Dia Dos

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Antes

Hay un cuervo observándome, al principio no le di importancia, estaba posado en el marco de la ventana de mi cuarto cuando desperte esta mañana

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Hay un cuervo observándome, al principio no le di importancia, estaba posado en el marco de la ventana de mi cuarto cuando desperte esta mañana. Después de la pesadilla la noche pasada no pude volver a dormir sino hasta casi al amanecer y cuando abrí mis ojos lo primero que vi fue un par de ojos negros viéndome. Cuando me vio observarlo levantó sus alas y emprendió vuelo, así que no le presté atención, pero ahora mientras como mi desayuno afuera en el jardín, de nuevo hay un cuervo. Posado en un árbol cercano. Estoy segura que es el mismo de esta mañana porque esta viéndome, se que lo hace, asi que le de vuelvo la mirada.
¿Porque esta viéndome? Es raro, ¿porque lo hace? Observarlo me hace pensar en la presentación del mago en el circo, él convirtió su capa en un cuervo. ¿Será posible? ¿Pero porque?

—te vez horrible— Eugeo se deja caer frente a mi en la pequeña mesa del jardín haciéndome saltar y alejar mi mirada del cuervo.

—gracias Eugeo eso es lo que toda chica desea escuchar —

Ruda sus ojos —sabes a que me refiero. ¿No dormiste a noche? No me digas que sigues asustada por nuestro viaje al circo—

Resoplo —no puedo creer que me arrastrarás a ese lugar—

Extiende su mano y deliberadamente roba mi desayuno—sinceramente no se porque te desagrada, el lugar esta increíble— dice mientras le pone mantequilla a mi panecillo para luego  llevarlo a su boca.

—por favor sirbete—digo sarcástica.

—gracias eso hago — con la boca llena roba mi te.

—claro porque, no es que yo fuera a comerlo de todas formas —

Bebe y luego murmura —oh lo siento, ¿ibas hacerlo?—

Ruedo mis ojos y lo dejo estar, de todas formas no tengo hambre.

Mis ojos buscan al cuervo pero esta vez sus ojos no estan en mí, sino en Eugeo.

—por cierto iré esta noche otra vez — regreso mi mirada al ladrón de desayunos —¿que?—

—volveré al circo esta noche, ayer gracias a ti no pude ver mucho—

Salto con alarma —¡no puedes! Debes venir a la fiesta de mamá, no puedes dejarme sola—

El suspira y abandona por fin mi desayudo, o lo que queda de el —Asuna lo siento pero... No puedo seguir fingiendo que estamos juntos, tu madre ya me lo advirtió y gracias a ella ahora mis padres quieren que busque esposa, lo siento de verdad pero esta noche estarás sola—

¡Mi madre habló con él! Debí imaginarlo.

—!no! Eugeo por favor no me hagas esto —

Sus manos buscan las mias y les da un suave apretón —lo lamento. Pero tal vez no sea tan malo, tu madre me dijo que que será una fiesta de mascaras, eso es divertido, quizás encuentres al indicado ahi—

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