.

Flashback

— ¿Te puedo hacer una pregunta algo personal...? —asintió— ¿Antes eras un ángel?

Su mirar se volvió profunda y me alejo delicadamente para suspirar, como si el hecho de tenerme cerca lo asfixiara de alguna forma.

— Si, antes lo era.

— ¿Y por qué ahora eres un Demonio? —sonrío, eso me confundió.

— Kim TaeHyung, eres curioso. No pierdo nada en contarte —su sonrisa se apagó— Hace tiempo era uno de los ángeles más poderosos que existía en los cielos. No faltaba mucho para que mis alas se volviesen doradas, sería uno de los guardianes de Park HyungSik. Cuando note que las puntas de cada pluma empezó a ser color dorado, fui con mis padres de lo más feliz. La ilusión de por fin lograr algo que deseaba desde pequeño parecía irreal, me felicitaron y decidieron hacer una cena con todos mis amigos, entré ellos Park Jimin —relata nostálgico— Pasaron un par de semanas y el color dorado avanzaba, lo suficientemente notorio como para presumirlo en el esperado día de la cena. Pasábamos un muy buen rato hasta que me percaté de que mis padres desaparecieron, los busque, pero no estaban por ningún lado. Me preocupé y llamé a Jimin para que me ayudará —guarda silencio, parpadea un par de veces para evitar que las lágrimas salgan, acarició su espalda y se relaja— En el cielo hay un bosque donde nos prohíben entrar, ya que ahí habitan Dioses. No sé el porqué, pero decidí buscar con la esperanza de encontrarlos y lo hice... Pero era demasiado tardé, habían muerto. Suena estúpido, pero tenía la pequeña esperanza de que se pondrían bien, los examiné y tenían marcas de ataque demoníaco. Di aviso a nuestro líder, él solo me ignoró y me negó el derecho de actuar, quería vengar sus muertes; dijo: "Ya pasará, lo olvidarás". Todas las especies tienen un tratado para evitar alguna pelea, al igual que ellos tenemos una clase de trató con los ángeles y una de las reglas es no matar, si no cumplimos el castigó sería horrible. Sinceramente no me importó, con una de mis runas logré localizar a los demonios y sin piedad alguna les arrebate la vida como ellos lo hicieron con mis padres, el líder angelical al enterarse dijo que los asesine por diversión y aseguro que mis padres murieron por otras causas —suspiró con pesadez cerrando sus ojos— Mi castigó fue desterrarme de los cielos, me convertiría en un Demonio. No borraron mis runas pero si las desactivaron de una manera dolorosa —de mis ojos salieron unas cuantas lágrimas— Al estar en el inframundo unos demonios me llevaron a lo profundo, dónde se encuentran criaturas horribles. Me entregaron a ellas y éstas despedazaron mis alas, no me preocupe demasiado, pues conforme pasara el tiempo iban a sanarse, pero las arrancaron dejando dos enormes cicatrices —cubrí mi boca sorprendido— En el momento en que lo hicieron algo dentro de mí se rompió y me convertí en la más peligrosa y fuerte criatura de todas las especies o eso creía hasta que llegaste tú, el único rival digno —intento sonreír con diversión.

Lo abracé y junté nuestros labios, me separé algo apenado y él solo plantó un beso en mi frente. Revisó los alrededores y rompió el frasco creando el portal.
Al pasarlo aparecimos en mi habitación, se despidió y salió para dejarme descansar.

༄Fin del flashback༄

A lo lejos ubique a Jimin y corrí hasta él.

— ¡Kim! Al fin llegas, pensé que me dejarías plantado.

— Lo siento, ayer no logré dormir bien y la alarma no sonó —hice una ligera reverencia y él revolvió mi cabello— ¿A dónde iremos? Creo que sería peligroso si entrenó cerca de la Academia.

— Tienes razón, acércate —avancé quedando un poco más cerca de él, paso sus brazos por mi cintura y me elevó un poco. Cuando note la intención de querer elevarse aun más por inercia enredé mis piernas de sus caderas. Para mí sorpresa salieron unas grandes alas blancas de su espalda—Si no quieres caer. Sujetate bien —ríe ante mi obediencia.

Agitó poco a poco sus alas, elevándose, esto de temerle a las alturas no ayuda en nada. Sentí que estaba apuntó de desmayarme, pero Jimin aterrizó. Me bajó en el pasto verde del bosque, no era uno normal, era como si estuvieras en un sueño. El bosque de las hadas es el más bello como pensé.

— ¿Qué es este lugar? —pregunté apreciando la belleza.

— Es el bosque de los Dioses, estás en el cielo. Me dejaron traerte aquí para entrenar —comentó— Algo más, cuando vayas al inframundo promete que te cuidaras de todos esos demonios y los Atums —tomó mis manos.

— ¿Los Atums?

— Pertenecen al inframundo, son criaturas horribles. Son peligrosas, serás presa fácil aún estando en protección de Jungkook, todos querrán marcarte y no podrás escapar de ellos nunca. Aunque tal parece que ya lo hicieron... —susurró lo último, pero logré escucharlo.

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Me explicó un par de técnicas para no lastimar a los que me rodean o a mí mismo. Aprendí que puedo absorber la magia de otros para debilitar o matar, también podía poner mis ojos de un color representativo y tener las habilidades de la especie. Dijo que nunca se han visto ojos grises con violeta, es una heterocromía extraña.

— Ahora quiero que trates de ser un ángel, harás lo mismo que hiciste en el comedor con Kino.

— ¿Cómo? No tengo idea de cómo pase a ser un vampiro.

— Cuéntame que sentiste al escuchar cada palabra proveniente de sus labios, queriendo que odiaras a un lobo que te salvó de su especie, cuándo podría tomarse como traición —da vueltas a mi alrededor observándome con un deje de superioridad.

— Me sentí furioso, triste y disgustado. Era como llenar un vacío con esas emociones, cuando lo llené por completo, sentí como mis ojos cambiaron y mi fuerza aumentaba.

— Y... ¿Qué sientes ahora? —susurró cerca del cuello. Mi piel se erizo al sentir un leve beso en mis clavículas y mis ojos se volvieron dorados cuando una corriente eléctrica se paseo por mi cuerpo en escalofríos, sonrió victorioso— ¿Qué sentiste? —sus ojos se tornaron dorados.

— Yo, me sentí... nervioso, no puedo explicarlo —desvíe la mirada— ¿Tú sentiste algo?

— Si —jugueteo con sus dedos— Era como una corriente eléctrica fue... diferente a muchas cosas que he sentido.

— ¿De verdad?

— Eres más extrañó de lo que pensé.

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༄ᵀʰᵉ ˢᵉᶜʳᵉᵗ ʷᵒʳᴵᵈ༄ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora