Capítulo 10

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Jungkook

Lo primero que contempló al despertar es su angelical rostro completamente relajado. Cualquiera quisiera estar en mi lugar.

Somos novios. ¿Tanta suerte tengo? Definitivamente si, pero el arrepentimiento no tarda en arrollar el resto de los sentimientos. Fue una mala idea aceptar aquel trato, ahora es demasiado tarde para dar marcha atrás. Tengo que aprovechar los bellos momentos.

Inseguro acaricie su mejilla, admirando esa sueve piel canela, se ve tan frágil e indefenso. Repito y recalcó, cualquiera quisiera estar en mi lugar, pero él no sería capaz de notarlo. Los sucesos recientes lo mantienen cohibido, se aparta.

Me sobresalto al sentir su profundo mirar, el corazón me delata y comienza a latir velozmente provocando un leve sonrojo, siento la cara caliente cuando una sonrisa se forma en su rostro. ¿Estaré enamorado o solo es mi imaginación?

— Buenos días —saludo bostezando y estirandose como un gatito.

— Buenas noches diría yo —es notoria su confusión— Estábamos tan cansados que dormimos todo el día.

— ¡¿QUÉ?!¡¿Cómo pude dormir tanto?! Perdimos un día enteró de clases, joder falte al entrenamiento con Jimin —se puso de pie y corrió hasta su armario sacando dos pares de ropa, me lanzó uno, lo observe.

— ¿Por qué me das esto? No me queda, soy más grande que tú.

— ¿Planeas pasar por once edificios en ropa interior? Solo vístete... O no. No lo hagas, iré por algo de tu ropa. Quédate aquí —quedé boquiabierto cuando se desprendió de su camiseta, dejando a la vista su piel desnuda. Estoy babeando— ¿Qué? ¡Oye! Deja de mirarme de ese modo, es vergonzoso.

— Yo no miraba na...—callé abruptamente cuando mi voz tembló. Se giró extrañado; aproveche para ver más, su abdomen no estaba trabajado ni marcado, pero por alguna razón lo hacía verse tan irresistible. Tan deseable.

— ¿Estás bien? ¿Por qué no hablas? ¿Te duele algo? —se acercó y mi piel se puso de gallina, sentí que no podía respirar, su voz hizo vibrar algo dentro mío, para mis oídos su voz era más excitante. ¡Por Belcebú! Debo controlarme, me siento como alguien que estuvo en abstinencia por siglos, privandose de una droga. Una droga tan adictiva llamada Kim TaeHyung, una droga que quiero consumir hasta el cansancio— Jungkook estás asustandome, hablame.

— Estoy más que bien. Recordé que tenemos que buscar un sitio nuevo para entrenar, eso es todo —lo sé, le di la escusa mas estúpida del mundo y parece que la creyó o eso espero. Volví a quejarme al sentir un dolor punzante que viene de la entrepierna, baje la vista encontrándome con un gran bulto que crecía poco a poco debajo de la tela asfixiante. Vergüenza, una emoción palpable en mi en este momento, no quiero que el lindo castaño me vea de esta manera, tan hormonal y sin auto-control— Ve a mi habitación hay una moc-hila, ahí est-án toda-s las cosas qu-e nece-sito para entrenar. Ve —mordí mis labios reprimiendo los tortuosos gemidos.

Estuvo apuntó de alejarse, pero antes me dio un tierno beso, los dolores aumentaron. Sin poder evitarlo lo atraje empujando su nuca para profundizar el ahora salvaje beso, muy torpemente intentó seguirme el paso, hasta que tomó las riendas. Inicie una fogosa batalla de lenguas, mis sentidos se agudizaron cuando leves espasmos hicieron acto de presencia. Taehyung mordió con deseo mi labio inferior y un cosquilleo en el abdomen bajo dio aviso de que pronto me vendría. Unos segundos después paso lo inevitable, gemí en los labios del contrario.

Regule mi respiración limpiando disimuladamente el sudor en mi frente.

