TU DECIDES
Era una chica. . . ¡Por Dios! Pensé.
No lo podía creer, el guerrero que me estaba dando una paliza había resultado ser una mujer, era bien parecida, de cara redonda, cejas cortas, mirada profunda.
Pero el único sorprendido era yo.
Ella se dirigió a mí con ganas de partirme la cara, me agarro por el cuello de la chaqueta y me levanto. No sabía qué hacer, era realmente ella la que necesitaba para salvar la galaxia mil pensamientos pasaron por mi mente su puño derecho se fue echando para atrás, estaba paralizado, cuando vi que su puño venía a toda velocidad, dije en voz baja.
-Los guardianes me enviaron para reclutar a los mejores de la galaxia, te necesito, los mundos dependen de nosotros.
Fueron las palabras más rápidas que jamás había dicho en mi vida, había cerrado los ojos para esperar el golpe, cuando los abrí ella estaba anonadada, se había creado un alboroto entre la tribu, por ella detener ese último golpe, con cara de sorpresa, me soltó, caí al piso. Y me dijo.
- Estas mintiendo.
-No, es cierto. Tuve unas pesadillas y después, un aparato extraño apareció en mi casa, era un mensaje de los guardianes... yo tampoco lo podía creer, pero me arriesgue y aquí estoy, el mapa me dirigió hasta aquí.
- ¿Que mapa?
- El mapa que me dieron los guardianes.
- Nosotros no creemos en los guardianes, ellos abandonaron nuestras galaxias y nuestros mundos, nos dieron la espalda, ¿porque debo creerte?
- No lose, en realidad no deberías hacerlo, simplemente cree, en lo que creas correcto.
Fue una discusión de un par de segundos, cuando termine de responder, ella grito furiosa, y se lanzó a mí con todas sus fuerzas,
- ¿Porque a mí?... ¿Porque ahora? - Me gritaba.
Entre forcejeos era muy difícil responder.
Me volvió a levantar esta vez con una sola mano dio unos cuantos pasos conmigo en el aire y pego mi espalda a un árbol, levanto su puño con todas sus fuerzas, pensé que era el fin.
Estaba vez no cerré mis ojos, ella comenzó a mover su brazo, pero se paralizo, sus gestos no eran normales, parecía que hubiera recibido una descarga eléctrica. Me susurro entre dientes, me meteré en problemas por esto, haz que valga la pena.
- ¡Oh no! El humano me ha capturado, con sus poderes mentales, no me deja moverme, estoy totalmente paralizada.
Tarde unos segundos en entender lo que pasaba, claro, hora de la actuación pensé.
- ¡Si! ella tiene razón, ahora ella es mi rehén, contemplen mi poder, si alguien se mueve, hago que explote.
El guerrero que ahora resulto ser una guerrera me miro con cara de decepción.
No actuaba desde la primaria.
-Dejen que nos vayamos, y nadie saldrá herido, mi tono era totalmente sobre actuado, el resto de los salvajes se quedaron en silencio yo comencé a caminar lentamente, detrás de la guerrera nos alejamos unos pasos cuando inesperadamente ella grito.
-¡Corre!
Y desapareció entre la selva. Rápidamente volteé, la tribu se había venido encima de mí, todos gritando con antorchas y armas, si me alcanzaban iba hacer una masacre, di un par de pasos torpes y lentos y me caí, esta vez no tenía salida, cuando de la nada. . .
Algo me sujeto por mi brazo, y me levanto con fuerza, en un par de milisegundos había pasado de estar sin salida en el piso a estar en el aire moviéndome como un trapo viejo estaba totalmente suspendido en el aire y me estaba moviendo a una velocidad descomunal, mire que era lo que me estaba sujetando, y para mi sorpresa era la guerrera, pero esta vez se veía diferente sus ojos se habían puesto color amarillo radiante sus marcas y tatuajes brillaban con una luz poco visible pero se sentía, era la energía de su talem, estaba en su máximo nivel, o bueno eso pensaba, corría, saltaba, daba giros en el aire a una velocidad nada normal.
Todo estaba pasando a una velocidad impresionante, los gritos de los demás guerreros se escuchaban cada vez más cerca, de repente ella se detuvo, me golpee fuertemente con su espalda;
- Sujétate humano. Dijo. Esta vez con voz fuerte.
Pase mi brazo derecho por su cuello, ella junto parte de su talem en sus piernas, vi como esa parte brillaba más que todo su cuerpo, se inclinó un poco.
Miro al cielo y, salto.
No fue un salto normal, cuando abrí los ojos estábamos en la cima de un árbol, estaba aturdido, me dolía la cabeza.
- Allá esta. Escuche.
Mire y vi la nave en la parte del volcán.
Su cuerpo comenzó a brillar mucho más de lo normal, nos encontrábamos lejísimo del volcán.
Note que su mirada estaba fija en la nave y no salía de ella ninguna palabra, sus ojos se cerraron, yo no sabía que iba a pasar, me sujete fuerte, ella dio un par de pasos lentos hacia atrás, abrió sus ojos. Y comenzó a correr, su talem se había multiplicado no sabía que eso era posible, controlaba más energía de la que había visto antes, no podía ver nada por la velocidad, en la que íbamos solo me movía como un saco de comida en un camión viejo
-¡Enciéndelo!. Me grito.
Abrí los ojos y ya estábamos dentro de la nave, mire a la guerrera, y su extraño color había desaparecido, voltee a la selva y miles de luces amarillas venían hacia nosotros, encendí los motores prendí las turbinas a todo dar, y tan rápido como pude levante la nave y salimos de allí. . .
Ahora que habíamos escapado no sabía por dónde ir, estábamos viajando a velocidad luz y todo pasaba muy rápido.
De un momento a otro la nave comenzó a tambalearse, estaba perdiendo el control, la guerrera me grito.
- ¿Qué estás haciendo? Salgamos de esta galaxia. Me dijo casi gritando.
- Eso intento, no sé qué pasa. Respondi.
Una ola de terror invadió mi cuerpo, cuando levante la cabeza vi que frente a nosotros estaba un enorme agujero negro, algo que identificaba a la galaxia desconocida eran estos agujeros, había escuchado de ellos nunca los había visto pero estaba seguro de que ese era un ajuaro negro era como un tornado gigante que nos estaba absorbiendo, di vuelta a las turbinas.
Encendí los motores en reserva, casi no conocía la nave, pero sabía que no teníamos la suficiente fuerza para salir de ahí.
Lancé un par de misiles al agujero, pero desaparecían antes de hacer contacto, el desespero nos invadió, comenzamos a gritar, giraba el volante lo más que podía, las turbinas estaban a punto de reventarse, cuando derrepente.
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el regreso de los heroes
Science Fiction¡Por favor! ¡Por favor! No lo hagan; es mi hijo, no pueden quitármelo. Gritaba la pobre mujer mientras la golpeaban y tiraban al piso. Es mi hijo; gritaba desenfrenadamente desgarrando su garganta. El extraño ser miraba fijamente al niño con los rar...