𝚌𝚒𝚗𝚌𝚘

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—Tenías el pelo más claro.

—¿Qué?

—Cuando nos conocimos... tenías el pelo más claro.

Dennis sonrío dulcemente.
Estaba recordando el día en el que conoció al pelinegro, que en ese momento no era tan pelinegro.
El día que marcó un antes y un después en su vida.

—¿Enserio? —preguntó Richie con una media sonrisa, ladeando la cabeza un poco y acomodándose en el sofá, mostrando interés.

—Si, eras castaño, como chocolate, no me equivocaría.

Dennis estaba sentado con las piernas pegadas a su pecho, abrazándolas con sus brazos mientras descansaba su cabeza en sus rodillas.
Miraba a Richie con esplendidez.

—Tú tenías un suéter de lana beige, siempre lo traías hasta que lo arruine en la secadora.

—Lo recuerdas... —suspiró el rubio. Richie nunca había sido una persona de detalles, en cambio él recordaba hasta el cinturón Dolce & Gabbana que Richie traía esa mañana hace meses atrás.

—Fue tan importante para mí como lo fue para ti. —dijo el azabache, haciendo sonreír aún más a Dennis.

Tal vez Richie fue el que lo dijo y tal vez lo hizo sonreír pero dudaba demasiado que haya sido igual de importante para ambas partes. Y eso no es malo. Es sólo que Dennis sabe lo que sintió; lo que siente, y sabe que ese sentir es inigualable.

—Recuerdo que caíste a mis pies... literalmente. —río levemente el mayor.

—No "caí a tus pies" sólo me tiré al piso para levantar las miles de copias que se me habían caído. —respondió el pequeño con un diminuto puchero en sus labios.

—Estabas precioso. —admitió Richard.

Hubo una ligera pausa en la que Dennis pensaba en como Richie no tenía ni una idea de lo atractivo que se veía él, de como le robo el aliento a primera vista y de como su cuerpo había reaccionado con la presencia del más alto.

—Tú me ganabas por mucho. —dijo el rubio sonrojado. —Aún lo haces.

—Me sobrevaloras bastante.

Dennis, en un movimiento arriesgado, tomó la laptop que Richie estaba utilizando minutos atrás y la coloco a un lado, sentándose en el regazo del pelinegro con una pierna a cada lado de este.

—Tú te subestimas demasiado.

Richie sólo se quedó callado viendo al que estaba sobre él. Tal vez él mismo era complicado pero Dennis era otra cosa, mucho más compleja, ya que su motivo, su motor, su razón era el amor; nada más extraño que eso.

¿Lo recuerdas...?

Catorce meses atrás.

Un rubio de 1.70 corría por los pasillos de un estudio, necesitaba sacarle copias a la nueva rutina y entregárselas a cada persona presente, y ya estaba tan jodidamente retrasado.

Chocaba con varia gente y aprovechaba para entregarles una copia. Era un lugar enorme y aún le faltaban varias alas de este, considerando que todos tenían que tener los papeles en 7 minutos, no iba bien.

𝐆𝐡𝐨𝐬𝐭𝐢𝐧 | reddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora