¿Cómo te obligas a ser feliz?
Los días habían pasado y la sofocación que habían tenido ambos fue reemplazada con una pestilencia. La pestilencia de la inquietud proveniente de la falsa calma.
Y Richie se había cansado de ser un incompetente.
Aunque no era la primera vez. Él constantemente deseaba arrancarse del corazón ese sentimiento de muerte, porque se sentía morir con cada sollozo.
Dolía emocional y físicamente.Sólo quería que él fuera feliz.
Ese rubio que desde que llegó a su vida no había hecho algo más que intentar salvarlo.Si los demás supieran por todo lo que lo hace pasar... se sentirían asqueados de él; furiosos.
Porque lo estaba haciendo pasar por cosas que nadie jamás debería, por cosas inhumanas.
Si fuera cualquier otra persona no duraría ni un día.¿Era egoísta...? Tal vez no debió de haber pensado eso en forma de pregunta. Claramente lo es.
Por Dios le resultaba jodidamente difícil no serlo, porque en cuanto él trataba de seguir adelante y pasar un buen rato, ya no sólo por el bien suyo sino por el de los demás, se le venían a la mente las carcajadas bobas que soltaba en la casa club cuando se burlaba del sonrojo y el millón de palabrotas que le decía Eddie cuando se acercaba demasiado en aquella maca.
Porque era en cualquier cosa, en cualquier parte, en cualquier situación, Richie siempre regresaba a él.Eddie no sólo estaba tatuado en su muñeca.
Esos ojos con destellos dorados, un miel cálido, enormes como Bambi. Algunas veces lo llamó así.
Richie consideraba curioso cuando la gente decía "ya no me quedan más lágrimas que llorar" porque él llevaba cuatro putos años y seguía igual. Esperando ese momento que parece nunca va a llegar, persiguiendo el sueño de la paz con demonios miserables.
Persiguiendo unos ojos que nunca lo volverán a ver, y una voz que nunca volverá a escuchar.
Una alma gemela que ahora descansa en el vacío.Y ya que estaba en el vacío, él debería de hacerlo desaparecer.
—Cariño, no sé cual llevar ¿tú qué dices?
Era Dennis, preguntándole cual cereal de los que estaba sosteniendo le gustaba más.
Estaban haciendo las compras.—Que se joda, trae ambos. —sonrió velozmente hacia el rubio, mientras que este sólo rodó los ojos ligeramente, sonriendo de igual manera terminó echando las dos cajas.
Ojalá fuera exclusivo de un lugar sentirse así.
Ojalá el dolor se esperara hasta que estés solo en tu casa.
Pero no... ahí estaba él, pensando todo esto en medio de un súper mercado. Las lágrimas eran del cuerpo, de la mente, no del lugar.
Apestaba saber que en realidad, no tienes control sobre ti mismo.
Porque él desde hace un tiempo era el rey de lo inoportuno, y las miradas de lástima jamás se hacían falta cuando esto pasaba.
¿Por qué tienes que pasar para que la gente te mire de esa forma? ¿Qué tan relativo es?Se lo repetía todas las noches; tú no eres especial, tú no eres especial, tú no eres especial.
Sin embargo seguía doliendo como si el mundo se hubiera venido abajo.—¿Pensativo? —murmuró Dennis a su lado, tocándole el hombro con dulzura.
Richie sólo volteó y lo miro a los ojos, tomándole la mano que estaba haciendo contacto con él para depositar un beso en esta.
—Hoy será un buen día. —contestó el más alto. Él lo haría un buen día.
El rubio sonrió ligeramente entrelazando sus manos.
Diría algo como "no te esfuerces demasiado" o "no quiero que finjas nada" pero vio un pequeño, diminuto, casi invisible brillo de esperanza en los ojos de Richie, estaba determinado. Y por sólo eso él nada más asentiría.
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𝐆𝐡𝐨𝐬𝐭𝐢𝐧 | reddie
Fiksi PenggemarCuatro años pasaron desde la muerte de Eddie Kaspbrak. Y hace ocho meses que Richie Tozier lo volvió a intentar. Conoció a un tímido escritor de comedia; Dennis Christopher, que, a consideración de sus demás amigos de infancia, luce y actúa mucho c...