“Aquí vamos, ahora yo seré la que te ponga nervioso chico lindo” pensé un poco acalorada. -Sentemos nos aquí... dijo señalando el escalón de la terraza que estaba adornado de almohadones en tonos color vino.
-Escucha, seré breve, así que pon mucha atención... El libro no habla sobre un tema en especifico, solo advierte sobre situaciones de las cuales los seres humanos buscan muchas veces explicaciones, es un misterio tras otro y eso es lo interesante... detuve la explicación pues su mirada se clavaba cada vez un poco mas en mi -¿porque me ves así?, ¿no te parece interesante, prefieres hablar de otra cosa?. -Tu eres muy interesante! me atrevería a decir que eres la cosa mas maravillosa sobre la tierra. Sin mas actúe por impulso y lo besé suavemente sobre las comisuras de su labio superior. -¡Lo siento!, no se porque, lo siento creo que me deje llevar por el momento, lo mejor será que me vaya.
-¡Espera! dijo rodeándome la cintura con su brazo derecho, quedando él detrás de mi muy cerca de mi espalda. -¡Suéltame!, si sigues sosteniéndome ya no me querré irme!. respondí con mis ojos cerrados mientras apretaba su brazo pues ya no quería dejar llevarme por mis impulsos, el aroma que él despedía era tan atrayente que tenía miedo continuar ahí. -¿Quiero saber hasta donde eres capaz de soportar? dijo girándome de la cintura hacia él con ambas manos y acercándose tanto a tal grado de poner su nariz justo frente a la mía, fusionando nuestro alientos, a ese punto ya era imposible controlar ¡cualquier instinto!... Teniéndolo de esa manera aun sin abrir mis ojos totalmente extasiada y un poco mareada por la seducción tome fuerza en mis palabras y hable claro: “En que momento me dirás la verdad?. -¿Cual verdad? respondió desorientado ante mi pregunta.
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-No eres un humano normal... dije haciendo una pausa con mi voz un poco seca y algo temerosa, pues no sabría su reacción al escuchar lo que continuación iba decir. -Lo se, ¿crees que no podía haberlo notado?, si desde mis 7 años cuando te mudaste a este castillo, no has envejecido ni siquiera un segundo, sigues siendo el hombre atractivo del cual me enamore a esa tierna edad, fui creciendo pensando todos los días en ti, soñando despierta con el tiempo en que pudiera estar así frente a ti, tal como estamos ahorita, hasta hace poco creí que era una locura y trate de evitarte a toda costa, por eso te conteste de ese modo en la rotonda, pues no quería engancharme mas con la idea, incluso quise odiarte, pero no pude, supongo que mi corazón ya te pertenece...
