□×4×□

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La habitación estaba cerrada con llave, entre la densa oscuridad la figura sensual del tricolor se movía sobre un sorprendido, pero no menos exaltado, Ucrania.

Este sólo lograba difícilmente ver como su primer amor, y ahora novio de su hermano, le montaba apoyando las manos sobre su pecho gimiendo en alto su nombre. ¿Cómo habían llegado a eso?

Ni idea... pero una cosa estaba clara para ambos: fue México quien empezó.

La cama estaba adornada por pétalos marchitos de flores, flores que pertenecían a nada más que las antiguas coronas y listones que el menor obsequiaba al latino. Eso sólo lo volvía peor.

El bicolor se negaba a creerlo, sujetaba las caderas del mayor apretando sus glúteos mientras el otro daba de sentones sobre él sin vergüenza claramente borracho.

Recorrió su torso delgado y marcado por dientes, algunas mordidas ni siquiera eran suyas al igual que los moretones alejados de ser hermosos sólo representaban lo violento que era Rusia. Llegó hasta sujetarlo suavemente de las mejillas, ardían y su saliva caía por la comisura de esos bellos labios.

- U-Ucrania~ a-ah!... ¿p-por qué n-n mgh~!... no te mueves?! -

El nombrado jadeaba, el efecto del alcohol no era intenso, estaba completamente consciente y se sentía terrible.

Atrajo el rostro del latino hacia el suyo para besarlo dulcemente, tanto como podía pues México era increíblemente intenso, más de lo que querría. En medio del gesto, Ucrania apoyó firmemente sus pies en la cama bajando sus palmas a tomarle de las caderas, allí fue que comenzó a moverse torpe pero fuerte y tan rápido como podía.

Un gemido más alto de lo normal dio a entender que llegó al punto dulce, siguió embistiéndolo encantado por los sonidos y esa expresión de puro placer aunque el ucraniano rogaba su silencio. Pronto las uñas del tricolor se hincaron en su piel, acabando encima del abdomen ajeno junto a un escandaloso grito.

No continuó, dejó que se tumbara sobre él. Delicadamente lo recostó al lado saliendo de su interior, observaba como poco a poco se dormía... percibió un escozor dentro de él, claro que estaba mal... México no era suyo, jamás lo sería... al menos lo había complacido.

Tras sentarse al borde de la cama pudo sentir cómo las lágrimas recorrían su rostro mirando algunos de los pétalos marchitos caídos y regados por el suelo, con el borde de la manta limpió el líquido blanco y espeso en su vientre. Se levantó los pantalones para luego ponerse el suéter beige que traía puesto antes, por suerte era de cuello tortuga, así taparían las dos pobres y rojizas marcas dentales.

Suspiró volteando, tomó las prendas del chico en la cama para luego, con cuidado, vestirlo. México balbuceaba mirando desorientado sus acciones y cerró los ojos al verse finalmente arropado además de exhausto.

Besó su frente.

- Estás ebrio... - sollozó.

Le escuchó balcucear algo más pero no intentó deducir qué era, se marchó rápidamente. Lo primero que hizo fue revisar a su hermano, se encontraba dormido aún, le alivió bastante pero no lo suficiente como para dejar de llorar.

Sacudió su cabeza, salió de la casa como si nada con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha. Ni bien dio un paso unos brazos le detuvieron, abrazándolo, iba a reaccionar y separarse pero el olor característico de la miel de maple sólo logró que quisiera acurrucarse más, aferrándose con fuerza al cuerpo ajeno.

- Ukraine?! -

¿Cómo le miraría a los ojos a Canadá? ¡a México! ¡A RUSIA!

- ¿¡Qué pasó?! -

- ... llévame a casa por favor... - logró articular.

El portador de la hoja de arce se separó y tomándole del mentón le obligó a levantar la mirada, besó sus mejillas con desespero, luego sus labios, más tarde en la frente, arregló su cabello y lo abrazó de lado hasta que llegaron al hotel.

Canadá se desvistió para colocarse su pijama, Ucrania prefirió ir a cambiarse en el baño, el mayor se preocupó pero lo dejó ahí. Cuando le miró salir se le abalanzó para besarlo nuevamente, sorpresivamente fue correspondido. Cayeron en la suave y cómoda cama.

- ¿Qué ocurrió? ¿Rusia despertó y te trató mal? -

Ucrania lo miró sonriendo aún con los ojos rojizos por haber llorado.

- Shhhh... hay que dormir... sólo vi algo que no me gustó -

No iba a quejarse e insistirle a su querido bicolor, prefirió dejarlo ahí.

- Está bien florecita, buenas noches. Apagaré las luces. -

- Buenas noches... -

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Mañana subo la otra parte, sólo tendrá capturas de pantalla.

No estoy acostumbrada a ese programa, pero el que usualmente uso no me deja cambiar el idioma del cuadrito ese que pone "HOY", lo usaré luego porque tiene más herramientas espero no hayan problemas por ese detallito :c.

En fin, que se note lo desesperado que está México xd.

Bye~

☆CHEAT☆ [UƈɾαMҽx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora