Capitulo O

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Capítulo O

Los Ángeles, California.

Enero, 2019

Recorro con mis dedos el expediente amarillo sobre el escritorio

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Recorro con mis dedos el expediente amarillo sobre el escritorio. Doy una pequeña calada al cigarrillo y me concentro en el caso siguiente. Dos hojas blanquecinas se asoman por el sobre repletas de letras diminutas. Me ajusto los lentes sobre el puente de la nariz y me concentro en las líneas sobre el mismo.

Nombre completo: Meredith Vidal Janer.

Edad: 26 años.

Estado Civil: Soltera.

Estatura aproximada: Un metro y 65 centímetros.

Oficio: Estudios de preparatoria pública.

Residencia: San Cristóbal, España.

Lugar de nacimiento: La Victoria, Venezuela.

-¿Esto es todo?.- Junto mi entrecejo al señalar el contenido previsto. Fábregas agita su cabeza en asentimiento.

Exhaló bruscamente, me retiro las gafas arrojándolas sin descuido sobre el escritorio. Mi mirada sube hacia mi compañero que se revuelve en su asiento expectante.

- No existe más allá de los garabatos que tienes enfrente.- Zanja.

Me reclino en el asiento giratorio, tallándome los párpados con pesadez antes de contestar.

- ¿Hay alguna fotografía?.- Aquejo con impaciencia.

- De ella no. Pero tu cliente es todo un foco de cotilleria publica, un escándalo en la vieja España.- observa el expediente en sus manos haciendo una mueca.- Es petrolero.- Me informa.

- ¿El es el denunciante? ¿Está apelando por un juicio?.- Un atisbo de sonrisa asoma de sus labios antes de continuar.-

- Es tu cliente.- Y si, el es el denunciante.- Afirma.

- ¿Qué es lo que sabemos de él?.- Pregunto al tiempo que me sirvo café en la misma tasa de siempre.

Fábregas se cruza de brazos con una sonrisa curiosa en el rostro. Alarga la mano en mi dirección depositando un montón de documentos iguales al anterior. Cruza la pierna con desgano y apunta el primero sobre el escritorio. Lo miro con atención cogiendo uno de la pila frente a mi.

Nombre completo: Álvaro Espinosa Ruel.

Edad: 36 años.

Estado Civil: Soltero.

Estatura aproximada: Un metro y 80 centímetros.

Residencia: San Cristóbal, España.

Lugar de nacimiento: San Cristóbal, España.

Oficio: Inversionista y accionista de Toledo industries. Terrateniente acreedor del 30% de las tierras de San Cristóbal, España.

En el otro sobre, se encuentran un montón de fotografías a color, todas de él. Entrando y saliendo de cenas de negocios, lugares importantes y otros no tanto; en su mayoría bares y casinos. En todas ellas lleva del brazo una mujer distinta. En algunas entero y en otras totalmente achispado. Un hombre con porte desgarbado y la misma sonrisa tirana en todas las fotografías.

- ¿Qué hizo la mujer?.- Cuestioné. Mi compañero torció la boca colándose el puro entre los labios.-

- Su mujer.- Corrige divertido.- Son pareja, van a casarse.

- No digas estupideces.- Zanjé.

- Es verdad, están comprometidos.- dijo contundente.

No pude evitar dejar salir una exclamación de asombro.

-¿Que mierda dices?.- Tragué y dudé antes de continuar.- ¿Por qué apelar en contra de su mujer?.-

El pelirrojo tomó una respiración profunda antes de continuar. - Es donde la cosa se pone interesante, la joven es caza fortunas.- Encoge los hombros despreocupado, atinando una sonrisa cínica.- Han estado juntos los últimos 7 años, le conoció en la preparatoria.-

Lo miré incrédulo.

- No se sabe mucho respecto a su relación. Idas y venidas como todas las parejas de hoy en día. Ella vive con su abuelo en una vieja casa junto al mar. Y el... bueno, su familia es prácticamente allegada del vizconde y se han hecho camino con el paso de los años. Poseen una fortuna invaluable en en la industria petrolera. Pero eso no es todo.- Confesó él.

- Continua.- Acote con interés.- ¿Que pudiese querer un hombre tan bien posicionado con una mujer tan indistinta a su clase social?-

- Estoy intentando comprender cómo es que su futuro marido le ha denunciado, no me mires así.- Musité al recuperarme de la sorpresa inicial.

- Te miró como mira el cazador a su próxima presa y nada más.- Dijo moviendo la cabeza de un lado al otro chasqueando la lengua.

Afirmé aguardando.

- La mujer está completamente loca.- Me alertó.- Le ha prendido fuego a todas las tierras que rodean San Cristóbal, un 75% de pérdida comercial y laboral.

¿Hay algo más cierto?-

- No te dejes engañar.- Replicó él con disgusto.- El hombre también es toda una calamidad, es un apostador.

Fábregas volvió la vista a su bebida nuevamente y yo me tomé unos segundos para analizar la situación. Frunzo el ceño mordiendo el interior de mi mejilla. Me pongo de pie barriendo con los dedos el contorno de mi barbilla y elevo el rostro hacia el frente con la duda bullendo en mi interior.

- No te quiebres la cabeza.- Agrega.- Los motivos son innumerables.- Continúa y me detengo en mi sitio.- Falta de atención, despecho, infidelidad. Hay un sin fin de razones por los cuales hizo lo que hizo.-  Argumentó encogiéndose de hombros. Ladeo la cabeza y resoplo.

- Espinosa está dispuesto a pagarte una cuantiosa cantidad de dinero con tal de salir invicto. El hombre está endeudado hasta las manitas, no puede darse el lujo de perder.- Señala colocándose de pie cebando el cigarrillo en el cenicero.

Elevo el rostro ante la voz del pelirrojo, me mantengo atento. La información rebobina en mi cabeza manteniendo la impresión inicial en medio de la incertidumbre.

.- Tu lo piensas así, pero el motivo es la pieza más importante de este rompecabezas, no me trago lo de el prometido sumiso y la mujer loca.- digo con seguridad adoptando una actitud seria.

- Prepare las maletas Fábregas, nos vamos a España.

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