Epílogo

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Ahora

Es tarde, así que no hay fila para la adivina

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Es tarde, así que no hay fila para la adivina.
Esta carpa es cálida y huele a incienso, rosas y a cera de abejas, mientras que afuera el aire fresco de la noche está perfumado con caramelo y humo.

No esperas demasiado en la antesala antes de pasar a través de la cortina de cuentas. Esta hace un sonido parecido a la lluvia cuando las cuentas chocan. La habitación detrás está cubierta de velas. Te sientas en la mesa en el centro de la sala. Tu silla es sorprendentemente confortable.

El rostro de la adivina está escondido detrás de un fino velo negro, pero la luz atrapa sus ojos azules cuando sonríe.

No tiene una bola de cristal. Ni una baraja de cartas. Sólo un puñado de estrellas de plata brillantes que esparce sobre la mesa cubierta de terciopelo, leyéndolas como runas.

Te explica que las cosas que ve no se pueden saber con precisión pero que hará lo mejor que pueda.

Te dice echos que tú ya conoces. Información que podrías haber adivinado. Posibilidades que no puedes imaginar.

Las estrellas en la mesa casi parecen moverse a la luz ondulante de las velas. Desplazándose y cambiando ante tus ojos.

Antes de irte, la adivina te recuerda que la fortuna nunca está escrita en piedra.

Te encojes de hombros, de todas formas no crees en la suerte o en eso que llaman destino.

Hay muy pocas persona vagando por Le Circe Underworld contigo a estas horas antes del amanecer. Algunos están usando bufandas rojas que son particularmente vibrantes haciendo juego con el blanco y rojo de las carpas.
No tienes mucho tiempo antes de que el sol inevitablemente se eleve. Te enfrentas con el acertijo de cómo llenar los minutos restantes de la noche.
¿Deberías visitar una última carpa? ¿Una en la que ya hayas entrado y que particularmente hayas disfrutado, o una carpa sin explorar que permanece en misterio? ¿O deberías buscar otra manzana de caramelo antes del desayuno? La noche, que parecía infinita hace unas horas, ahora se te está escapando de los dedos, haciendo tic tac mientras se convierte en pasado y te empuja hacia el futuro.

Pasas tus últimos momentos en el circo como lo deseas, dado que es tu tiempo y tus horas sol@. Pero antes de que pase mucho tiempo, es hora de que Le Cirque Underworld cierre, al menos por el momento.

El túnel lleno de estrellas ha sido removido, sólo una cortina separa el patio de la entrada ahora.
Cuando se cierra detrás de ti, la distancia se siente más grande que unos cuantos pasos divididos por una cortina a rayas. Dudas antes de salir, deteniéndote para observar el intrincado y bailarín reloj mientras da los segundos, piezas moviéndose a la perfección. Puedes verlo más de cerca que cuando entraste, dado que ya no hay público ocultándolo. Bajo el reloj, hay una discreta placa de metal. Tienes que agacharte para entender la inscripción grabada en el pulido metal:
"La magie, c'est croire en vous, et si vous pouvez le faire, vous pouvez tout faire."
dice, a lo largo de la parte superior, escrita en francés. No tienes idea de que significa y haces una nota mental para buscarlo después en el internet cuando estés en casa.

Alguien te está mirando mientras lees la placa. Sientes sus ojos sobre ti, antes de darte cuenta de dónde viene la inesperada mirada. La taquilla todavía está ocupada. La chica que está adentro te observa y sonríe. No estás totalmente segur@ de qué hacer. Ella te saluda con la mano, un saludo pequeño pero amigable como para asegurarte que todo está bien. Que los visitantes a menudo se detienen antes de partir de Le Cirque Underworld para mirar la maravilla del mecanismo del reloj que está en las puerta. Que algunos incluso leen la Inscripción. Que estás en una posición en la que muchos han estado antes, bajo las ya pálidas estrellas y luces centellantes.

La chica, algo pequeña y con lentes, te insta a ir a la taquilla.
Mientras caminas hacia ella, busca algo en las pilas de papel y boletos. Hay unas cuantas plumas plateadas y negras en su cabello que revoletean alrededor de su cabeza cuando se mueve. Cuando encuentra lo que está buscando, te lo entrega y tomas la tarjeta comercial de su mano enguantada.

Un lado es negro y el otro blanco.

Le Cirque Underworld, está impreso en letras de un brillante plateado, en el lado negro. Al reverso, en tinta negra sobre blanco, dice:
Sr. Eugeo, Propietario; MasterEugeoIK31@circus.com

Le das vuelta en tu mano, preguntándote qué le escribirás al Sr.Eugeo. Tal vez podrías agradecerle por su muy singular circo, y tal vez eso será suficiente.

Le agradeces a la chica por la tarjeta y ella sólo sonríe en respuesta.
Caminas hacia las puertas, leyendo la tarjeta en tu mano una vez más. Antes de que atravieses las puertas hacia el campo más allá, te das vuelta hacia la taquilla, pero está vacía, una rejilla bajada sobre ella.

Guardas cuidadosamente la tarjeta en tu bolsillo.

El paso a través de las puertas que te lleva de un piso pintado a un desnudo césped, se siente pesado.

Piensas, mientras te alejas de Le Cirque Underworld hacia el progresivo amanecer, que te sentías más despierto dentro de los confines del circo. Ya no estás seguro de qué lado de la valla es el sueño, que es real y que no lo es.

Fin.

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La inscripción en frances dice: "La magia es creer en ti mismo, y si puedes hacer eso, entonces puedes hacerlo todo."

Si llegaste hasta aqui, muchas gracias por haberle dado una oportunidad a esta historia. Hemos llegado al final del viaje, espero que hayas disfrutado leerla como yo lo hice al escribirla, gracias por su paciencia y sus bonitos comentarios.
Hasta la siguiente historia;)

Saludos.

IbanaS08.

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