Corazón regalado (Cancelado)

12_ Un corazón para Ondine.

En el colegio.

Marinette tenía las puntas de sus dedos juntas, cerca de su barbilla mientras veía a Kim quien la veía con súplica.

-Déjame ver sí entendí, ¿le quisiste hacer un regaló a Ondine y fingiste que te ahogabas para que te rescate y hacerle un piropo barato?- preguntó la azabache.

El chico, se arrodilló, con ganas de llorar.

-¡Por favor, tienes que ayudarme!- pidió.

En su defensa, fue un gran plan pero Ondine se enojó.

El mundo aun no estaba listo para su inteligencia.

Marinette, suspiro profundo y le extendió una bolsita transparente a Kim, con galletas con forma de corazón.

-Se las iba a dar a Nino para que le pida perdón a Alya por comerse su pudin y culpar a Nora, pero ése tipo tiene un serio problema con buscar pelea con Alya, así que te las doy a ti.- exclamó la ojiazul.

Kim, se limpió la nariz y agarró la bolsita de galletas antes de ponerse de pie y abrazar a su amiga.

-¡Gracias, Marinette!
Me disculpó por pensar que eras una enanita rara.- agradeció el deportista mientras la chica sonreía de manera aterradora.

"Calma, Marinette, no eres una chica violenta.
Eres una leona y puedes tolerar a éstos tontos."

-Kim, sueltame, apestas.- pidió la azabache.

De todos sus amigos, el como se hizo amiga de Kim era un misterio.

Flash back

Un niño se acercó a Marinette y ella lo miró.

-¿Qué quieres?- preguntó la pequeña.

El niño, se señaló con un dedo.

-Te reto a comer mocos, quien coma mas, gana.- dijo el chico.

La peliazul, puso cara de asco y pronto un niño moreno se acercó y agarró del brazo a su mejor amigo.

-Lo siento mucho, Marinette, Kim se cayó de los brazos del doctor cuando nació.- dijo Max mientras se llevaba a su mejor amigo.

-Me agradas, ahora somos amigos de mocos.- dijo Kim mientras era llevado.

Marinette, sólo puso cara de disgusto.

El amigo que nadie deseaba, ella lo acababa de tener.

Fin del flash back

Sí tan sólo aquella vez hubiese corrido cuando Kim llegó como todas las demás niñas, su vida sería mucho mas fácil.

Kim y Marinette, amigos de mocos para siempre.

El chico, se separó y sacó un corazón de papel de color rojo de su bolsillo.

-No tengo uno de la amistad, pero es mi agradecimiento.

-Kim, no es necesario que...

Y antes de que la chica terminé de hablar, el deportista le pegó el corazón en la frente, haciendo que ella sólo dé un suspiro sonoro.

¿Qué veía Ondine en ése tipo que ni siquiera se esforzaba en oír a los demás?
.

.
Afuera del colegio.

Ondine estaba esperando a su novio quien le pidió que vaya a encontrarlo.

-Ondine.

La chica, oyó su nombre y volteó para ver a Kim, bajar las escaleras mientras una luz dorada lo rodeaba y las aves volaban a su alrededor.

Es... bellísimo.

Mientras que en la realidad.

-¡Saquense, cuervos! ¡Ya les dije que yo no soy ése espantapájaros de la carretera!- gritó Kim mientras ahuyentaba a los cuervos.

Uno se viste de espantapájaros una vez por perder una apuesta y los cuervos lo atacan de por vida.

El chico, se detuvo delante de su novia y le extendió la bolsita de galletas con forma de corazones, la cual ahora sólo tenía una galleta.

-P-para ti, perdón por lo de ayer.- se disculpó.

La chica, sonrió antes de levantar su mano y limpiar las migajas de galletas que su novio tenía en su rostro.

Kim era un tonto entre los tontos y muy desesperante, pero era adorable y se preocupaba por los demás y éso a ella le gustaba.

Sus defectos y virtudes, para ella eran perfectos.

-Claro que te perdono, mi foca de amor.

Y tras decir éso, la chica abrazo a su novio y le dio un beso en los labios.

Quizás, los chicos eran unos tontos pero sí las chicas se enamoraban de ellos, no eran muy listas.

Mientras que en el interior del colegio.

Marinette veía todo a escondidas y suspiro profundo mientras sonreía.

Otra relación mas, solucionada por la Cupido soltera de París.

La chica, se dio media vuelta para dejar de andar de curiosa y casi choca con Adrien.

-Adrien, ¿sucede algo?- preguntó ella.

El chico, la miró fijamente por unos segundos y sonrió antes de lenatar su mano y acariciar el flequillo de su amiga.

-Nop, no sucede nada.- respondió antes de darse media vuelta e irse.

Marinette, parpadeo un par de veces y se encogió de hombros antes de ir a buscar sus cosas para ir a casa.

No entendía que le pasaba ahora a Adrien.

Mientras que la chica se iba, un corazón de papel rojo que había sido quitado, yacía en el suelo.

Continuará...