— Iré por la mochila, puedes ducharte si quieres. Ya vuelvo —se colocó la camisa rápidamente para salir de la habitación con un sonrojo presente.

Jongin

¿Tengo derecho a estar intranquilo? Esa pregunta se repite en mi cabeza pues no he visto al castaño por ningún lado, me inquieta pensar que puede estar en peligro. Han pasado sucesos extraños y es mi amigo, claro que tengo derecho. Bufé al caer en cuenta de que olvidé un libro, eso entorpecio la idea de buscarlo, no me quedó de otra y regrese.

Paré en secó al escuchar tres voces conocidas hablando de él, abrí un poco la puerta sin hacer el más mínimo ruido, y mierda que conocía esas voces.

— ¿Qué es lo que no entienden? Ya les dije todo lo que sé sobre ese tal TaeHyung —habla irritada Iu.

— Tienes que darme más información si es que quieres eliminarlo, es fundamental para completar nuestro plan. Recuerda, el joven Jeon hizo un trató con el líder angelical, él debería saber algo más —espetó molesta la señora SoHyun, esposa del Líder Fénix.

— ¿Qué pasa si ya no quiere seguir con esto? Si mi Jungkook pasa mucho tiempo con ese tonto se encariñara —la arpía se cruzó de brazos esperando una respuesta.

— Lo dudó, él está totalmente asqueado. Jungkook no es alguien que se deje llevar por sus emociones —trato de calmar Daniel mirando a SoHyun—¿Cuándo quieres que lo hagamos? Nosotros estaremos listos —negó burlón— ¡Ja! quién lo diría Demonios, Arpías y Fénix uniéndose.

— El plan dará inicio en una semana, por favor no lo arruinen. Nuestras especies han esperado por siglos. Fuera de estas cuatro paredes no saben nada, ni por accidente se pueden enterar los Líderes Seojoon y Sana —los observó de manera severa, los dos restantes se acercaron a la puerta y al estar apuntó de abrir, en menos de lo que canta un gallo ya no estaba. Ventajas de ser vampiro.

Lejos de la oficina las dudas aparecen. ¿Cuál es el plan? ¿Qué es tan importante para la unión de esas especies? ¿Qué tiene que ver él en esto? Juró que lo descubriré y alejaré a Jeon.

TaeHyung

Llegamos al campo en un silencio incómodo, Jungkook no se atrevió a mencionar ni una sola palabra desde lo ocurrido en la habitación.

— No seré delicado, pero si te lastimó demasiado no dudes en detenerme —asentí nervioso— Atácame.

— ¿Qué?

— Necesitó que me ataques para saber qué hace falta o en qué puedes mejorar. Después usaremos las espadas.

— No... no sé pelear —manifesté—Nunca he estado en una pelea dónde yo dé los golpes.

— No importa. Necesitó que lo hagas, quiero saber que tal te mueves —suspiré resignandome al ridículo.

— Pero yo n...

El puño del demonio se acercó a mi rostro con velocidad y de nuevo ese choque de adrenalina, sentí mis ojos cambiar y lo detuve antes de que me tocará. Quedé igual o más sorprendido que él.

En un movimiento rápido se enredó entre mis piernas, perdí el equilibrio; sin embargo, eso no evitó que con la misma rapidez doblará su brazo, torciendolo y empujandolo. Corrió en mi dirección y de una voltereta dejé al azabache del lado contrario. Aprovecho que esta de espalda y me lance provocándole una caída, gire su cuerpo y me senté en su fornido abdomen. Con la idea de inmovilizarlo trato de poner sus brazos a los costados de su cabeza, pero encendiende sus ojos en el bello gris y me deja abajo sin aplastar mi cuerpo. Puedo sentir su respiración agitada, sus ojos enfocados en mis labios me hacen querer acercarme, quiero besarlo. Junte nuestras frentes para hacerlo; en cambio, me esquivo, causando un mar de inseguridades.

— Mañana practicaras con la espada.

༄ᵀʰᵉ ˢᵉᶜʳᵉᵗ ʷᵒʳᴵᵈ༄ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora