Dia 5 (Por La Noche)

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Antes

—Ella dijo que; su verdadero nombre era, Asuna—

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—Ella dijo que; su verdadero nombre era, Asuna—

—¡QUE!— Eugeo y yo gritamos al mismo tiempo.

Imposible, imposible, eso es imposible.

—e-es s-sólo coincidencia ¿verdad?— pregunto.

—No lo se Asuna, tu dime—

Intento defenderme pero no se que decir, no entiendo nada.

—bien seamos inteligentes aqui, no saquemos conclusiones... Esta amiga ¿podriamos conocerla?— pregunta Eugeo. —tal vez ella pueda decirnos mas—

Kirito sacude su cabeza —no lo se, ella aparece cuando quiere y como dije antes, no se que diferencia haga. ¿Te sientes mejor después de todo lo que te conté Asuna? Porque yo no creo que sea así —

El tiene razón, no me siento bien sino todo lo contrario.

—bueno ya cumplí con mi parte —continua Kirito —ya sabes quien es la chica de la foto e información extra sobre mí. Ahora es tu turno, vete y no te metas en mas problemas —

—pero...

—me diste tu palabra— me recuerda.

Lo hice, prometí que no haría nada estupido así que no lo haré.

Asiento —esta bien. Tienes razon. Vamonos Eugeo —me pongo de pie y tomo la mano de mi amigo obligandolo hacer lo mismo, luego lo empujo a la salida, pero antes de irnos me detengo —Kirito-Kun, siento mucho lo que Erika, o Asuna, como sea que se llame, te hizo, pero te aseguro que no soy ella, yo nunca te haría daño—

Lo escucho reir —muy dentro de mi lo se, eres diferente aunque a veces eres muy parecida a ella... Buena suerte con tu madre—

No contesto, arrastro a Eugeo sin dejarlo despedirse. Me voy para no hacer algo de lo que luego me arrepienta.

Una vez afuera en la noche todo se siente mal, incorrecto. Eugeo y yo caminamos hasta las puertas de entrada donde me detengo un momento. El enorme y estraño reloj marca las 10:00, dos horas para la media noche del quinto dia que el circo ha estado en la cuidad, dos dias mas y ellos se habrán ido.

—vamos Asuna hay que ir a casa, no te detengas — Eugeo tira de mi mano.

¿De verdad voy a irme ahora, después de todo? Observo mi mano unida a la de Eugeo, mientras caminamos alejándonos del circo, luego observo hacia atras a las numerosas carpas y a las personas que se pasean por ellas, todos tranquilos divirtiendose y disfrutando.
La historia de Kirito se repite en mi cabeza, al igual que el nombre y origen de la chica de la fotografía. ¿Puedo volver a mi burrida vida de nuevo? ¿Despues de llegar tan lejos? La respuesta es obvia. No, no puedo.

—Eugeo— suelto mi mano de la suya —¿dejaras que Tieze se vaya? Es probable que no la vuelvas a ver—

Parpadea —¿que?—

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