□×10×□

1.1K 143 15
                                    

Corona tras corona...

Ese niñito era agradable, con sus listones y flores, con sus ojos celeste brillante que juro alumbraban en la noche.

Conocí a Ucrania cierta tarde, el don amargado soviético me invitó, en agradecimiento por mi ayuda brindada, a una pequeña cena y de milagro llegué mucho más pronto de lo acordado pues me agradaba ese idiota que aparentaba más edad y madurez que yo siendo, prácticamente, un viejo. Ya se me vino a la mente que me presentaría primero a su hijo mayor, siempre hablaba de su "orgullo", su "heredero"... y creí que sería más serio y firme como su padre le pintaba.

Rusia... era un niño de apariencia tímida y una sonrisa nerviosa, para tener su edad era bastante alto, casi llegaba a alcanzarme, o al menos esa fue mi primera impresión.

— Rusia, mi hijo mayor y heredero.—

Con esta frase, recuerdo claramente que el chiquillo de ojos violeta dio un pasó al frente e hizo una reverencia, recuerdo incluso que me acerqué a su rostro sólo para observarle mejor esos orbes tan curiosos que tenía pero se alejó soltando un gruñido y chasqueando la lengua.

— El chamaco es igualito a su papá... gruñoncito.—

Urss lo reprendió por tal acción, luego dio paso a sus dos otros hijos, que habían terminado de alistarse temprano.

Belarús y Ucrania.

Ucrania.

Cabello rubio platino rebelde que me provocaba ternura. Ese mismo día recibí mi primera corona de flores y fue lo más dulce que un niño me había dado.

Me encontraba paseando por los jardines cuando el comunista se me acercó, con una mano en el hombro admitió que a sus hijos yo les agradaba más que el "capitalista", que me había ganado su cariño y admiración. Volteé a verlo confundido.

¿No te gustaría quedarte más tiempo? Con mis niños, conmigo México.—

Dos días después me estaba marchando junto a Usa, claro que me negué, yo iba a la guerra no a enamorar a ese poste andante.

Me dolió dejarlos, esos niños eran preciosos y dulces. Para cuando me fui, Ucrania me regaló una corona de flores, adornada con listones de los colores de mi bandera y Rusia me dio un ushanka.

No volví a saber de ellos hasta que Urss murió, los reconocí como independientes y pude cruzar miradas con Belarús, Letonia y Kazajistán... pero nada comparado a Ucrania, alejado del grupo de sus hermanos que hablaban con Rusia.

Alto, bicolor y con un ushanka adornado con flores celestes igual que sus ojos.

No dudé en acercarme, me recibió con una sonrisa que jamás saqué de mi mente, no habría persona que no se resistiera ante esa hermosura pero soltarle un albur sólo me haría quedar como un atrevido, que siempre lo he sido, pero ese chico no merecía más que cariñitos y unas ma-... ¡maravillosas palabras y gestos de amor!

Con el paso de los años, las cartas se volvieron mensajes de texto, y las promesas de visitarme se cumplieron. No pude evitar caer rendido ante ese pequeño ya no tan pequeño, me habló de sus cicatrices y que se enfermaba de vez en cuando, admitió que tras la muerte de Urss, Rusia no hablaba mucho con sus hermanos.

Salimos, paseamos, no quise dar el primer paso por temor, además tenía algo de miedo... involucrarme en una relación de nuevo, con Usa había pasado muy mal a pesar de que terminamos en buenos términos.

Pero Ucrania...

Cuando se fue me dio otra corona, quise besarlo ese día pero algo me detuvo, quizás temor al despecho y volver a mis tiempos de tequila en un bar mientras Chile me consolaba.

Aunque ahora que lo pienso fui un pendejo si ya nos habíamos besado antes y él correspondió encantado aunque sigue sin saber que lo recuerdo.

Puta madre.

Cierto día supe de Rusia, íbamos a reunirnos por cuestiones ajenas a nuestros deseos. Nunca lo tuve de frente hasta ese momento, me sentí pequeño y torpe, era la viva imagen de su padre pero con ojos y colores distintos...

