Capítulo 14 - Sacrilegio

666 41 24
                                    

Resumen: Jiang Cheng ha hallado la entrada; no sale como espera.

Notas: disculpen la tardanza. He estado enferma y con unos proyectos. Espero que lo disfruten.

Al final de las notas haré algunas aclaraciones.


Casus Belli

Sacrilegio


La mirada de preocupación que le otorga Lan Jingyi no pasa desapercibida para Lan Sizhui. Ambos están solos dentro del dormitorio de los discípulos. Lan Sizhui está con la espalda mirando hacia el techo de madera que les cubre y Lan Jingyi está a un costado, hincado en el suelo. Bajo sus muslos hay un cojín blanco. Sus manos yacen extendidas sobre su espalda desnuda, acariciando con sus dedos los surcos carmesíes que se dibujan sobre la piel nívea.

Ya no sangran, Lan Jingyi se ha encargado de eso.

Lan Sizhui emite un suave suspiro; Lan Jingyi frunce aún más el ceño.

—¿Por qué...? —aunque inquiere en voz baja, su modular es tenso. Lan Sizhui sabe que está enojado.

Su rostro gira un poco hacia la derecha, contemplando el rictus amargo de Lan Jingyi. Sus pardos oscuros brillan tenuemente. A Lan Sizhui le preocupa que Lan Jingyi esté silencioso. Por lo general, no es un buen augurio su mutismo.

Realmente está enojado.

Sin embargo, lo único que puede atinar a decir es un—: lo siento, Jingyi.

En ese momento la mirada asombrada de Lan Jingyi se posa, fugaz, sobre su semblante apesadumbrado. Pero se esfuma tan pronto como la esboza, dando paso a una mueca de incredulidad.

—¿Lo sientes? —masculla, soltando una risita incrédula—. ¡Te han dado treinta latigazos por mentir!

—Omitir información.

Lan Jingyi parpadea, y luego masculla en un hilo de voz—: ¿qué?

Gira poco a poco, colocándose de lado, con el torso frente a Lan Jingyi. Con su codo se apoya sobre la superficie de la cama de modo que la piel de su espalda no entre en contacto con esta.

—Omití información, Jingyi.

Abre la boca, sus cejas se fruncen en molesta sorpresa. Lan Jingyi es un libro abierto donde las emociones se pueden leer con dolorosa certeza. No oculta el latente sentimiento de traición.

—Y no me has dicho.

Lan Sizhui niega con la cabeza—. Me disculpo por eso. Pero pronto lo sabrás.

Tentativo, asiente, su ceño fruncido se desdibuja dando paso a una mueca de resignada aceptación. Sin embargo, parpadea al segundo como si de repente, a sus remembranzas, ha llegado un violento pensamiento.

—Espera —dice, alzando la palma de su mano derecha, como si con eso intentara detener un aluvión invisible de ideas—. ¿Jin Ling sabe tu secreto?

Lan Sizhui quiere reír, pero para evitar enojar a su amigo, no lo hace. Sin embargo, esboza una suave sonrisa y la mano que tiene libre va hacia el mechón rebelde presente en el semblante de Lan Jingyi. Lo acaricia con sus dedos, colocándolo tras su oreja, ampliando la sonrisa en el proceso.

—No lo sabe, estuvo inconsciente todo el tiempo.

Casi al instante una impetuosa sonrisa rompe el semblante de Lan Jingyi. Con sus manos atrapa la suya, entrelazándolas mientras se inclina hacia adelante con los ojos brillando en insano placer.

Casus Belli [Hiatus Temporal por Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora