Capítulo 11 - Un gran paréntesis

11 3 1
                                    


-¿Qué cree que le sucedió? -Una voz ronca y femenina le despertaba. El sueño que tenía la consumía a pesar de las ganas que tenía de abrir los ojos. 

-Seguro habrá tomado de más, deberíamos hablar más bajo para no despertarla. -Una voz un poco más aguda, familiar, hablaba en volumen bajo. Su tono dulce la llevó a reconocer quien era al instante.

     Kiara tenía un largo tiempo sin ver a su madre, sin embargo, nunca olvidaría su voz. Despertó de golpe luego de largas horas de sueño y al sentarse en la cama, su madre entró con una pequeña bandeja en sus manos, en ella había una taza enorme y un par de pastillas.

-Querida, me hace feliz que hayas despertado ya. Sé que es domingo, pero vaya, no creo que sea necesario que salgas todos los fines de semana a beber. 

Su madre le hablaba en tono autoritario pero a pesar de esto, su manera dulce de hablar no se veía afectada por esto. Kiara solo asintió sin saber muy bien la razón de la presencia de su madre, sin embargo tomó la taza de café y las pastillas.

Seguramente tu cabeza debe dar vueltas. -Antes de que su madre continuara hablando, Kiara le interrumpió. 

-Las da, pero hay algo mucho más importante que eso ¿Qué haces aquí? o mejor ¿Cómo entraste?

-Vaya manera de agradecerme que haya venido a visitarte después de tanto. Tu amiga Anné me llamó porque tenía desde hace casi dos días sin saber de ti, qué otra razón podría tener para venir a ver que sucedía contigo. Me preocupé.

Su madre le había tomado del hombro con delicadeza, acariciando con su mano restante una de sus mejillas.

-Estás delgada, pálida. Me preocupas mi niña...

Kiara al escuchar a su madre y sentir su tacto, se sonrojó. La caricia de su mano la llenaba de alivio, a pesar de sentir cierta molestia porque estuviese allí sin avisar. 

-Lo sé madre... No he hablado mucho con Anné estos días, pero no tiene nada que ver con mi salud. 

-¿Entonces has salido sin ella a beber? ¿Han peleado? -La señora Liz, como le decían todos, se levantó del otro lado de la cama y se sentó más cerca de Kiara. 

-Ella cuando me llamó se escuchaba preocupada, deberían hablar.

-No discutimos, solo no he tenido tiempo, he estado trabajando horas extra en el café para que no me despidan, no he dormido muy bien así que me acosté temprano el viernes y... -Su madre cortó lo que ella decía, tomando nuevamente de su hombro, esta vez más fuerte. 

-Espera ¿Tienes dos días durmiendo? -Los ojos de su madre se abrieron de la impresión.

-Sí madre, tengo dos días durmiendo. -A pesar de que ella no tenía idea de esto, prefirió fingir que sabía de qué hablaba, no quería preocupar a su madre. 

-Lo bueno es que es domingo, así que puedo descansar un poco más y ya mañana comienzo nuevamente a trabajar.

-Lo bueno es que es domingo, así que puedo descansar un poco más y ya mañana comienzo nuevamente a trabajar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora