Parte 16

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Jaemin se observó una vez más al espejo antes de decidir era hora.

Nunca creyó que realmente utilizaría esos accesorios y juguetes, los había recibido el año pasado como un regalo de parte de YangYang; quién los envío desde Alemania. Lo había tomado como una broma por parte de su amigo, quién diría que los usaría un año más tarde junto a su actual pareja sexual...

Jamás creyó que a Jaeno le irían esa clase de cosas pero ¿Quién era él para admirarse?

Después de todo, era a él quien le gustaba restringir y ser restringido. Tomar y ser tomado. Montar y ser montado. Se entiende el punto.

Cogió la esponjosa cola enganchada a un delicado tapón anal metálico y la colocó en su lugar con un agudo quejido. Estaba frío y rígido. Aún después de verter una generosa cantidad de lubricante se sentía extraño.

Revolvió sus castañas hebras con cuidado y acomodo la diadema con esponjosas orejas de gato sobre su cabeza. Acomodo el delgado collar sobre su cuello que era más parecido a una correa y cerró la camisa blanca unas cuantas tallas más grande.

Jaeno y él eran más o menos de la misma complexión, así que en realidad esa camisa pertenece a Jaemin, la compró justamente para un juego de rol el mes pasado y apenas la estaba utilizando.

Sonrió a su reflejó en el espejo, se veía tan mono que hasta a él le ponía. La tela de la camisa era tan transparente que podía verse los redondos pezones color avellana.

Entonces se le ocurrió una idea y decidió que está era una buena ocasión para que Jaeno descubriera las perforaciones que posee.

Sacó las pequeñas piezas de joyería del gabinete del baño y eligió de entre una amplia variedad, inclinándose por unos aros plateados con cristales.

¿El de la lengua también era una buena idea? Por supuesto que sí, así que cogió una barra con  las puntas redondeadas.

Quizá fuera demasiado, quizás no... Uno nunca sabe.

Con las esposas en una mano salió hacia la habitación. Era hora de que Jaeno viera por si mismo lo bien que Jaemin podía lucir para él.

Tan pronto vió a Jaeno jugando con el celular sobre las negras sábanas, decidió que era hora de jugar.

Primero colocó las palmas, inclinándose, y de esa forma siguieron las rodillas hasta estar en cuatro sobre la cama. Jaeno aún no le prestaba atención, eso ofendió muchísimo a Jaemin.

Era la fantasía del pelinegro después de todo, entonces debería comenzar a disfrutarlo con él.

Decidido a obtener toda la atención de su amante, Jaemin comenzó a gatear con un movimiento casi felino de lo elegante que era, continuando sus caderas con cada paso que avanzaba.

-Miauu~ miauu~

Oh sí, él comenzó a maullar para atraer la atención deseada, lo cuál consiguió rápidamente.

Jaemin oculto una sonrisa inclinando la cabeza hacia abajo, la expresión de asombro en el guapo rostro de Jaeno fue tan placentera, en especial cuando vió como el teléfono se le resbalaba de la mano y caía con un ruido sordo sobre la alfombra.

Quiso darse una palmadita en la espalda, era todo un campeón para dejar a las personas estupefactas.

-Grrrr~ grrrrrrr... - comenzó a ronronear al sentir los delgados y largos dedos que se movían gentilmente acariciando las suaves hebras de castañas.

Cerro los ojos y disfrutó de las calidad caricias en el costado de su cara, recargandose en el tacto.

-Nana, luces tan dulce y sexy de esa forma- respiro Jaeno sobre el oído de Jaemin, provocándole un escalofrío.

Contuvo la respiración cuando el pelinegro le atrajo a su regazo y le colocó ahí cómodamente, con las piernas a los costados del cuerpo adverso.

Podía sentir la erección de Jaeno cubierta por la fina tela del pantalón de vestir gris que había decidido utilizar y se sostuvo de los hombros del contrario, apresando la tela color vino en busca de soporte.

Oh dios, Jaeno había comenzado a acariciar la cadera de Jaemin con una de sus manos por sobre la camisa y con la otra le acariciaba la parte posterior del cuello a la par que le mordisquea el lóbulo de la oreja.

La respiración de Jaemin se volvió cada vez más pesada y arrítmica, emitiendo dulces sonidos que acariciaban los oídos de Jaeno.

Rozo cariñosamente la punta de la nariz contra la mejilla de Jaeno, fascinado al sentir la sonrisa que se extendía en el rostro contrario antes de recibir un beso dulce en la frente.

-¿Has sido un buen gatito, Nana?- preguntó con voz suave tirando de los cabellos en la parte posterior de la cabeza de Jaemin y arrancándole un gemido. -¿Debería dejarte que consigas la leche de tu amo? ¿Uh?

-Sí, por favor amo- murmuro entre jadeos, había comenzado a rebotar en el regazo de Jaeno sin ser consiente y eso le generaba descargas de una sensación placentera que que le provocaba curvar la espalda ligeramente y apretar las piernas en torno al pelinegro.

Complacido, Jaeno tomo los dulces labios de Jaemin en un beso suave y sin lengua, tenía mejores cosas en mente sobre lo que Na podía hacer con esta.

-Entonces hazlo gatito, chúpame hasta conseguir la leche que tanto te gusta- le instó y empujó al castaño para sacarlo de encima suyo.

Jaemin así lo hizo, de forma grácil y elegante se hecho en la cama entre los muslos abiertos de Jaeno y comenzó a acariciar el inminente bulto con adoración aún por sobre la ropa, ronroneando de alegría por poder satisfacer al pelinegro.

Con habilidosos dedos se deshizo del botón y cierre del pantalón, extrayendo su glorioso premió del boxer rojo.

Jaemin no se hizo del rogar y comenzó a degustar el falo con pequeños lengüetazos. Oh como le encantaba el fuerte sabor masculino característico de Jaeno.

Se llevó la punta a la boca y rozo la punta del arete sobre el orificio uretral. Lo estaba haciendo tan bien que recibió suaves palmaditas en la cabeza y caricias en el cabello.

Los tonos gemidos de Jaeno rápidamente llenaron la habitación cuando Jaemin comenzó a apoyarse de una de sus manos para acariciar el largo del tronco y torturar la roja cabeza con la lengua.

-Lo estás haciendo muy bien, Nana, sigue así gatito- alabo Jaeno con la respiración entrecortada, estaba cerca y cuando los hermosos ojos del castaño se encontraron con los suyos fue suficiente un tirón más para que se viniera con violencia.

Oh cielos, no podía creer que Jaemin luciera tan erótico mientras lamía el semen que se había regado por su pene. Limpiando con tanta adoración que sólo logró ponerle al cien otra vez.

Jaeno lo atrajo hacia su regazo y beso a Jaemin con la boca abierta, recibiendo gustoso la bola de fluidos que el castaño le pasó. Jugaron con la corrida del pelinegro un par de vueltas antes de que Jaemin la tragara.

Eso era tan caliente.

✨🐱✨

Lo dividí en dos, espero que no les moleste 👀

¿Qué les ha parecido está parte hasta ahora?

Quería contarles algo muy personal y es que hoy después de 3 años por fin conseguí un psiquiatra para hacerme una valoración respecto a mi depresión y ansiedad. El que me atendió en la preparatoria fue quien me motivó a escribir a modo de terapia. La verdad es que estoy muy nerviosa, fue por eso que no he parado de escribir.

Les quiero mucho 💙

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