×□14□×

1K 116 14
                                    

Canadá preparaba pancakes mientras veía con mucha incomodidad y rabia lo que pasaba en el salón, era como una prueba a su inmensa capacidad de ser paciente, tolerante, pero más que todo, esa habilidad de ponerse una máscara y fingir ser la criatura más amable del mundo.

Más que todo, fingir que el rasguño de su mejillas se lo hizo un gato arisco y no él mismo en su desahogo por lo ocurrido hace unas horas mientras que Ucrania vio la visita de sus hermanos como una gran oportunidad de sacar de su mente el encontrarse otra vez con el latino que hace una hora estaba pensando en llamar pues al parecer no asistió por quedarse con Argentina.

Pero no creyó que despertarían uno de sus problemas y complejos más antiguos, uno que dolía tanto como para olvidar todo lo demás.

— ¿Recuerdan a Rusia? Era una ternurita con dientes de tiburón, ¡papá siempre estaba orgulloso de esos dientesitos!—.

Exclamaba el alado de tez celeste, fue una sorpresa para todos, excepto Belarús, que Kazaj ahora visite México para estar en compañía de sus hermanos... pero también era una perfecta oportunidad de recordar tiempos de antaño y sobretodo, hablar de Rusia... lo que a Ucrania significaba el rascar sobre las costras de heridas apenas cicatrizadas y continuar rascando la herida misma sin importar que esta sangrara.

Rusia, Rusia, Rusia.

¿A quién más le hervía la boca por hablar de él?

Claro, su difunto padre, a quien le importaba tanto la familia pero su atención se centraba en uno solo.

Rusia estaba apenado, trataba de cambiar de tema cada que podía pero sólo lograba que le recordaran algo de él, de reojo miró a Ucrania ahora con su postura encorvada mirando al suelo mientras Belarús y Kazaj reían hablando sobre él.

Reconocía esa mirada donde fuera, y no la había visto sólo ahora, también cuando eran pequeños mientras se alejaba por sentirse menos que cierto niño, que cierto hermano mayor.

[— Papá siempre habla de ti, todos hablan de ti, México siempre está contigo. ¿Por qué nosotros no, Rusia? ¿Por qué eres más importante que yo?—

Ucrania... soy el mayor, es normal que papá me use de ejemplo para todo y le acompañe. Para mí eres importante Ucrania, igual que Bel, Kazajistán, Armenia, Lituana, Letonia, Estonia, Turkmenistán, Moldavia, Georgia, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán y Azerbaiyán, ¿no me falta ninguno, cierto?—]

Pero ya no eran críos, estaban muy lejos de serlo o de volver a esos buenos tratos y juegos inocentes.

De hecho, Rusia conoció esa sensación una vez su padre murió, ese hombre poderoso había dejado a un heredero, como él mismo se describía, "insignificante", "inútil", "pequeño". Vivió en su sombra por años, tratando de ser como él, esperando que el mundo al verle no digan en frente de él: "espero llegues a ser tan grande como tu padre", ¿y saben qué? Escuchó esa frase cientos de veces.

Así se sentía Ucrania quizás, pero mucho peor.

Rusia estaba consciente de su problema y no quería que siguiera sintiéndose así en ese momento, si era posible nunca, mucho menos tratándose del hombre al que le pediría ser su padrino de bodas.

— Hablando de mis relaciones políticas... ¿no han pensado en salir con alguien románticamente, solterones?—

Bel y Kazaj se miraron entre sí con una expresión digna de ser fotografiada para burlarse en un futuro cercano, ambos extrañados preguntándose de dónde mierda salió esa pregunta y por qué.

Titubearon un momento, el más alto pudo ver como Ucrania soltaba una corta risa mirándoles.

— ¿Lo dices porque ambos ya tienen pareja? Admito que siento mucha envidia.—

☆CHEAT☆ [UƈɾαMҽx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora