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La única iluminación de ésta nueva carpa viene del fuego

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La única iluminación de ésta nueva carpa viene del fuego. Ahora el nombre tiene sentido; "Camino de fuego"

Las llamas son de un radiante y parpadeante azul, como la hoguera en el jardín.

Hay artistas en múltiples plataformas haciendo malabarismo con antorchas, girándolas alto en el aire. Ocasionalmente, se lanzan esas antorchas unos a otros en una lluvia de chispas.

Pasas un come fuego elevado en una plataforma a rayas. Come pequeños trozos del fuego bailando sobre largos palos mientras se prepara para tragarlos enteros.

En otra plataforma, una mujer sostiene dos largas cadenas, una bola de fuego al final de cada una. Las balancea en curvas y círculos, dejando rastros brillantes de luz blanca en su trayectoria, moviéndolas tan rápido que parecen cadenas de fuego en vez de simples llamas en la longitud de la cadena.

En todas partes, hay aros de llamas posados en diferentes niveles, en los que los artistas se deslizan dentro y fuera con facilidad, como si los aros sólo fueran metal y no estuvieran revestidos con llamas parpadeantes.

La artista en ésta plataforma sostiene trozos de llama en sus manos desnudas y forma serpientes, flores y toda clase de formas. Chispas vuelan de estrellas fugaces, aves llamean y desaparecen como fénix en miniatura en sus manos. Ella te sonríe mientras miras las llamas en su mano convertirse con el movimiento diestro de sus dedos, en un bote, un libro, un corazón de fuego. Todo el fuego es impresionante pero de pronto hay algo diferente. Oyes el sonido de una flauta hacía un rincón escondido, la melodía hipnótica te atrae más cerca. Sentadas en el suelo, acurrucadas en un nicho de almohadas a rayas de seda, están dos mujeres. Una toca la flauta que oyes. Un remolino de incienso quemado se encuentra entre ellas, junto con una gran canasta de color negro con tapa. Una pequeña audiencia se está reuniendo. La otra mujer quita con cuidado la tapa de la canasta antes de sacar su propia flauta añadiendo una contra melodía a la primera.
Dos cobras blancas se contorsionan entre sí mientras se elevan de la cesta tejida, a un tiempo perfecto con la música. Por un momento parecen ser una serpiente y no dos, luego se separan de nuevo, bajando por los lados de la cesta, deslizándose sobre el suelo muy cerca de tus pies. Las serpientes se mueven hacia adelante y atrás con movimientos que asemejan a una sorprendente danza formal. Elegante y grácil.

La música aumenta de ritmo, y ahora hay algo agresivo en la forma en que las serpientes se mueven. El vals se transforma en una batalla. Orbitan entre sí y esperas a que una u otra ataque. Una de ellas sisea, suavemente y la otra responde igual. Continúan moviéndose mientras la música y el incienso se elevan por encima del cielo de la carpa.

No puedes decir qué serpiente ataca primero. Son idénticas después de todo. A medida que atacan, sisean y saltan hacia la otra, estas distraíd@ por el hecho que ya no son completamente blancas sino de un color de ébano perfecto.

En un momento se fusionan y se prenden el llamas. Lo que antes eran dos serpientes ahora son un dragón de fuego, formado por llamas de color rojo, la figura se eleva mas y mas hasta llegar al techo de la carpa donde ruje o almenos da la impresión de que lo hace, luego se disuelve formando una flor de fuego, una orquídea, o eso crees, luego se disuelve en pequeños puntos de luz que caen a tierra, intentas tomar uno ahuecando tus manos bajo este, pero se apaga antes de llegar a tu palma. El publico aplaude sorprendido mientras las artistas hacen una referencia.

Esta carpa fue una de las que mas te gusto, aún cundo sales de ella no pierdes la sonrisa.

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