CAPITULO 17

48 3 0
                                    

EL JURAMENTO

Comencé a disparar en todas direcciones. Mientras gritaba.

Todo comenzaba a pasar en cámara lenta, con cada paso que daba disparos salían de mis armas, la ira y la adrenalina se apoderaron de mí.

Tahan se movía a una velocidad impresionante, vi como de un salto, decapitaba a dos Zealots, al mismo tiempo materializaba espadas y dagas lanzándolas a distancia dejando inmovilizados a los militares.

Jhuli estaba cerca de él; su puntería era incalculable, disparaba aproximadamente siete o diez láseres por segundo, Iroan la cubría destrozando militares con sus propias manos, los láseres y balas la golpeaban, pero esto no parecía importarle, le hacían daño, pero se regeneraba de inmediato por la inmensa cantidad de talem que salía de sus tatuajes, sus músculos se brotaban y su fuerza era descomunal,

Vi que los encapuchados se mantenían a distancia en el borde del Epicentro cubriéndonos con cada disparo; Naju había tomado una de las máquinas de ataque con forma humana, se encontraba luchando y disparando con un gran cañón en su brazo izquierdo.

La batalla era épica, por un par de minutos todo el lugar solo se volvió destrucción.

Disparos, explosiones, humo, sangre, escombros, sudor. . . era lo único que podíamos percibir.

-¡Necesitamos un plan Jaack! ¡Necesitamos salir de aquí! Apareció Frank a mi lado atravesando el pecho de un Zealots que venía a atacarme.

-¡Tienes que sacarnos de aquí! Grito. Iroan a lo lejos –Son demasiados, jamás los venceremos uno a uno nos superan en números.

Tahan comenzó a correr hacia nosotros. -Yo solo pudiera con todos Jaack, solo que ayer no tuve una buena noche no pude dormir bien, si no ya los hubiera acabado. Dijo mientras agarraba aire y volvía a la batalla.

-Solo es un fanfarrón Jaack, lo conoces tenemos que salir de aquí. Repuso Frank.

Era la oportunidad de destruir a gran parte de la oscuridad estábamos en el Epicentro no podíamos huir, no, no podíamos rendirnos, si huimos nos perseguirán igual, no podíamos renunciar, pero si no lo hacíamos moriríamos, necesitamos un plan, pensé, un plan que nos saqué de aquí pero solo a nosotros. . .

-¡Saldremos de aquí!. Grite. Pero antes, acabaremos con ellos.

¡Naju! –Grite. Lo pude ver luchando a la distancia. Era ahora o nunca.

-Corre, yo te cubro. Una voz suave apareció a mi lado, era uno de los encapuchados. Sin pensarlo dos veces, comencé a correr en medio de la batalla, aunque éramos fuertes nos superaban en número, cada vez perdíamos más municiones, estábamos a la deriva, nos superaban en número y el talem de los guerreros comenzaba a gastarse.

Las gotas de sudor bajaban por mi cara, corrí lo más rápido que pude, con cada paso eran cientos de disparos y cadáveres que caían a mí alrededor. El ruido de las explosiones y disparos eran ensordecedores.

Corrí hasta Naju y le Grite. -¡Necesitamos destruir su corazón!. Hice una pausa. -Su fuente de poder, si destruimos el Epicentro los Zealots morirán con él.

El encapuchado se encontraba a mi espalda disparando a todos lados ganando un poco de tiempo.

. . . Un silencio abrupto invadió su cara.

-¿Sabes lo que eso significa Jaack? Pregunto. Y de nuevo una expresión de vacío apareció en él.

-Sí, lo sé. Llegaremos a la fuente; Frank se encargará del resto. Respondí.

el regreso de los heroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora