No saber puede protegernos, pero saber puede sanarnos

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-Oficial! Gritó mama.

-Señora Lorenzo. Dijo abrazándola.

Mi madre sorprendida lo miro y comenzó a decir "no puede ser" una y otra vez.

-Rafael? Dijo aún sorprendida.

-Claro que si señora. Me alegra ver que me recuerdes.

- ¡Estas enorme, la vez del hospital ni te conocí!

-Han pasado unos 7 años desde la última vez que estuve por aquí.

-Te dije que era guapo Aysel, sabía que te gustaría por la forma en la que lo mirabas.

- ¡Mama! Dije en un grito de enojo mientras moría de vergüenza.

-Su hija me ama. Dijo Rafael riéndose de mí.

-Solo somos amigos, el me lleva a la universidad y nada más hasta que mi carro se arregle.

-Claro, claro. Aysel sabe más que mama. Dijo de forma burlona mi madre.

Tomamos un poco de la famosa limonada de mama y jugamos domino por primera vez en años en la mesa de papá. Tuvimos una hermosa tarde y Rafael me empujó en el columpio mientras mamá nos veía sentada en su silla mecedora desde el balcón.

-Rafael... no te acostumbres a esto.

-Nunca te irás de mi lado, así que acostúmbrate tu, pues dejar algo que se ha aderido a mi alma no está en mis pensamientos.

Así pasaron algunos meses luego de que todo esto comenzó y me estaba acostumbrando a levantarme y ver a Rafael desnudo en mi cama, a verlo con mama y Don Julio los domingos en la mesa de domino y a que me hiciera todos sus encantos en cada rincón de la casa. Mi auto había salido y por ninguna razón del mundo me permitió pagar al mecánico, el pagó todo y a regañadientes me llevo a la casa ese día, Y si, le pagué con más sexo. 

Todo estuvo bien hasta esa tarde, donde recibí la llamada que jamás hubiera deseado.

-Tenemos que hablar.

- ¿Jason?

-Te veo en el parque en 1 hora.

Sin dejarme decir nada finalizóla llamada y me dejó con una pequeña ira dentro de mí. No quería ir, pero él tenía las respuestas de aquella noche, la noche donde me dejó tirada en una cama luego de bajarme el cielo con algunas promesas.

Fui hasta el parque al salir del trabajo, llegando 30 minutos tardes, algo típico de mí. Lo miré sentado con preocupación en uno de los bancos y me acerqué.

-Que sea rápido, debo hacer unas cosas luego.

-Aysel.... Aquella noche.

-No quiero oír una excusa, Jason, porque me había entregado teniendo una imagen muy diferente de ti.

-Te contaré desde el inicio y luego debo irme.

-Bueno,  que esperas?

-Cuando tenía 15 años y tu solo 13... sabes que murió...

-papá... pero a que viene todo esto? Dije con un tono más molesto.

-Aysel, yo estuve esa noche cuando lo mataron, yo estaba con los chicos esa noche... dijo con un nudo en la garganta mientras apretaba sus puños con fuerza.

Lo miré  mientras ahogaba el nudo en mi garganta y no lo interrumpí para nada, habían pasado 7 años y jamás había escuchado la historia, pero escucharla ahora de él, de un cómplice no estaba segura de que fuera una gran idea.

-Estaban consumiendo drogas y yo solo observaba todo y cuando me pasaron un poco para probar tu papa apareció con Don Julio. Tiré todo al suelo y comencé a decirle que por favor bajara el arma, cuando los demás me escucharon supieron que lo conocía así que me pasaron un arma mientras tu papá les pedía que levantaran las manos... Aysel, tuve miedo esa noche y solo tiré el arma al suelo, levanté mis manos y me puse de rodillas mientras lloraba. Tu papá bajó la guardia al verme en esa posición y cuando se acercó uno de los chicos le disparó, Don Julio tomó rápidamente el control y pidió refuerzos, pero ya habían escapado. Don Julio se quedó con tu padre en brazos y yo no dejé de llorar esa noche, no dejé de rogarle a Don Lorenzo que me perdonara, Don Julio me pidió que me fuera de allí y me hizo prometerle que jamás, jamás volvería a estar liado con alguno de ellos. Esa misma noche llegué a casa llorando y rogándole a mamá que nos fuéramos de la ciudad, sabía que si ellos me encontraban me matarían igual, Mamá no entendía lo que estaba pasando y solo le dije que mataron a Don Lorenzo, que lo vi todo mientras pasaba por un callejón y que unos jóvenes me vieron, pero nunca le conté la verdadera historia. Nos fuimos de allí y a los años cuando te volví a encontrar quedé completamente enamorado de ti. Habías crecido, estabas hermosa y no dudé ni un segundo en acercarme a ti. Pero ese día en el que fuimos uno... esa mañana Don Julio se acercó a mí y me pidió que me alejara de ti, que no quería que te hiciera daño. ¿Pero cómo alejarme de ti si te amo? Alex sabía que iríamos al Motel y le contó a Don Julio quien se apareció allí para sacarme, puso tus cosas en una bolsa y me entregó mis llaves para que me fuera de allí, él sabe que fue mi culpa la muerte de Don Lorenzo...

Entre sollozos logré decirle "No fue tu culpa". Pero sin más me fui de ese lugar, corrí hasta mi casa y me encerré durante toda la tarde en mi habitación, a meditar, a llorar y también a odiar todo. Tenía tanto enojo dentro de mí, tanta tristeza... 

Llegó Rafael, tocó el timbre y al no ver respuesta subió hasta mi habitacióndonde me encontró sentada en un rincón aún llorando.

Oficialmente EnamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora