Lo riesgoso de incluir a una persona en tu vida es el aferrarse a ella, a lo que sientes, a lo que te provoca, porque cuando te falta y te acostumbras, caes al suelo. Te haces dependiente. Cómo una droga. Mal analogía, teniendo en cuenta lo que Chris pasaba en ese momento. Digo, él podía superar lo que quisiese porque por favor, el firmamento era capaz de rendirse ante él y sus encantos. Él lo superó, más temprano que tarde por suerte, pero puedo jurar que cada día en el que no lo ví mil cosas pasaron por mi cabeza; seguíamos siendo pareja, quizá había sido muy duro con él, era correcto el tiempo que pasaba, y demás. No vale la pena recordar eso exactamente.
Yo suponía por aquel entonces que tendría que tomar la decisión clave de saber qué demonios quería para mí vida hablando a futuro, pero todo llevaba la misma respuesta: Christopher.
Y sí, me había aferrado tanto a él que no tenerlo me significaba la soledad en bucle, el dolor y el miedo de perder a quien más amaba. Mi vida se había volcado a él, y me maldije a mi mismo por dejar que eso sucediera, por buscarlo por mi propia cuenta.Recuerdo que era una tarde de jueves cuando lo volví a ver después de semanas, yo estaba saliendo de la fábrica. Él estaba esperándome sentado en la vereda de en frente, y desee poder ignorarlo pero es que si lo hacía, mi corazón me lo reprocharía pronto. Nunca hay dos oportunidades de las buenas en la vida. Pensé que ese era el Chris que yo conocía, tan fresco y puro. Cuando me vio que me estaba acercando, se puso de pie y simplemente me abrazó. Fuerte. Chris era como un niño, tan inocente, tan transparente. Y yo me sentí como un padre o alguien que debe abrazar a ese niño que sorprende creyendo que lo había extrañado pero el volver a sentir su calidez y ese abrazo en sí me hizo darme cuenta de cuánto en realidad. Una magnitud que no pensé ser capaz de sentir.
No sabía que decirle, o si debía decir algo si quiera, tampoco si seguir abrazándolo, sentarme en la vereda o caminar pero él, como antes otra vez, comenzó a hablar, quitándome todo peso de tener que ser yo el que emitiera alguna palabra o acción. Sus brazos parecían no querer soltarme.—Vayamos a caminar, sí? No podía soportar otro día más sin saber que estabas bien.– Murmuró bajo.
Alcé mi vista y como una bruta necesidad impetuosa lleve mi mano a su mejilla, palpandolo y dejando que volviera a amoldarse a su perfecto rostro cubierto por barba a penas crecida. Le dedique una sonrisa que casi no salía, por puro susto.
—Vamos.– Susurré y metí mis manos en los bolsillos de mis pantalones de trabajo.
Durante el camino, hasta cierta parte, ambos fuimos despacio y en silencio. Estábamos yendo rumbo a su casa, donde yo suponía que él se sentiría más cómodo para hablar porque ese era el momento.
Hay situaciones que pueden esperar pero otras simplemente no.
Antes de entrar a su casa, tome su mano, la apreté fuerte y llamé su atención, porque antes que nada y durante el camino había pensado en decirle algo fundamental. Yo esperaba que el me dijera que no podía ni quería estar conmigo, porque vamos, quien te ama te acepta con vicios y demás. O eso es lo que cualquiera pensaría. Mi forma de amarlo (y era ciertamente con un grado alto) no me permitía aceptar el hecho de que él eligiese suicidarse lentamente con esas mierdas que se metía, y no en sentido egoísta de no querer que se drogara por capricho mío y nada más, sino porque realmente su vida valía.
—Te amo Chris. Más allá de lo que quieras decirme, quiero que sepas que te amo y que siempre querré tu bienestar. Porque el amor se trata de sacrificarlo y darlo todo por el otro. Y créeme que yo daría mi vida por ti.– Amaba perderme en sus ojos, aunque él no fijara tanto tiempo los suyos en los míos, quizá por vergüenza, pero cada vez que lo hacía yo aprovechaba y nadaba en ese océano. El suspiró y dejó caer su rostro hacia abajo. Negó.
—No estaba previsto por mi el llorar antes de decirte todo lo que quiero decirte. Así que no interfieras en mis planes, Edward.– Dijo volviéndose y sonriéndome.
Lo seguí por su garage hasta su habitación, subiendo, caminando, con el corazón en la boca, el estómago revuelto y las manos sudadas. Todo estaba en completo silencio, y él se sentó en su cama invitandome a imitarlo lo cual claramente hice sin dudar.
Pasaba mis manos en mis rodillas como si eso fuera ayudar en algo, lo cierto es que no, y lejos de ayudar solo lograba empeorar mis nervios hasta que él finalmente habló.

ESTÁS LEYENDO
meaningful.
RandomEl gran problema de la gente es averiguar porqué está aquí, con vida. Cuál es el propósito de su existencia? Hay quienes lo piensan más, otros mucho menos; de todas maneras, sin notarlo a lo lejos, chocas con ello. Enfrentas el verdadero significado...