Capítulo VIII

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~Déjame en paz por favor.

Luego de una larga noche, por fin amaneció.

Es martes y me levanto de mi cama obligada, entre al baño a tomar una ducha y antes de bañarme vi mi reflejo en el espejo y ¡santo Dios! Tenía los ojos muy hinchados debido a mis sollozos de anoche.

Recordé lo que encontré en el Facebook de Rodrigo y me duele mucho, pensé que él me quería, y ahora me arrepiento de no hacerle caso a todos los que hablaron conmigo. Pero aveces debemos pasar por las cosas que nos hacen daño solo para abrir los ojos.

Luego de tanto pensar en lo de Rodrigo me metí a bañar, el agua caliente bajaba sobre mi cuerpo, cerré mis ojos imaginando a Rodrigo besando a esa chica y eso dolía, me dolía mucho, era primera vez que me gustaba alguien y pues así fue mi experiencia. Al terminar tomo mi toalla, cubro mi cuerpo y seco las lágrimas que rodaron por mis mejillas nuevamente.

Me vestí, tome mis libros y me fui, ni siquiera desayuné, no tenía hambre. Fui a la casa de Ashley y al verme así casi le da un infarto.

-¿Sara, que te pasó? Tienes los ojos súper hinchados- dice preocupada- ¿por qué estuviste llorando?

-Por nada- digo bajando mi cabeza, sé que le tenia que decir pero también sé que me diría una y otra vez que ella me lo había advertido y no le hice caso.

-Dime boba- dice dándome una sonrisa de boca cerrada.

-Bien- suspiró- estuve llorando por Rodrigo.

-¿por qué? ¿Que te hizo?- pregunta con el ceño fruncido.

-¿qué crees?

Hubo silencio.

-Escúchame, si quieres hablar de esto luego está bien, ¿si?- dice en tono suave.

-No pasa nada- respire hondo, buscando las agallas para contarle- Bien, lo resumiré, entre al Facebook de Rodrigo y vi una conversación.

-¿buena o mala?

-Malísima- digo bajando mi mirada.

-¿por qué?

-Porque fue con una chica.

-¿que chica?

Ashley me preguntaba poco a poco porque yo era esa chica a la que le costaba soltar las cosas, no porque no tuviera confianza sino porque no sabía cómo explicarme y terminaba en llantos o con rabietas. Y Ashley entendía eso muy bien, por esa razón me iba preguntando poco a poco hasta conseguir que yo le contara todo.

-Esmeralda- digo triste pero veo que ella hace un gesto de "ni puta idea"- su futura novia- aclaró seca y volteó los ojos.

-No te creo- dice demasiado sorprendida.

-Créeme.

Mientras hablamos no pude evitar soltar unas lágrimas, porque aunque tratemos de ocultar el dolor siempre llega el punto en qué estallamos y más si hablas con la persona correcta.

****

Primera clase, no preste ni la mínima atención.

Segunda clase, mucho menos.

Tercera clase, el profesor no fue así que significaban dos horas de descanso.

Ashley estaba hablando con unas compañeras y no quise interrumpirla o apartarla solo porque yo me sentía mal, sería muy egoísta de mi parte así que tomo mis libros y me dirijo fuera del salón de clases. Voy caminando en los pasillos pérdida en mis pensamientos y por desgracia choco con alguien.

Sara, Sara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora