Capítulo 8: Fuerza animal

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Bienvenidos al episodio ocho de este fanfic!

En fin, los dejaré leer y...no soy dueño de ningún personaje, eso es trabajo de los autores!

Capítulo 8: Fuerza animal

El pequeño recorrió cada centímetro del establecimiento en busca de un recuadro, una foto, o cualquier imagen de la misteriosa capitana del Séptimo Escuadrón sin su armadura, llegando al punto de preguntarle a cualquier persona que se le interponga en el camino. Incluso le preguntó a su abuelo, quien atinó a sonreír y le dijo que tenía que averiguarlo él solo. En realidad no le molestaba no conocer la cara de Komamura- taichou, pero su curiosidad solo se incrementaba a cada segundo que pasaba con ella en la oficina, ya sea ayudándole con el papelerío o llevándole comida que ingería en los momentos en que el ojiverde se descuidaba por un sonido o cualquier factor externo a su entorno, lo que le provocaba realizar pucheros que sonrojaban a las Shinigamis de la División.

La capitana, por su parte, disfrutaba ver los intentos que Harry hacía con el fin de poder ver cómo era ella realmente bajo sus protecciones, cosa que internamente se negaba a hacerlo por el miedo al rechazo que pudiese sufrir por sus colegas, subordinados y, ahora, principalmente el nieto del Soutaichou. Pero mientras mantuviese su casco, guantes, brazaletes y espinilleras encima, no tendría que preocuparse, gozando el poder pasar una semana con el ojiverde, quien le preguntaba sobre distintas clases de Zanjutsu a ella o al espíritu de su Zanpaku-tō, el cual era un guerrero samurái que no halaba pero de alguna manera se hacía entender con el niño y el espíritu femenino que lo acompañaba en algunos momentos del día.

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Los iris verdes esmeraldas, heredadas por el lado materno, seguían desde hace más de quince minutos, el eterno movimiento símil al de un péndulo que era provocado por un apéndice peludo de color marrón claro, casi cremoso. El Potter había estado acomodando unos libros en su mochila, la cual estaba al lado de un armario detrás del escritorio en donde trabajaba Komamura-taichou, de repente algo llamó su atención cuando vio una extremidad que salía de la parte posterior de su alta y acorazada amiga, haciendo que caiga sobre su trasero en el suelo, quedando hipnotizado por el vaivén producido inconscientemente por la mujer.

Los delgados dedos de su mano izquierda rozaban suave y temerosamente el aire que circulaba alrededor de lo que llegó a deducir que era una cola de animal, por lo que no pudo contenerse más y le preguntó a la única compañía que tenía en el momento.

-Sa-chan...oye, Sa-chan- llamó el nieto del Comandante General del Gotei Trece, quien no apartaba ni por un segundo la vista de la cola.

-Mmh? Qué sucede Harry-kun? – preguntó la capitana, con voz grave a causa del casco.

-Ehhh...qué es esta cola? – respondió con otra pregunta el pequeño de pelo cuervo, apuntando al apéndice, lo que paralizó por un momento a la mujer.

-Co-co-cola?! No sé de qué hablas,,,. Nerviosamente contestó la máxima autoridad de la Séptima División, poniéndose de pie y enfrentando a su compañía.

-Sa-chan...no me mientras, eso era una colita- le dijo con un ceño fruncido que no daba miedo si se lo comparaba con la máscara demoníaca que aprendió de Retsu Unohana.

La mujer con armadura se alejó unos metros del niño, quien empezó a acecharla como un depredador a su presa. Pero chocando contra la silla que ocupaba, perdió la estabilidad, haciendo que su cola se mueva frenéticamente y le dé la oportunidad a Harry para tomarla con fuerza. Esa simple acción estremeció a fondo a la capitana, emitiendo un sonoro ladrido mientras quitaba su cola de las veloces manos del ojiverde.

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