Pero observé sus brazos, su cuello, sus manos, cubiertos de vendas cuando se quitó el abrigo por el calor, parecía como si el muchacho se hubiese peleado con alguien, no tardé en preguntar qué le pasaba.

Depresión, alcoholismo, deseos de suicidarse.

Ese día Rusia terminó siendo regañado, lloró en mi regazo como si de un niño pequeño se tratase, se culpó a sí mismo, a sus hermanos y a Estados Unidos por la muerte de Urss. No pude evitar tener compasión por Russki.

Me lo quedé un mes, se lo pedí más bien. Era hermano de Ucrania, no podía hacer más que ayudarlo pero jamás le dije lo que pasaba. Lo reprendía cuando intentaba lastimarse, le curaba las heridas pasadas y sobretodo la del cuello, marcas por intentarse colgar de un puto árbol.

— Rusia, eres un completo pendejo, ¿cómo vergas se te ocurre hacer esto? ¿No piensas en tu pueblo? ¿En tus hermanos?—

— Soy una mierda... lo sé.—

No me resistí a abrazarlo y ahí fue que, confundiendo el recuerdo que tenía de Ucrania con el calor de Rusia, no quise alejarme de él. Los sollozos que le siguieron al abrazo sólo me ablandaron el corazón.

No era un cascarrabias o un insensible, temible como muchos le veían al "gran Rusia", era un osito apapachable bajo la máscara que le dejó su padre, era... era alguien que no quería dejar ir, pero tuve que lidiar con mucho para eso.

Muchas veces Rusia sufría de ataques de ira, era muy impulsivo. Llegó a romper varias cosas por mera rabia y a mí nadie me ve la cara de estúpido, lo mandé a la verga muchas veces hasta que la última semana... todo fue sorpresivamente paz.

Me pidió quedarse más tiempo y se lo permití.

Salimos, paseamos, la misma rutina que con Ucrania pero esta vez llegó al extremo y terminamos compartiendo la cama varias veces, no me quejo, fue el mejor revolcón de mi vida y sentía que amaba a ese sujeto, su rudeza y a veces dulzura, su debilidad que sólo mostraba ante mí y su necesidad constante de mi amor... era como verme a mí cuando estaba con Usa, pero esta vez yo no iba a ser una gorda malcogida tóxica.

Oye "Ame", recuerda que ahora te quiero cabrón, andar con Perusito te hizo bien.

Claro que acepté ser su pareja en cuanto me lo pidió, no había nadie más y planeamos una celebración para anunciarlo...

Rusia ya no bebía como antes, no se lastimaba, no tenía ataques de ira recurrentes...

Pero vi a Ucrania y el mundo a mi alrededor se desplomó, todo desapareció y sólo lo podía ver a él. ¿Y su corona de flores dónde estaba? ¿Su sonrisa radiante?... ahí fue donde me di cuenta que jamás me había olvidado de Ucrania, que el hombre a mi lado no era lo que yo quería realmente, que a quien siempre amé fue a Ucrania y sólo Rusia vino a reemplazarle.

Pero ya no podía hacer nada.

Me dije a mí mismo que acabaría en unos pocos meses, lo iba a hacer pero frente a esa cara de cachorrito dolido y las discusiones siempre terminaba diciendo que era broma.

Yo... yo también estoy harto Ucrania, algún día tendré la fuerza para terminar lo que empecé.

Espero no sea demasiado tarde.

—————————————

Hey~

Meperdonan pero mi menos favorito es Mex en esta historia y mi fav es Canadá...

Ufff Canadá... pobre cosita fea :c lo amo :c

Weno, se me aguantan hasta la próxima semana si es que no me llega la inspiración este fin.

Esta historia va a ser medio cortita porque no quiero alargar mucho el pdo, vean ese décimo capítulo como uno de transición de lo medio bonito al desastre completo B).

Me dieron ganas de adjuntar dibujos con los diseños de mis niños, creo que lo haré osi.

Bye~

☆CHEAT☆ [UƈɾαMҽx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora