Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie Eddie...
Sus nudillos estaban sangrando, muy probablemente se había fracturado uno que otro dedo para este punto, ya no los sentía, no sentía dolor físico, no sentía nada.
—¡EDDIE POR FAVOR!
Su vista ya no era la misma, tenía sangre en sus gafas y lo poco que veía se había estropeado por sus incontables lágrimas.
—Eddie por favor, aquí estoy cielo, aquí estoy, maldita sea, Eddie, ángel aquí estoy, no me iré, no te voy a dejar, Eddie, por favor...
Sus manos empezaron a golpear las rocas, no se movían ¿por qué no se movían?
Era como si por cada escombro que retirara apareciera otro mucho más pesado y grande.
Nunca en su vida pensó en lo imposible como ahora lo estaba haciendo.Y gritó, gritó como nunca antes, pudo sentir sus venas al borde de explotar, lo rojo que estaba no se comparaba con la sangre que escurría.
Y entre tanta oscuridad mental esta se volvió brillante, y en ese brillo encontró claridad, al menos la suficiente como para observar sus manos y verlas hechas un desastre, sus dedos estaban completamente rotos, estos se estaban poniendo morados, las uñas se desprendían y efectivamente ya no era sólo la sangre de su amado la que estaba en él.Tanto daño.
Cuando paró sintió la mano de alguien en su hombro, era un toque delicado, con compasión y relevancia.
Volteó y todo se fue, todo lo malo, todo lo bueno, todo lo insignificante, lo vió y renació.Sus pulmones se llenaron de aire, sus huesos sanaron, se sentía como nuevo viéndolo, se sentía como un adolescente, se observó a sí mismo esta vez y si, tenía la apariencia de años atrás, rebeldes rizos azabaches caían por su frente, tenía su icónica vestimenta y en sus rodillas tenía dos tiritas de colores, se tocó el rostro, era Richie; el Richie de antes, las voces y las bromas volvieron a él, todo volvió a él... incluso él.
Levantó la vista y oh joder.
Ahí estaba ese precioso pequeño, su precioso pequeño malhumorado. Todo, todo, todo. Sus ojos, su boquita, su nariz respingada, sus pestañas enormes, su piel, su estatura, su peso, todo estaba ahí, y le sonrió. Y Richie lo tomó en sus brazos y se aferró a él, nunca lo soltaría otra vez, lo abrazó con todas sus fuerzas, su corazón iba a estallar en cualquier momento debido a todas las fuertes emociones dentro de este, lloraba y reía a la vez, al fin.Ya no estaba en la casa Neibolt recogiendo los escombros con sus propias manos para sacar a Eddie, ahora estaba en un prado, en el prado por el que pasaban para llegar a los Barrens, era un atardecer lleno de luz tenue, el destello de oro dentro de los ojos de Eddie brillaba como nunca antes, la risita del pequeño ángel se escuchó y retumbó dentro de los oídos del rizado, quien lo tomó de las mejillas y lo besó.
Cuando las personas se besan van perdiendo el aire poco a poco pero con ellos... con ellos no pasó así. Richie se sentía más vivo por cada segundo que pasaba, lo había extrañado tanto, lo había necesitado tanto, todo, Eddie lo había hecho sentir cada emoción existente.
Era tan dulce a pesar de las lágrimas saladas, era perfecto, tan inesperadamente lleno, era el sinónimo de vida.Pero el olor a putrefacción golpeó sus sentidos, e incluso con los ojos cerrados pudo ver cómo las luces se apagaban, pero nada le desesperó más como sentir a Eddie caer en sus brazos, tenía una herida enorme en el abdomen que no paraba de sangrar, lo sostuvo contra su pecho mientras veía como lentamente, nuevamente, el amor de su vida cerraba los ojos para jamás volver a despertar.
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𝐆𝐡𝐨𝐬𝐭𝐢𝐧 | reddie
FanficCuatro años pasaron desde la muerte de Eddie Kaspbrak. Y hace ocho meses que Richie Tozier lo volvió a intentar. Conoció a un tímido escritor de comedia; Dennis Christopher, que, a consideración de sus demás amigos de infancia, luce y actúa mucho c...